Por Mariana Segura
30 Noviembre 2014
VOLÓ COMO SIEMPRE. Augusto López Salas se visitó de héroe en La Caldera y salvó a Tucumán de perder la segunda corona. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Con los pies en el ingoal, rodeado de futuros rugbiers que ya quieren ser como él y que no se cansan de pedirle la camiseta. Con pasto en la cara y empapado del sudor por el esfuerzo enorme para “volar” y que Tucumán sea otra vez campeón... A la postal final la fabricó toda él, Augusto López Salas, por que por un momento, cuando a la definición con Buenos Aires le quedaban sólo 25 minutos y el equipo perdía por 21 puntos, más de uno pensó que a la “naranja” la Copa se le escapaba.
Fue el “Chino” el que dejó el premio intacto en casa. “La copa se nos estaba yendo, pero por suerte tuvimos la madurez de saber que ellos nos estaban jugando de una forma diferente a la que esperábamos y entendimos cómo darlo vuelta”, confesó el wing, respirando profundo pero satisfecho con una remontada que no alcanzó para ganar el partido, pero sí para sumar el bonus que le haría salvar el campeonato.
Fueron sus tries (hizo tres, pero dos vitales para la remontada en el segundo tiempo) los que le dieron vida a un Tucumán olvidadizo de sus mejores producciones pero con las escapadas de López Salas, que fueron la marca registrada del equipo que ayer retuvo la corona.
“Lo único que se es que mi amigo ‘Marrón’ Frías Silva me habilita. De ahí se dan las cosas solas”, cuenta él sin poder recordar mucho más de la gran jugada con la que acortó ventajas y salvó al equipo de perder la chance del bicampeonato. Bueno... En realidad sólo él, modesto y respetuoso, llegó a esa conclusión: porque esquivar “águilas” como conos para “volar” al ingoal no puede ser nunca una cosa que se da por sí sola. El “Chino” se lució. Otra vez.
Hasta se dio el gusto de figurar como tryman “naranja” en el campeonato: con los tres de ayer y el que le apoyó a Salta en la “semi” llegó a cuatro tries, en apenas dos partidos que pudo jugar cuando se recuperó de una lesión. “Mmm cierto, no sabía. Es un lindo dato, ja. Me pone contento”, dijo sorprendido y sincero a la vez.
López Salas ya había sido hombre vital del Tucumán campeón de 2013, figura de aquella final contra Rosario. Y por suerte para todos en La Caldera el back pulsó rewind y repitió su magia, justo cuando más hacía falta. “Eso me pone contentísimo. Uno nunca espera que se den así las cosas. A parte del resultado del equipo estoy feliz de haber tenido esa suerte para ayudar a darle el trofeo a Tucumán”, recitó este “hijo del viento”.
Muchas más palabras de análisis no tiene el “Chino”, no en ese momento donde todo es emoción y dedicatorias. Mamá y hermana lo esperan para la foto, para inmortalizar la imagen de un momento inolvidable, tal cual hizo él al apoyar los tries que Tucumán necesitaba para no perder el título. “Esta final tuvo un sabor especial”, reconoció López Salas, el héroe repetido de La Naranja multicampeona.
Fue el “Chino” el que dejó el premio intacto en casa. “La copa se nos estaba yendo, pero por suerte tuvimos la madurez de saber que ellos nos estaban jugando de una forma diferente a la que esperábamos y entendimos cómo darlo vuelta”, confesó el wing, respirando profundo pero satisfecho con una remontada que no alcanzó para ganar el partido, pero sí para sumar el bonus que le haría salvar el campeonato.
Fueron sus tries (hizo tres, pero dos vitales para la remontada en el segundo tiempo) los que le dieron vida a un Tucumán olvidadizo de sus mejores producciones pero con las escapadas de López Salas, que fueron la marca registrada del equipo que ayer retuvo la corona.
“Lo único que se es que mi amigo ‘Marrón’ Frías Silva me habilita. De ahí se dan las cosas solas”, cuenta él sin poder recordar mucho más de la gran jugada con la que acortó ventajas y salvó al equipo de perder la chance del bicampeonato. Bueno... En realidad sólo él, modesto y respetuoso, llegó a esa conclusión: porque esquivar “águilas” como conos para “volar” al ingoal no puede ser nunca una cosa que se da por sí sola. El “Chino” se lució. Otra vez.
Hasta se dio el gusto de figurar como tryman “naranja” en el campeonato: con los tres de ayer y el que le apoyó a Salta en la “semi” llegó a cuatro tries, en apenas dos partidos que pudo jugar cuando se recuperó de una lesión. “Mmm cierto, no sabía. Es un lindo dato, ja. Me pone contento”, dijo sorprendido y sincero a la vez.
López Salas ya había sido hombre vital del Tucumán campeón de 2013, figura de aquella final contra Rosario. Y por suerte para todos en La Caldera el back pulsó rewind y repitió su magia, justo cuando más hacía falta. “Eso me pone contentísimo. Uno nunca espera que se den así las cosas. A parte del resultado del equipo estoy feliz de haber tenido esa suerte para ayudar a darle el trofeo a Tucumán”, recitó este “hijo del viento”.
Muchas más palabras de análisis no tiene el “Chino”, no en ese momento donde todo es emoción y dedicatorias. Mamá y hermana lo esperan para la foto, para inmortalizar la imagen de un momento inolvidable, tal cual hizo él al apoyar los tries que Tucumán necesitaba para no perder el título. “Esta final tuvo un sabor especial”, reconoció López Salas, el héroe repetido de La Naranja multicampeona.
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