28 Noviembre 2014
EN EL HOSPITAL. El dueño contó que había comprado para evitar los constantes robos que sufría en su casa. FOTO DE CLARIN.COM
NEUQUÉN.- Un hombre de 44 años sufrió la amputación de un brazo cuando fue atacado por su propio perro rottweiler, al que había comprado para evitar los constantes robos que sufría en su casa de la ciudad de Neuquén.
El animal, junto a una perra de la misma raza, habían matado tiempo atrás a dos personas que supuestamente ingresaron a robar a la vivienda del barrio Huiliches de Neuquén y, en otra ocasión, causaron graves heridas a otros dos hombres, informó en su edición de hoy el diario La Mañana de Neuquén.
"En mi casa murieron dos personas", admitió Emilio Muñoz, por lo que aún tiene "algunos problemas judiciales", dijo.
"Lamento la gente que murió ahí adentro, pero eran ladrones. Uno fue adentro de mi dormitorio y el otro fue en el patio", sostuvo, tras lo cual manifestó que otros dos hombres "sufrieron heridas de gravedad y se recuperaron con el tiempo".
"Los ataques ocurrieron porque ellos se metieron adentro de mi casa", remarcó, a la vez que reconoció que había comprado el perro con la intención de defenderse de los robos constantes.
Pero hasta el sábado último, ninguno de los dos animales había atacado a su propio dueño, afirmó Muñoz, quien permanecía internado en el Hospital Castro Rendón de la capital neuquina, donde debieron amputarle el brazo izquierdo como consecuencia de las heridas sufridas.
Ese día el hombre, empleado de un estudio contable, regresó a su casa, ingresó su automóvil a la cochera y cerró el portón.
Según el relato que hizo al diario provincial, de forma fulminante el perro, de nombre Otto, se le abalanzó, lo mordió en la rodilla y lo tiró al piso, mientras la perra se alejaba del lugar.
El hombre contó que le gritaba: "íOtto soy yo! íQué me hacés!", pero el animal continuaba enceguecido y cuando logró zafar su pierna, el perro continuó mordiéndole el brazo izquierdo.
Los gritos alertaron a sus vecinos, que al ver la ferocidad del perro no se animaron a ingresar, hasta que llegó otro hombre, que habitualmente cuidaba la casa de Muñoz, y logró enlazar al animal con un collar de ahorque, quitándoselo de encima.
Muñoz contó que él mismo, tirado en el piso y ensangrentado, le pedía a los gritos a la policía, que acababa de llegar, que matara al perro.
Finalmente, fue el propio vecino que había logrado rescatarlo quien dio muerte al animal.
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