“Soy un ‘producto’ de Tucumán”

La semana pasada recibió el premio Konex de la Letras, en la categoría ensayo filosófico. Fue la única intelectual tucumana en ser distinguida, en esta oportunidad, con el más relevante galardón interdisciplinario de nuestro país. Aquí repasa la relevancia de la UNT en su formación.

28 Septiembre 2014

Por Horacio Semeraro - Para LA GACETA - Tucumán

-¿Qué se siente al recibir el Konex?

- Una sorpresa muy grata y totalmente inesperada. Abrir el e-mail y encontrarse con la comunicación de haber sido seleccionada, no es cosa de todos los días, y menos tratándose de la Fundación Konex.

- ¿Qué fue lo que le llamó más la atención del premio?

- Muchas cosas. Entre ellas la modalidad del acto en la Ciudad Konex: sobrio, sin espectacularidad, y al mismo tiempo organizado y planificado de una manera impecable, hasta el último detalle. También la brevedad y concisión de los discursos del presidente de la Fundación, Luis Ovsejevich, y de Noé Jitrik, presidente del Gran Jurado que tuvo a su cargo la selección. Discursos sólo con las palabras necesarias al margen de toda retórica. Otra cosa que me llamó mucho la atención, y muy gratamente, fue la diversidad y heterogeneidad en la integración del Gran Jurado, compuesto de 20 representantes de distintas áreas de las Letras; pero sobre todo la diversidad y heterogeneidad del grupo de los que recibimos la distinción: era todo lo contrario a una uniformidad, no sólo por las variadas ramas en el campo tan vasto de las Letras. Estaba compuesto por gentes de edades muy distintas, de distinta formación, de distintas ideologías (uso esta palabra aunque no me gusta). Todo eso lucía como un garantía de imparcialidad en el proceder del Jurado. Mauricio Kartun, que fue el encargado de dirigirse al público en nombre del centenar de seleccionados, calificó risueñamente como “conjunto extravagante” al grupo tan variado que formábamos los distinguidos por Konex.

- Como filósofa tucumana, profesora emérita de la UNT, estando tan ligada personal y familiarmente al ámbito universitario de la provincia, ¿no siente que el premio tiene un valor adicional, como si fuera un trofeo que nos trae a los tucumanos, residentes o no en la provincia?

- Lo siento más bien como una ocasión para reconocer lo que me ha dado mi provincia: crecer en un clima culto, y formarme en su Universidad Nacional. Cuando mis colegas y amigos del IHPA (Instituto de Historia y Pensamiento argentinos) me emplazaron para que me “autopresentara” -según una modalidad iniciada por el Instituto- dije “soy un ‘producto’ de Tucumán”.
Ya en otras oportunidades dije algo sobre el ambiente universitario en las épocas en que cursé mi carrera y me inicié en la docencia superior. Fue esa, entonces, una Facultad muy particular: incipiente y bastante carenciada desde el punto de vista material, pero privilegiada por su calidad intelectual. Las dos guerras -la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, tan crueles y dolorosas- aportaron, en cambio, aunque suene muy extraño, algo muy valioso para la Facultad. Académicos muy destacados en su países de origen, que por las guerras tuvieron que emigrar y que llegaron a nuestra Universidad. Piense usted que quien inauguró el dictado de Introducción a la Filosofía fue nada menos que Manuel García Morente, un español que huyendo del franquismo se instaló por un tiempo en Tucumán. Franceses, italianos, alemanes, españoles (como Roger y Elizabeth Labrousse, Benvenuto Terracini, Rodolfo Mondolfo, Clemente H. Balmori, Guillermo Rohmeder) formaban parte del plantel. Por cierto se sumaban a ellos jóvenes argentinos, egresados varios de la Universidad de La Plata, de sólida formación académica. Entre ellos quien fuera luego mi marido, Hernán Zucchi, premio Konex de Platino 1996, en la disciplina “Metafísica”. Y personalidades tucumanas como Aberto Rougés y Manuel Lizondo Borda. Repito todo esto una vez más porque los tucumanos solemos ser poco agradecidos e indiferentes con nuestra Universidad, una vez que ya hemos obtenido el título profesional.

© LA GACETA

PERFIL

Lucía Piossek es profesora emérita de la Universidad Nacional de Tucumán. Se especializó en la Universidad de Colonia (Alemania), fue profesora titular de Filosofía Contemporánea y fundadora del IHPA (Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos). El “filósofo topo” y Argentina: Identidad y Utopía son dos de sus ensayos destacados.

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