12 Noviembre 2014
La lectura de la resolución que el Colegio de Abogados de la Capital elaboró sobre la base de un informe firmado por Sofía Nacul y Fabricio Falcucci, secretarios del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM), generó una discusión sobre la manera en la que el órgano presentó los datos relativos al personal. Este intercambio de posiciones dominó la sesión de ayer, y tuvo como protagonistas a los consejeros Antonio Bustamante, Claudia Sbdar (presidenta) y Eudoro Albo.
“Es de honestos el reconocer errores”, dijo el abogado Bustamante después de afirmar que creía en Nacul y en Falcucci, y que estos eran fedatarios y, por ende, una suerte de “escribanos”. “Pero observo un cierto desacuerdo entre lo informado y el presupuesto de 2015. Me refiero concretamente a los cargos de la Escuela Judicial”, añadió. Según el letrado, el informe decía que al 28 de octubre pasado no había cargos por cubrir: “pero sí los hay (en referencia a seis puestos creados -y aún no cubiertos- para la Escuela Judicial). Pido una forma de aclarar”.
“... En la medida en que uno observe una situación de poca claridad”, retrucó Sbdar. Y afirmó que el órgano mantenía una línea de coherencia total en este tema y que a finales de 2013 los consejeros habían consensuado dotar a la Escuela de nueve cargos (un director y un secretario, que están en proceso de selección, y siete empleados -uno de ellos es un ordenanza que ya fue nombrado “a dedo”-). “Aún sin haberlo explicitado en un acuerdo, vos participaste de esa decisión, ‘Tony’. Los cargos que aparecen en el proyecto de presupuesto de 2015 son los que quedaron pendientes de 2014”, advirtió la presidenta Sbdar, y dijo que ella había propuesto concursarlos una vez que haya secretario y director.
Ni un “sí” ni un “no”
El camarista Albo expresó que existía una confusión general afuera, que pensaba que adentro del CAM no debería haberla y que derivaba de no dimensionar la naturaleza de la Escuela Judicial. “No es una entidad aparte del Consejo; no tiene autonomía y funciona como cualquier otra secretaría”, apuntó con vehemencia.
Bustamante reconoció que él había firmado la nota de remisión del informe que observaba (el CAM envió el texto a los poderes del Estado y al Colegio de Abogados, entre otras instituciones, y lo “colgó” en camtucuman.gob.ar); insistió en que ello no era motivo para no reconocer un error y que había que asignar los cargos de la Escuela por medio de un acuerdo. “La propuesta es aceptar la crítica interna. No pongo en duda el trabajo de Falcucci y Nacul, a quienes admiro”, dijo.
Previamente y a propósito de la resolución del Colegio que preside Francisco García Posse (apoya la labor del CAM y pide que, en adelante, todos los cargos sean concursados), Albo habló de la existencia de “voces disonantes que generaban un manto de sospecha sobre el CAM”: “entiendo que esto asimismo se debe a que estamos en procesos electorales políticos y en el Colegio de Abogados. Los jueces también nos encontramos en la víspera de elecciones (en la Asociación de Magistrados) pero tenemos un perfil más bajo. Tratemos de filtrar las internas de nuestros espacios para preservar la institución”.
Sbdar coincidió con esta última postura y dijo que ello era responsabilidad de cada consejero. Con su intervención concluyó el tratamiento del asunto sin una respuesta favorable para el pedido de aclaración que formuló Bustamante. Presenciaron la discusión los consejeros Regino Amado, Federico Romano Norri, Raúl Martínez Aráoz, Marcela Ruiz, Isabel Nacul, Martín Tello y Rolando Granero.
En la sesión anterior, el órgano tampoco se había pronunciado con un “sí” o un “no” respecto de la moción para suprimir los nombramientos fundados en criterios subjetivos. El propio reglamento del CAM establece que las designaciones deben ser decididas mediante concursos de antecedentes y oposición. Con la excepción de Nacul, los miembros del staff del CAM llegaron a sus puestos por medio de una designación discrecional. Tal situación quedó al descubierto en virtud del caso de Fernando Ganami, ex asesor de la presidenta Sbdar, prosecretario del órgano nombrado sin concurso, y aspirante a secretario y director de la Escuela (entraría en ambas ternas).
La participación en la distribución de cargos entre allegados generó pedidos de renuncia respecto de Bustamante y Romano Norri, que dejó la silla que ocupaba en el comité académico del CAM. En relación con esta dimisión, el legislador de la Unión Cívica Radical explicó: “quiero dedicar todo mi tiempo a la función de consejero. Tenemos que ser garantía de calidad, de transparencia, de eficiencia y de imparcialidad. Si hay que corregir algún tipo de procedimiento o construir instrumentos que están faltando, como decía Bustamante, adelante. A la institución propiamente dicha le hará bien”.
“Es de honestos el reconocer errores”, dijo el abogado Bustamante después de afirmar que creía en Nacul y en Falcucci, y que estos eran fedatarios y, por ende, una suerte de “escribanos”. “Pero observo un cierto desacuerdo entre lo informado y el presupuesto de 2015. Me refiero concretamente a los cargos de la Escuela Judicial”, añadió. Según el letrado, el informe decía que al 28 de octubre pasado no había cargos por cubrir: “pero sí los hay (en referencia a seis puestos creados -y aún no cubiertos- para la Escuela Judicial). Pido una forma de aclarar”.
“... En la medida en que uno observe una situación de poca claridad”, retrucó Sbdar. Y afirmó que el órgano mantenía una línea de coherencia total en este tema y que a finales de 2013 los consejeros habían consensuado dotar a la Escuela de nueve cargos (un director y un secretario, que están en proceso de selección, y siete empleados -uno de ellos es un ordenanza que ya fue nombrado “a dedo”-). “Aún sin haberlo explicitado en un acuerdo, vos participaste de esa decisión, ‘Tony’. Los cargos que aparecen en el proyecto de presupuesto de 2015 son los que quedaron pendientes de 2014”, advirtió la presidenta Sbdar, y dijo que ella había propuesto concursarlos una vez que haya secretario y director.
Ni un “sí” ni un “no”
El camarista Albo expresó que existía una confusión general afuera, que pensaba que adentro del CAM no debería haberla y que derivaba de no dimensionar la naturaleza de la Escuela Judicial. “No es una entidad aparte del Consejo; no tiene autonomía y funciona como cualquier otra secretaría”, apuntó con vehemencia.
Bustamante reconoció que él había firmado la nota de remisión del informe que observaba (el CAM envió el texto a los poderes del Estado y al Colegio de Abogados, entre otras instituciones, y lo “colgó” en camtucuman.gob.ar); insistió en que ello no era motivo para no reconocer un error y que había que asignar los cargos de la Escuela por medio de un acuerdo. “La propuesta es aceptar la crítica interna. No pongo en duda el trabajo de Falcucci y Nacul, a quienes admiro”, dijo.
Previamente y a propósito de la resolución del Colegio que preside Francisco García Posse (apoya la labor del CAM y pide que, en adelante, todos los cargos sean concursados), Albo habló de la existencia de “voces disonantes que generaban un manto de sospecha sobre el CAM”: “entiendo que esto asimismo se debe a que estamos en procesos electorales políticos y en el Colegio de Abogados. Los jueces también nos encontramos en la víspera de elecciones (en la Asociación de Magistrados) pero tenemos un perfil más bajo. Tratemos de filtrar las internas de nuestros espacios para preservar la institución”.
Sbdar coincidió con esta última postura y dijo que ello era responsabilidad de cada consejero. Con su intervención concluyó el tratamiento del asunto sin una respuesta favorable para el pedido de aclaración que formuló Bustamante. Presenciaron la discusión los consejeros Regino Amado, Federico Romano Norri, Raúl Martínez Aráoz, Marcela Ruiz, Isabel Nacul, Martín Tello y Rolando Granero.
En la sesión anterior, el órgano tampoco se había pronunciado con un “sí” o un “no” respecto de la moción para suprimir los nombramientos fundados en criterios subjetivos. El propio reglamento del CAM establece que las designaciones deben ser decididas mediante concursos de antecedentes y oposición. Con la excepción de Nacul, los miembros del staff del CAM llegaron a sus puestos por medio de una designación discrecional. Tal situación quedó al descubierto en virtud del caso de Fernando Ganami, ex asesor de la presidenta Sbdar, prosecretario del órgano nombrado sin concurso, y aspirante a secretario y director de la Escuela (entraría en ambas ternas).
La participación en la distribución de cargos entre allegados generó pedidos de renuncia respecto de Bustamante y Romano Norri, que dejó la silla que ocupaba en el comité académico del CAM. En relación con esta dimisión, el legislador de la Unión Cívica Radical explicó: “quiero dedicar todo mi tiempo a la función de consejero. Tenemos que ser garantía de calidad, de transparencia, de eficiencia y de imparcialidad. Si hay que corregir algún tipo de procedimiento o construir instrumentos que están faltando, como decía Bustamante, adelante. A la institución propiamente dicha le hará bien”.