27 Noviembre 2014
En el primer partido fue más lo que se pegó y habló que lo que se jugó.
BUENOS AIRES.- La espera desespera. Por eso, a horas de que se defina uno de los pases a la final de la Copa Sudamericana, los hinchas de River y Boca comienzan a palpitar el juego, y nada mejor que hacerlo con lo que sucedió en el primer cruce.
Si bien despertó varios bostezos y dejó mucha tela para cortar por el modo en que se jugó (se pegó mucho y se tocó poco), sí fue un importante indicio de lo que puede terminar sucediendo esta noche en la nueva edición del superclásico argentino en plano internacional.
La realidad es que no se sacaron diferencias. La patada de Leonel Vangioni a Juan Manuel Martínez; la pelea entre Fernando Gago y Leonardo Ponzio, la chance que no pudo terminar facturando Gago sobre el final y muy pocas más terminaron pintando de cuerpo entero un partido que hoy probablemente, por necesidades, se puede repetir.