08 Noviembre 2014
SER FELIZ. La actriz Alejandra Perlusky tiene claros sus objetivos y los disfruta. elanden.com.co
Ana recibe el impacto directo de la muerte de su vecina, y toma conciencia que ella también va a morir inevitablemente, de lo efímero de la vida. A partir de allí, en una noche de insomio, revisa su propia vida y reflexiona sobre las cosas que no tiene, que le faltan o que le sobran.
Alrededor de esta situación se elaboró “Desde el sillón”, el elogiado unipersonal teatral y musical que la actriz Alejandra Perlusky que presentará hoy en Tucumán, hecho que la tiene muy expectante según confesó a LA GACETA, a partir de una invitación del Ente Cultural de Tucumán.
- ¿Qué le falta a Ana?
- No está conectada con su deseo más profundo, pospuso su felicidad y, a partir de hoy, seguramente entenderá que lo único que es una real obligación en esta vida es hacer lo que a uno realmente le hace feliz y lo que quiere.
- ¿La proximidad de la muerte la moviliza especialmente?
- Lejos de sentir la muerte a modo de amenaza, vivo intensamente cada momento de mi vida, y tomo cada episodio o evento que suceda como un gran aprendizaje. Mientras estemos vivos todo es posible de realizar. Pero es importante entender que la obra no habla de la muerte, que no tiene un tratamiento lúgubre. Todo lo contrario, es a partir de la muerte de su vecina que toma conciencia de todo el tiempo que ha estado desconectada de lo que realmente desea y que la vida es hoy, día a día... Todo lo demás, en lo personal es un gran misterio; lo único que se es que se va a acabar, aunque no sepa cuándo.
- ¿Cuál es su propia respuesta ante la pregunta vital que se hace el personaje, sobre qué cosas quedan pendientes?
- En lo personal siento que todavia quiero hacer millones de cosas más, viajar, seguir cantando y haciendo arte, ayudar de alguna manera, disfrutar de lo que amo y de la gente que se cruza en mis caminos para aprender. Vivo plenamente riéndome la mayor parte del tiempo.
- ¿Hacia dónde nos empuja la sociedad?
- Nadie nos enseña a reconocer cuando algo nos hace mal y que uno debería automáticamente abandonar lo que no nos suma o nos entristece. Nos enseñan a hacer, estar activos, super conectados con un concepto bastante mentiroso de comunicación porque hay mucha incomunicación. Hay que recuperar la valentía de otros tiempos, de no protegerse tanto y aconectar con el sueño de cada uno.
- Estuvo de gira por Latinoamérica, ¿cómo fue la reacción del público en los distintos escenarios?
- La reacción y repercusión del público y de la crítica fue fabulosa, increíble. La obra funciona porque el espectador se identifica con la temática. Me acompaña una banda maravillosa liderada por nuestro arreglador y pianista en escena Martín Mazzón, codirector con Emmanuel de Martino. Los temas no solo son una caricia al oído sino que también están alineados a lo que ocurre en escena. Se escuchan composiciones de The Beatles, Depeche Mode, Freddie Mercury, Coldplay, Amy Winehouse y Norah Jones, entre otros.
- ¿Cuáles son los desafíos futuros como artista?
- Seguir creciendo con el estímulo intacto como en mis comienzos, y mantener mi convencimiento, mi fidelidad hacia mí, eligiendo hacer lo que realmente me representa.
ACTÚA HOY
• A las 22, en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251).
Alrededor de esta situación se elaboró “Desde el sillón”, el elogiado unipersonal teatral y musical que la actriz Alejandra Perlusky que presentará hoy en Tucumán, hecho que la tiene muy expectante según confesó a LA GACETA, a partir de una invitación del Ente Cultural de Tucumán.
- ¿Qué le falta a Ana?
- No está conectada con su deseo más profundo, pospuso su felicidad y, a partir de hoy, seguramente entenderá que lo único que es una real obligación en esta vida es hacer lo que a uno realmente le hace feliz y lo que quiere.
- ¿La proximidad de la muerte la moviliza especialmente?
- Lejos de sentir la muerte a modo de amenaza, vivo intensamente cada momento de mi vida, y tomo cada episodio o evento que suceda como un gran aprendizaje. Mientras estemos vivos todo es posible de realizar. Pero es importante entender que la obra no habla de la muerte, que no tiene un tratamiento lúgubre. Todo lo contrario, es a partir de la muerte de su vecina que toma conciencia de todo el tiempo que ha estado desconectada de lo que realmente desea y que la vida es hoy, día a día... Todo lo demás, en lo personal es un gran misterio; lo único que se es que se va a acabar, aunque no sepa cuándo.
- ¿Cuál es su propia respuesta ante la pregunta vital que se hace el personaje, sobre qué cosas quedan pendientes?
- En lo personal siento que todavia quiero hacer millones de cosas más, viajar, seguir cantando y haciendo arte, ayudar de alguna manera, disfrutar de lo que amo y de la gente que se cruza en mis caminos para aprender. Vivo plenamente riéndome la mayor parte del tiempo.
- ¿Hacia dónde nos empuja la sociedad?
- Nadie nos enseña a reconocer cuando algo nos hace mal y que uno debería automáticamente abandonar lo que no nos suma o nos entristece. Nos enseñan a hacer, estar activos, super conectados con un concepto bastante mentiroso de comunicación porque hay mucha incomunicación. Hay que recuperar la valentía de otros tiempos, de no protegerse tanto y aconectar con el sueño de cada uno.
- Estuvo de gira por Latinoamérica, ¿cómo fue la reacción del público en los distintos escenarios?
- La reacción y repercusión del público y de la crítica fue fabulosa, increíble. La obra funciona porque el espectador se identifica con la temática. Me acompaña una banda maravillosa liderada por nuestro arreglador y pianista en escena Martín Mazzón, codirector con Emmanuel de Martino. Los temas no solo son una caricia al oído sino que también están alineados a lo que ocurre en escena. Se escuchan composiciones de The Beatles, Depeche Mode, Freddie Mercury, Coldplay, Amy Winehouse y Norah Jones, entre otros.
- ¿Cuáles son los desafíos futuros como artista?
- Seguir creciendo con el estímulo intacto como en mis comienzos, y mantener mi convencimiento, mi fidelidad hacia mí, eligiendo hacer lo que realmente me representa.
ACTÚA HOY
• A las 22, en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251).
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