El Salón de Fotografía

El Salón de Fotografía
Pocas, decididamente escasas, son las obras que se permitieron experimentar con la fotografía en el Salón Tucumán que, hasta marzo, podrá visitarse en el Museo Timoteo Navarro.

EL 2014 fue el año de la fotografía en esta ciudad, prácticamente por la realización del Festival de la Luz y de la Bienal de Fotografía Documental, que convocaron a decenas de artistas locales y nacionales, incluso internacionales.

No obstante, resulta evidente que el Salón no fue alcanzado en su influencia por estos eventos, a pesar de la dimensión que tuvieron.

En el contexto de la provincia, debe recordarse que el boom de la fotografía no tiene límites: centenares de jóvenes se anotan en la matrícula de la Facultad de Artes y la participación en exposiciones colectivas es siempre numerosa.

Pero el Salón no refleja esa situación, ciertamente: aún siendo nacional, fueron pocos los trabajos que se presentaron (algo más de 100).

Está claro que los montos de los premios han quedado absolutamente desactualizados: $20.000, $12.000 y $7.000 son sumas poco atractivas, sin dudas. Y tal vez sea esa una de las razones de la poca convocatoria: al recorrer las salas, no se ven prácticamente obras de artistas de otras provincias.

El tercer premio, “S/T” de Agustina D’Amico; “Sanctasantorum”, de Alejandro Gómez Tolosa; “Arsenal 1”, de Atilio Orellana y “”ST”, de Pablo Masino, son algunas de las piezas que marcan una diferencia, en el tono generalizado de retratos, autorretratos y paisajes, muchos de los cuales, no hace falta aclarar, son excelentes registros.

Para escribirlo con otras palabras: en tiempos de la postfotografía (en términos de Joan Fontcuberta, tan estudiado y citado en talleres y en la academia), el Salón continuó siendo de fotografía.

Finalmente, en relación al montaje, una vez más se advierte las dificultades en la iluminación: casi es imposible situarse frente a la obra y mirarla sin que molesten los reflejos de las lámparas.

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