Por LA GACETA
29 Noviembre 2014
Hay historias que se repiten desde hace muchos años cuando se aproxima el verano. La escasez de agua, sumada a las temperaturas agobiantes que comienzan a azotarnos en plena primavera, ponen no solo de mal humor a muchos tucumanos, sino que los lleva cortar calles y rutas para hacer escuchar su reclamo. Esta situación afecta a barrios, localidades y también escuelas.
En Tafí Viejo, alrededor de 10 establecimientos educativos se hallan con problemas de falta de agua. Por ejemplo, en el Colegio Nacional de esa ciudad, que cuenta con más de 1.800 alumnos, tuvieron que suspender las clases por esa causa. La Sociedad Aguas del Tucumán y la motobomba de los bomberos suelen proveerle agua para evitar que se clausuren los baños. Algo similar sucede con la escuela Fray Cayetano Rodríguez.
Pero no sólo el servicio deficiente de la SAT es responsable de esta situación, sino también las roturas de las bombas, que suceden cuando se produce una baja de tensión o cuando eventualmente se las roban los amigos de lo ajeno. Por cierto que la cuestión climatológica aporta su grano de arena significativo.
Un funcionario de Construcciones Escolares dijo: “Todos los años tenemos problemas con el agua en las escuelas, pero desde hace 10 años la situación ha ido empeorando con el crecimiento urbano y áulico, tanto de capital como en la periferia” y comentó que las poblaciones más afectadas son las que experimentaron mayor incremento edilicio, tales como San Miguel de Tucumán, la Banda del Río Salí, Tafí Viejo, Alderetes y Las Talitas. En diez de los 1.300 establecimientos que hay en la provincia se han montado dos torres tanque con una reserva de alrededor de 10.000 litros para la provisión de agua cuando la presión es muy baja o cuando hay un elevado consumo a causa del calor. El funcionario de Construcciones Escolares indicó que la única solución en algunas zonas es la perforación de pozos de 120 metros y en lo que va del año se perforaron más de 10. El gerente de la SAT atribuyó a las bombas rotas y a las instalaciones viejas el problema de la falta de agua en las escuelas. Señaló que las bajas de tensión de la energía eléctrica afectan la provisión del servicio de agua. “Los 400 pozos que hay en la provincia no pueden funcionar cuando no hay energía eléctrica”, afirmó.
El 12 de diciembre es la fecha dispuesta para el fin de las clases, pero el ciclo se extenderá hasta el día 19 por los exámenes.
Generalmente, el período de sequía se extiende desde julio a noviembre. En los últimos años este ha llegado casi hasta diciembre. Se supone que el Gobierno dispone de muchos meses para poner en condiciones las bombas y las instalaciones eléctricas, para dotar de ventiladores a todas las aulas, así como para reparar los que no funcionan. ¿Por qué esperar a que se repita la situación para ocuparse de ella?
Desde hace varios años, la provisión de agua potable en varios sectores de Tafí Viejo suele ser dramática. En más de una década, el Gobierno no ha dado soluciones eficaces a esa población, así como a otras. Sería interesante que miembros del gobierno convivieran dos o tres días con las familias que padecen este problema para sensibilizarse y obrar en consecuencia. Tal vez la próxima administración considere la provisión de agua como una de las prioridades de los tucumanos. “Sin agua, nada somos. Hasta un emperador, privado de agua, se vería pronto reducido a polvo”, afirma Salman Rushdie.
En Tafí Viejo, alrededor de 10 establecimientos educativos se hallan con problemas de falta de agua. Por ejemplo, en el Colegio Nacional de esa ciudad, que cuenta con más de 1.800 alumnos, tuvieron que suspender las clases por esa causa. La Sociedad Aguas del Tucumán y la motobomba de los bomberos suelen proveerle agua para evitar que se clausuren los baños. Algo similar sucede con la escuela Fray Cayetano Rodríguez.
Pero no sólo el servicio deficiente de la SAT es responsable de esta situación, sino también las roturas de las bombas, que suceden cuando se produce una baja de tensión o cuando eventualmente se las roban los amigos de lo ajeno. Por cierto que la cuestión climatológica aporta su grano de arena significativo.
Un funcionario de Construcciones Escolares dijo: “Todos los años tenemos problemas con el agua en las escuelas, pero desde hace 10 años la situación ha ido empeorando con el crecimiento urbano y áulico, tanto de capital como en la periferia” y comentó que las poblaciones más afectadas son las que experimentaron mayor incremento edilicio, tales como San Miguel de Tucumán, la Banda del Río Salí, Tafí Viejo, Alderetes y Las Talitas. En diez de los 1.300 establecimientos que hay en la provincia se han montado dos torres tanque con una reserva de alrededor de 10.000 litros para la provisión de agua cuando la presión es muy baja o cuando hay un elevado consumo a causa del calor. El funcionario de Construcciones Escolares indicó que la única solución en algunas zonas es la perforación de pozos de 120 metros y en lo que va del año se perforaron más de 10. El gerente de la SAT atribuyó a las bombas rotas y a las instalaciones viejas el problema de la falta de agua en las escuelas. Señaló que las bajas de tensión de la energía eléctrica afectan la provisión del servicio de agua. “Los 400 pozos que hay en la provincia no pueden funcionar cuando no hay energía eléctrica”, afirmó.
El 12 de diciembre es la fecha dispuesta para el fin de las clases, pero el ciclo se extenderá hasta el día 19 por los exámenes.
Generalmente, el período de sequía se extiende desde julio a noviembre. En los últimos años este ha llegado casi hasta diciembre. Se supone que el Gobierno dispone de muchos meses para poner en condiciones las bombas y las instalaciones eléctricas, para dotar de ventiladores a todas las aulas, así como para reparar los que no funcionan. ¿Por qué esperar a que se repita la situación para ocuparse de ella?
Desde hace varios años, la provisión de agua potable en varios sectores de Tafí Viejo suele ser dramática. En más de una década, el Gobierno no ha dado soluciones eficaces a esa población, así como a otras. Sería interesante que miembros del gobierno convivieran dos o tres días con las familias que padecen este problema para sensibilizarse y obrar en consecuencia. Tal vez la próxima administración considere la provisión de agua como una de las prioridades de los tucumanos. “Sin agua, nada somos. Hasta un emperador, privado de agua, se vería pronto reducido a polvo”, afirma Salman Rushdie.