Decisión política, ¿o familiar?

Al que avisa con anticipación, no lo traicionan después. La frase podría pasar a ser un nuevo axioma dentro del peronismo, donde, en broma y en serio, siempre se juega con la famosa el que avisa no traiciona. ¿Por qué modificamos esa “verdad 21” de los compañeros? Por lo que hizo Alperovich cuando dejó de lado la candidatura a gobernadora de su esposa, la senadora Beatriz Rojkés (algunos todavía dudan de esta intención y siguen alentando la postulación de la primera dama). Se podría entrever que cuando el mandatario respondió con un “no” a la pregunta de si la parlamentaria podría ser su sucesora se estaba anticipando a una situación futura. ¿Cómo? Alperovich sabe que quien lo suceda tratará de hacer tabla rasa con todo su relato de gestión para escribir su propio libro. Entonces, al decir que Rojkés no será aspirante a la gobernación está señalando -en cierto sentido- que a él no le interesa lo que hará el que lo suceda, que lo tiene sin cuidado, más que nada porque sabe cuáles son las reglas de juego. Es decir, sacará a su apellido del medio antes que la inercia de la política lo aplaste hasta el olvido.

Él mismo fue protagonista de una historia parecida en 2003 cuando, para quedar como el único jefe del oficialismo, no tuvo pruritos en deshacerse de sus socios políticos del peronismo. Advierte que le pueda pasar lo mismo, y no quiere sentir en su propia piel lo que él les hizo pasar a otros; o lo que el mismo Kirchner hizo con Duhalde y compañía. Al adelantar que su esposa no será, es casi decir qué él tampoco estará detrás de las bambalinas conduciendo un espacio de influencia, tal vez porque carece de una real vocación de poder político, hoy sostenido solamente en la caja, sin carisma y sin ascendencia política ideológica. Posiblemente no le interese, y si no es así, es el mensaje que le está transmitiendo al resto del peronismo: “yo no sigo, no me molesten, déjenme tranquilo con mis negocios privados”. Sin embargo, ¿es una decisión política o es familiar? Si fue por cuestiones políticas dejó a muchos, más allá del rojkesismo naciente, en off side; ya que venían cobijándose a la sombra de la senadora para asentar sus aspiraciones hacia 2015. Muchos que hicieron pintadas con ella a la cabeza van a quedar con los tarros de pintura arrumbados en alguna esquina oscura, además de algunas deudas. Para estos, la ficha no termina de caer, y algunos no quieren entender -reniegan de la posibilidad- de que la legisladora quede fuera del tablero político de 2015. Como suceso político debe entenderse que lo dicho por el gobernador significa un “hasta aquí llego, mi ciclo termina en octubre de 2015; empieza otro”. Y lo anuncia con anticipación -a través de una decisión- para que los que vengan ni siquiera se tomen el trabajo de correrlo de los espacios de poder. Se va solo, y no quiere dejar señales de que tiene aspiraciones de mantener influencias en la futura gestión, lo que sí significaría -por ejemplo- en el caso de que su esposa siga cubriendo espacios públicos más allá de 2015.

¿Se puede preguntar si fue una decisión familiar, tratándose de su esposa? Por supuesto que lo fue, pero con implicancias políticas. El mensaje de Alperovich -así lo entienden varios- indica que ni su esposa, ni nadie de su entorno familiar, seguirá en la actividad pública cuando él deje la Casa de Gobierno y pase a ocupar su oficina privada para atender sus ocupaciones comerciales. Si casi hasta el Ateneo de la Militancia ha desaparecido del ambiente político; casi no se lo menciona. ¿El clan familiar fuera de la política desde ya? Si es así, se deberá interpretar que los allegados que ocupan cargos en el Gobierno deberán dejar de soñar con seguir en el Estado, o de pedir espacios en la próxima gestión gubernamental. A algunos del entorno no les debe caer muy simpática la idea de que Alperovich les corte las alas y los aleje de la acción política. Pero, esa pareció ser la intención oculta del mandatario cuando dijo que su esposa no sería candidata a gobernadora. Se debe leer que tampoco a vice, ni a nada, como el resto del clan Alperovich, que mucho incidió en los últimos 11 años de gobierno.

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