“El Mono” Ale deberá permanecer tras las rejas

El magistrado Fernando Poviña, que está a cargo del Juzgado Federal N° 2 de Tucumán, consideró que en la causa en la que se acusa a Ángel “El Mono” Ale de liderar una asociación delictiva y de lavar dinero había pruebas suficientes para dictar la prisión preventiva. Esta misma medida se tomó con seis de sus presuntos cómplices

EN PRISIÓN. Ángel “El Mono” Ale deberá continuar recluido en el penal de Villa Urquiza, luego de que la Justicia Federal dispusiera su prisión preventiva. la gaceta / foto de HECTOR PERALTA (archivo) EN PRISIÓN. Ángel “El Mono” Ale deberá continuar recluido en el penal de Villa Urquiza, luego de que la Justicia Federal dispusiera su prisión preventiva. la gaceta / foto de HECTOR PERALTA (archivo)
06 Noviembre 2014

“Estaríamos ante un numeroso grupo de sujetos, con una organización estable y planes criminales diversificados, cuyo origen data al menos del año 2002 y que continuarían ejecutándose en la actualidad bajo el mando de los hermanos Rubén Eduardo (“La Chancha”) y Adolfo Ángel (“El Mono”) Ale”, sostuvo el juez federal N°2 Fernando Poviña en el fallo mediante el cual ordena el procesamiento y la prisión preventiva de “El Mono” y de seis presuntos miembros del “Clan Ale”.

En ese dictamen, Poviña enumeró cuáles serían los principales objetivos de esa organización delictiva: la presunta producción y comercialización de estupefacientes; el cobro extorsivo de deudas propias del grupo y de terceros; la tenencia ilegítima de armas de fuego; y el lavado de dinero proveniente de otros delitos, como la trata de personas. Para reforzar esa hipótesis, agregó que “los bienes patrimoniales de estos miembros no tendrían sustento lícito”.

La orden de procesamiento y prisión preventiva alcanza, además de “El Mono”, a Hernán Lorenzo Lazarte, Ernesto Santos Catulo, César Marcelo Manca, Carlos Rolando Ocampos, Enrique Lorenzo Chanampa y José Augusto Lucero, todos supuestos integrantes de la banda y con diferentes tareas a su cargo. El fallo también aclara que deberán continuar alojados en el penal de Villa Urquiza.

La Justicia Federal comenzó a investigarlos en febrero de este año, cuando se presentó un testigo de identidad reservada que aportó datos precisos acerca del funcionamiento del “Clan Ale”: nombraba a estas siete personas, entre otras.

A partir de entonces se solicitaron los allanamientos de sus domicilios, que fueron realizados el 3 de octubre pasado por el personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Entonces quedaron detenidos los siete mencionados.

Además, según Poviña, la organización también estaría integrada por María Jesús Rivero (detenida en Salta) y su pareja, Oscar Roberto Dilascio (prófugo); Fabián Antonio González (detenido por presunto lavado de activos y asociación ilícita); Víctor Alberto Suárez; María Florencia Cuño (actual pareja de Rubén Ale); María Esther Picone; Valeria Bestán; Viviana Acosta (pareja de “El Mono”); Pablo González; Daniela Milhein (fue condenada por el secuestro para la explotación sexual de María de los Ángeles “Marita” Verón) y Sergio Francisco Parrado.

El cabecilla del clan

El juez Poviña concluyó, a partir de las pruebas y testimonios recogidos durante la investigación, que “El Mono” Ale era quien dirigía la banda con la colaboración de su hermano, “La Chancha”. Este último se halla detenido desde el año pasado (permanece internado en un sanatorio céntrico, con custodia de Gendarmería), acusado de haber incurrido en los delitos de asociación ilícita y lavado de dinero.

“Ha quedado acreditado que Adolfo Ángel comanda junto con Rubén Eduardo Ale la organización delictiva, como así también quedó acreditado que cometió el delito de lavado de activos agravado por haber sido realizado en banda”, señaló Poviña. Luego de detallar en qué consistió el arsenal secuestrado en distintas propiedades de “El Mono”, el magistrado consideró que “el hecho de detentar una gran cantidad de armas de fuego y, sin abrir juicio respecto de la legalidad de esa tenencia, hace presumir fundadamente que podrían ser utilizadas con el fin de realizar los distintos planes delictivos objeto de la asociación ilícita”.

En ese sentido, el juez Federal remarcó que el testigo de identidad reservada había declarado que uno de los planes delictivos de la organización encabezada por los hermanos Ale era el de la extorsión, valiéndose para ello de las amenazas y el ejercicio de la violencia física con la utilización de armas de fuego.

“Más precisamente hizo saber la estrecha vinculación entre el cobro extorsivo, los locales de juegos de azar y las apuestas en carreras de caballos, ya que los nombrados Ale prestarían dinero para que los clientes puedan apostar para luego exigirles lo adeudado o bien la entrega de bienes, coactivamente”, añadió el juez federal N° 2 de Tucumán.

“El Mono” negó todo

En su declaración indagatoria, “El Mono” negó cada una de las acusaciones en su contra. Respecto a las armas que le secuestraron, aseguró que todas ellas cuentan con su debida documentación. En cuanto a la comercialización de drogas, afirmó que nunca tuvo ni vendió estupefacientes. Consultado acerca del origen de los bienens que conforman su patrimonio, juró que todo lo que tiene se lo ganó trabajando; y que hace siete años le delegó a su hermano Alejandro el manejo de los locales de juego.

El imputado también negó tener relación con las escuchas telefónicas obtenidas por la Justicia Federal durante la investigación, de las cuales surgieron diálogos que, siempre según el juez, lo involucraron en varios de los delitos por los que está siendo acusado.

Vínculos con la desaparición de Marita Verón.- Rubén Eduardo “La Chancha” Ale fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de María de los Ángeles Verón que, en 2002, fue secuestrada para posteriormente ser vendida a La Rioja en donde, según la Justicia, fue prostituida por José “El Chenga” Gómez. Los Ale, de acuerdo con diversas investigaciones, tenían una cercana vinculación con el clan riojano procesado y condenado por incurrir en el delito de trata de personas. No obstante, en el juicio contra el clan riojano que se llevó a cabo en 2012, la ex esposa de “La Chancha”, María Jseús Rivero, fue acusada y absuelta en el caso.

Remises “Cinco Estrellas”, cuestionados por la Justicia.- Rubén Eduardo “La Chancha” Ale fundó en 1995 la remisería “Cinco Estrellas”, en sociedad con su entonces pareja María Jesús Rivero. Con los años, la empresa se convirtió en referente del rubro y sus propietarios lideraron la “Asociación de Remiseros Unidos de Tucumán” (ARUT). Durante el gobierno de Julio Miranda firmaron un convenio por el que “Cinco Estrellas” colaboraba con la seguridad de la provincia. Esa empresa habría sido utilizada, según la Justicia, para trasladar a mujeres que eran explotadas sexualmente.

SOBRESEIMIENTOo EN LA PRESUNTA USURPACIÓN DE UNA FINCA.- En agosto de 2011, el fiscal de Instrucción de la Justicia local, Guillermo Herrera, había acusado a Rubén Eduardo “La Chancha” Ale y al ex dirigente del club Atlético Tucumán, Felipe Jorrat, de hacer entrar a un grupo de personas armadas a la finca de Gustavo Sergio Carrasco, de usurpar esas tierras, de apropiarse de 150 hectáreas de soja, de amenazar a los trabajadores, de desobedecer una orden judicial y de vender los granos en el mercado informal. Ambos imputados fueron sobreseídos en julio de este año por el juez de Instrucción de la III° Nominación, Juan Francisco Pisa.

Armas ilegales en la casa de “El Mono” Ale.- En 2011 la Justicia local allanó la casa de Ángel “El Mono” Ale, en donde encontró más de 30 armas de fuego y decenas de municiones. Cuando le pidieron explicaciones al imputado, dijo que era un aficionado a la caza.

LAZARTE

EL POLICÍA QUE APORTABA INFORMACIÓN

Hernán Horacio Lazarte es cabo de la Policía de Tucumán. Poviña lo acusa de proporcionar información -aprovechando su condición de funcionario público- a los demás miembros de la asociación. De una escucha telefónica, según la causa, surge que otro de los imputados le pedía que averiguara a quién pertenecía una camioneta que lo seguía, y que resultó ser de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. También le imputan la presunta venta de autopartes y repuestos que sustraería de vehículos secuestrados por la Policía y que quedaban en el depósito donde trabajaba.  

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CHANAMPA

LO MENCIONABAN COMO “ENRI,  MAESTRO NINJA” 

Enrique Lorenzo Chanampa era mencionado frecuentemente por los Ale, según declaró el testigo de identidad reservada. Bajo el alias de “Enri, Maestro Ninja”, se habría dedicado, según la Justicia Federal, a la presunta producción y comercialización de estupefacientes. Mantenía conversaciones telefónicas encriptadas con otros supuestos miembros de la asociación. En una de las grabaciones, según el expediente, dice que “debía cocinar unas empanadas para ‘El Mono’”. En otra, le preguntan si había visto a “George Bush”, porque necesitaban comprar “garbanzos” y “porotos”.

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MANCA

EL “LADERO” QUE “APRETABA” A LOS DEUDORES

César Marcelo Manca fue señalado por el testigo de identidad reservada como “el ladero” de Adolfo Ángel Ale. Según la causa, se lo conoce como “Monito” Manca, debido a su cercana relación con “El Mono”. Según el expediente, las escuchas telefónicas dejan entrever que mantiene vínculos con “Ututo” Ocampos. Ambos se dedicarían a intimidar a las víctimas para obligarlas a cancelar sus deudas, de acuerdo al fallo. Además, el juez Poviña lo imputó por la presunta tenencia de armas de fuego, ya que durante los allanamientos le secuestraron una pistola y una escopeta.

LUCERO

El presunto “dealer” de la asociación

José Augusto Lucero está imputado por presunta tenencia de estupefacientes con fines de comercio. Cuando allanaron su casa, secuestraron una mochila donde, según el expediente, había siete envoltorios con cocaína. Al declarar, Lucero aseguró que los había encontrado tirados en un canal, al frente de su casa. Pero en varias escuchas telefónicas hace alusión a “material”, “pintura verde o blanca”, “bolsitas”, “piedritas”, “alita”, “anfeta”, “25”, “tiza”, “merquita” y “medio kilo de faso”. Se cree que vendía droga en su casa, disfrazada de verdulería.

OCAMPOS

“UTUTO”: UNO DE LOS COLABORADORES DE CONFIANZA DE “EL MONO” Y “LA CHANCHA”

Carlos Rolando Ocampos, alias “Ututo”, sería uno de los hombres más cercanos a los Ale. “En particular de Rubén Eduardo, a quien se refería como ‘el jefe’, evidenciando complacencia hacia él”, según señaló el juez federal N° 2, Fernando Poviña. Asimismo, ambos se trataban mutuamente como “compadres”, permitiendo inferir que existía un relación cercana. Además de ser presunto miembro de la asociación y de tener armas de fuego, “Ututo” está acusado del delito de extorsión en reiteradas oportunidades al haber, presuntamente, llevado a cabo intimidaciones para obligar a las víctimas a entregar dinero, cosas, cheques, pagarés o cualquier otro documento que produzca efecto jurídico.

CATULO

IRREGULARIDADES, VIOLENCIA Y AMENAZAS PARA EXIGIR QUE SE CANCELEN DEUDAS

Ernesto Santos Catulo es responsable de la Agencia “Automotores San Martín” y aparece vinculado -según la Justicia- con los hermanos Ale, como así también con otros integrantes de la asociación, como Fabián González (procesado con prisión preventiva) y Víctor Alberto Suárez (procesado con prisión preventiva y con actual orden de captura). Según sostuvo el juez Poviña, existen presunciones que lo vincularían a la comercialización de vehículos mediante la circulación de cheques de pago diferido librados por terceros; al uso de documentación irregular; a la apropiación extorsiva de vehículos como medio pago de deudas; a dar préstamos a particulares y a cobrar deudas con uso de la violencia y de armas de fuego.


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