26 Noviembre 2014
INDIGNACIÓN. Se presentaron 50 hábeas corpus para proteger a víctimas y familiares, tras la liberación de represores en Tucumán. LA GACETA/FRANCO VERA
Una nueva audiencia en el juicio que se sustancia contra ex guardiacáceles, ex policías y ex militares, por crímenes cometidos en el centro clandestino de detención que funcionaba en la cárcel de Villa Urquiza desde 1975 y durante la dictadura, se inició esta mañana.
La primera testigo, Mirtha Ferreyra, tenía 3 años cuando secuestraron a su padre. Ante el tribunal que preside Carlos Jiménez Montilla, contó que recuerda cuando se lo llevaron. Ella tenía 3 años y se aferró a sus piernas para evitar que lo sacaran de la casa.
También relató que el entonces gobernador de la dictadura, Antonio Bussi, citó a su abuelo y lo intimidó para que no siga buscando a su hijo, que era dirigente barrial y militante de la Juventud Peronista.
Integrantes de la "patota" que se llevó a Ferreyra también se llevaron pertenencias de la familia, durante el secuestro. Luego,policías los extorsionaron para que les dieran dinero.
La primera testigo, Mirtha Ferreyra, tenía 3 años cuando secuestraron a su padre. Ante el tribunal que preside Carlos Jiménez Montilla, contó que recuerda cuando se lo llevaron. Ella tenía 3 años y se aferró a sus piernas para evitar que lo sacaran de la casa.
También relató que el entonces gobernador de la dictadura, Antonio Bussi, citó a su abuelo y lo intimidó para que no siga buscando a su hijo, que era dirigente barrial y militante de la Juventud Peronista.
Integrantes de la "patota" que se llevó a Ferreyra también se llevaron pertenencias de la familia, durante el secuestro. Luego,policías los extorsionaron para que les dieran dinero.