Otra chance para la Unión Europea

30 Noviembre 2014

Paul Taylor - Agencia Reuters

PARÍS.- La cuenta regresiva comenzó para lo que se presagia como una oportunidad perdida de reavivar la estancada economía de Europa. Cuando los líderes de la Unión Europea se reúnan el 18 y 19 de diciembre bajo una nueva gestión, tendrán la oportunidad de lanzar un asalto conjunto al estancamiento económico y elevado desempleo que están alimentando el desencanto y protestas de votantes contra el bloque.

Todas las señales apuntan a que no lo conseguirán. Las 18 naciones de la zona euro tienen problemas por librarse de las secuelas de su crisis de deuda, agravadas por el impacto económico de su enfrentamiento con Rusia por Ucrania. La inflación y el crecimiento están por debajo del 1%, mientras que el desempleo se mantiene en el 11,5%. Países como España y Grecia tienen tasas que duplican ese nivel. Hasta Alemania, la locomotora de la UE, ha tenido una ralentización. El ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers dice que Europa se arriesga a “un estancamiento secular”, un bajón de largo plazo que se autoperpetúa similar al que sucedió a la Gran Depresión en la década de 1930. La economía francesa está moribunda, Italia ha vuelto a caer en recesión y ambos países no están consiguiendo reducir ni sus déficit presupuestarios ni su deuda según las normas de la UE, causando tensión con Bruselas y Berlín.

“Sin empleos ni crecimiento, la idea europea en sí misma está en peligro”, dijo el saliente presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Su sucesor, el polaco Donald Tusk, tendrá la tarea de intentar formar un acuerdo a nivel de cumbre sobre una nueva política económica. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, marcó la agenda para lo que podría ser un “New Deal” para Europa en un discurso pronunciado ante banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming, el pasado agosto. Pidió una combinación de medidas presupuestarias para impulsar la demanda, una mayor inversión pública y reformas económicas estructurales que favorezcan el crecimiento junto con estímulo monetario por parte del BCE. Draghi subrayó la escala del desafío, pintando una perspectiva sombría y comprometiéndose a combatir la baja inflación. A pesar de la muestra de unidad dada este mes, Draghi está luchando para superar la oposición liderada por el jefe del Bundesbank alemán Jens Weidmann a medidas más osadas como la compra de bonos públicos, lo que se conoce como alivio cuantitativo. “Lo que Draghi necesita es un acuerdo ambicioso en la cumbre sobre inversión y un compromiso de reformas coordinadas y normas fiscales más sólidas a fin de tener cobertura política para pasar al alivio cuantitativo”, dijo un alto funcionario de la UE, en alusión a la política de compras de activos a gran escala por parte del banco central. “Pero existe el riesgo de que la cumbre sea una decepción”, agregó.

El nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, prometió un programa de inversión de 300.000 millones de euros (U$S 376.000 millones) en obras públicas como transporte, energía y redes digitales. Pero se espera que el programa se dedique a reciclar el actual presupuesto de la UE y los fondos del Banco Europeo de Inversión y que apenas haya nuevo dinero público. A menos que haya una sorpresa de último minuto, los líderes de la UE se encaminan a un acuerdo vacío que no cambiará las políticas económicas establecidas que, hasta ahora, han fracasado para revivir el crecimiento. Limitaciones domésticas, divergentes filosofías económicas y desconfianza mutua hacen que el resultado de la cumbre posiblemente sea decepcionante.

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