08 Enero 2015
Los grupos radicalizados islamistas son una minoría
El carácter laico de la república y la separación del Estado con los asuntos de la religión impiden al Gobierno el control del islam Entre cinco millones y seis millones de musulmanes viven en el país -cerca del 7% de la población- y los salafistas no serían más de 12.000
PATRULLA. La policía francesa fue enviada masivamente a las calles de París. reuters
PARÍS.- El atentado a la revista Charlie Hebdo vuelve a poner en el centro del debate las cuestiones de la inmigración y la transculturización que enfrentan algunos países. Aunque no hay cifra precisas de los musulmanes residentes, las estimaciones apuntan a que en Francia viven entre cinco millones y seis millones de personas que profesan el islam: apenas entre un 6% o 7% de la población mayoritariamente cristiana. Pero Francia tiene la mayor población musulmana en Europa, y es uno de los pocos sitios de la región donde la burka y el niqab (las vestimentas tradicionales que utilizan muchas musulmanas) están prohibidas por ley. La percepción del islamismo como amenaza ha impulsado la aprobación en 2004 de la ley sobre el velo, que prohibe llevar signos religiosos ostensibles en las escuelas públicas de enseñanza primaria y secundaria.
El carácter laico de la república y la estricta separación de los asuntos del Estado con los de la religión han impedido llevar a cabo una política más activa en el control del islam.
Pero la perspectiva amenazadora de un islam francés manipulado por las redes internacionales islamistas ha llevado a los gobiernos a formular respuestas ante un panorama de creciente complejidad, que tiene en el rechazo al islamismo por los sectores derechistas una de las principales cuestiones.
La década de 1950, con las necesidades de mano de obra para la reconstrucción del país devastado por la Segunda Guerra Mundial; y en los 60, con el final de la guerra de Argelia (ex colonia francesa), son los momentos en que ingresa un gran caudal de inmigrantes de religión musulmana. Pero en Francia no se advierte una mayoría de salafistas o sectores radicalizados dentro de ese espacio religioso.
El salafismo es un movimiento reformista que condena por igual las prácticas del islam popular (lo tachan de superticioso) como gran parte del pensamiento teológico, considerado portador de “innovaciones”, es decir, creaciones de la razón que se alejan del mensaje divino. Los salafistas rechazan la influencia occidental, en particular la democracia y el laicismo, por “corromper la fe musulmana”. Unas 12.000 personas seguirían esa línea y de los 1.900 centros de culto musulmán -mezquitas más salas de rezo-, unas 50 responderían al salafismo en Francia. (Especial)
El carácter laico de la república y la estricta separación de los asuntos del Estado con los de la religión han impedido llevar a cabo una política más activa en el control del islam.
Pero la perspectiva amenazadora de un islam francés manipulado por las redes internacionales islamistas ha llevado a los gobiernos a formular respuestas ante un panorama de creciente complejidad, que tiene en el rechazo al islamismo por los sectores derechistas una de las principales cuestiones.
La década de 1950, con las necesidades de mano de obra para la reconstrucción del país devastado por la Segunda Guerra Mundial; y en los 60, con el final de la guerra de Argelia (ex colonia francesa), son los momentos en que ingresa un gran caudal de inmigrantes de religión musulmana. Pero en Francia no se advierte una mayoría de salafistas o sectores radicalizados dentro de ese espacio religioso.
El salafismo es un movimiento reformista que condena por igual las prácticas del islam popular (lo tachan de superticioso) como gran parte del pensamiento teológico, considerado portador de “innovaciones”, es decir, creaciones de la razón que se alejan del mensaje divino. Los salafistas rechazan la influencia occidental, en particular la democracia y el laicismo, por “corromper la fe musulmana”. Unas 12.000 personas seguirían esa línea y de los 1.900 centros de culto musulmán -mezquitas más salas de rezo-, unas 50 responderían al salafismo en Francia. (Especial)
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