30 Noviembre 2014
Todo comienzo tiene su final y en un deportista es casi ley saber retirarse a tiempo. Sobre todo para disfrutar lo que se hizo. Tantas batallas que se juegan en cada partido de rugby obligan a un desgaste físico y mental tremendo, pero mucho que ver tiene el apoyo familiar del jugador. El análisis combina a la perfección con Julio Farías, que se dio el gusto de salir campeón vistiendo la camiseta naranja, antes del retirarse de la práctica activa.
“Estos fueron mis últimos 80 minutos dentro de una cancha de rugby y hoy puedo contar que frente a Rosario, Salta y Buenos Aires jugué con el dedo pulgar quebrado. Por suerte se salió campeón porque se demostró carácter durante todo el campeonato”, avisó el “Flaco”, que después de eso se hizo tiempo para analizar lo ocurrido en “La Caldera”.
“Sacamos a relucir la garra y la mística. En un momento pensé que se nos escapaba el título, pero por suerte el equipo sacó adelante un resultado que al final nos favoreció”, sostuvo Farías. La ansiedad contagia nervios durante el juego y él no lo niega. “La presión nos jugó en contra y el try apenas empezado el partido nos aumentó la confianza”, reconoció el ex Puma que al final pudo desahogarse.
Alejandro Molinuevo head coach de la selección tucumana, también disfrutó del logro. “Fue un partido muy sufrido y llegamos al fin deseado: el título de campeón. Ellos propusieron un plan de juego muy simple en territorio nuestro, con kicks al fondo y bajo presión cometimos errores en el control de la pelota, en especial en el primer tiempo”, analizó.
“Se dieron algunas ventajas en los momentos de definición. La ansiedad puede ser una de las causas, porque Buenos Aires con cosas muy simples, nos complicó”, sintetizó el hombre.
Igual que Farías y Mariano Centurión -en este caso por lesión- el bicampeonato a Molinuevo no lo hace pensar en el tercer título. “Creo que ya está, hay que saber retirarse a tiempo, me gustó transmitir mi experiencia en los dos años que tenía planeados”, dijo el entrenador, que se irá por la puerta grande.
“Estos fueron mis últimos 80 minutos dentro de una cancha de rugby y hoy puedo contar que frente a Rosario, Salta y Buenos Aires jugué con el dedo pulgar quebrado. Por suerte se salió campeón porque se demostró carácter durante todo el campeonato”, avisó el “Flaco”, que después de eso se hizo tiempo para analizar lo ocurrido en “La Caldera”.
“Sacamos a relucir la garra y la mística. En un momento pensé que se nos escapaba el título, pero por suerte el equipo sacó adelante un resultado que al final nos favoreció”, sostuvo Farías. La ansiedad contagia nervios durante el juego y él no lo niega. “La presión nos jugó en contra y el try apenas empezado el partido nos aumentó la confianza”, reconoció el ex Puma que al final pudo desahogarse.
Alejandro Molinuevo head coach de la selección tucumana, también disfrutó del logro. “Fue un partido muy sufrido y llegamos al fin deseado: el título de campeón. Ellos propusieron un plan de juego muy simple en territorio nuestro, con kicks al fondo y bajo presión cometimos errores en el control de la pelota, en especial en el primer tiempo”, analizó.
“Se dieron algunas ventajas en los momentos de definición. La ansiedad puede ser una de las causas, porque Buenos Aires con cosas muy simples, nos complicó”, sintetizó el hombre.
Igual que Farías y Mariano Centurión -en este caso por lesión- el bicampeonato a Molinuevo no lo hace pensar en el tercer título. “Creo que ya está, hay que saber retirarse a tiempo, me gustó transmitir mi experiencia en los dos años que tenía planeados”, dijo el entrenador, que se irá por la puerta grande.
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