Por LA GACETA
12 Enero 2015
Son como los oasis en los desiertos, les permiten respirar a las ciudades súbditas del cemento y de la contaminación ambiental. Los espacios verdes son fundamentales para oxigenar el aire que respiramos. La Organización Mundial de la Salud aconseja 14,2 metros cuadrados por habitante y un mínimo de 10 m2. En septiembre pasado, una doctora en Geografía dijo que en Tucumán, tenemos la misma superficie de espacio verde que había en 1916, sólo que en ese entonces había 82.000 habitantes y hoy viven unos 800.000, aproximadamente.
Nuestra capital cuenta desde hace varios años, con la gran posibilidad de sumar un enorme predio para la salud respiratoria de los tucumanos. En marzo de 2006, las 37 hectáreas de Campo Norte fueron adquiridas por la Provincia al Ejército a un precio de $5,5 millones e inmediatamente se las transfirió a la Municipalidad. Se dijo entonces que 28 hectáreas serían destinadas a espacios verdes y a prácticas deportivas. Pasó el tiempo y este lugar, sigue siendo un depósito de basura gigante. Con alguna frecuencia, en nuestra sección Cartas de Lectores, los vecinos suelen quejarse.
“Los alrededores del parque son depósitos de toda clase de basura. Hace más de un mes, personal de la Secretaria de Saneamiento y Mejoramiento de Espacios Públicos se encargó de cortar en pasto de algunos lugares del parque, amontonando los desperdicios en determinados lugares, es hasta el día de hoy que esos residuos todavía no pueden ser recogidos, peor aún, ya que se incrementaron por culpa de personas que arrojan más basura. La creación de esta Secretaría supuestamente era la respuesta al problema de la basura en los espacios públicos, algo que la municipalidad de la ciudad no podía solucionar, pero los resultados están a la vista; la basura se sigue acumulando en diferentes espacios verdes o baldíos de la ciudad. A los políticos no les importa los problemas de la ciudad, sino no se entiende como ellos nos obligan a vivir en una ciudad tapada de basura, con las consecuencias de lo que eso significa. Muchos de estos políticos se quieren presentar en las próximas elecciones, llegaran a 16 años en el poder y de seguro dirán que necesitan más tiempo para seguir ‘haciendo’”, escribió Lucas Albarracín (9/1).
Pero no sólo los residuos atormentan a los vecinos. “Sigue la amenaza de usurpar campo Norte” se titulaba una de nuestras crónicas del 24 de septiembre de 2013. Se indicaba que mientras la Policía aseguraba que la situación estaba tranquila, un grupo de personas insistía en ocupar terrenos de Campo Norte para edificar sus viviendas. “Cuando los usurpadores habían comenzado a dividir los terrenos que se iban a distribuir, llegó la Policía y los obligó a retirarse. Pero no se fueron lejos, estuvieron reunidos, analizando si volvían a ingresar”, señalaba la nota.
En alguna oportunidad, hemos sugerido en el predio de 28 hectáreas podría construirse un anfiteatro para espectáculos de todo tipo, que hubiese lugar destinado a la recreación de los niños, imitando lo que los rosarinos hicieron en las barrancas del río Paraná o sectores temáticos de homenajes a figuras destacadas de nuestra cultura.
La concreción de un parque en Campo Norte podría ser un aporte significativo a la vida cotidiana de los tucumanos y a los actos de celebración del bicentenario de nuestra Independencia.
Nuestra capital cuenta desde hace varios años, con la gran posibilidad de sumar un enorme predio para la salud respiratoria de los tucumanos. En marzo de 2006, las 37 hectáreas de Campo Norte fueron adquiridas por la Provincia al Ejército a un precio de $5,5 millones e inmediatamente se las transfirió a la Municipalidad. Se dijo entonces que 28 hectáreas serían destinadas a espacios verdes y a prácticas deportivas. Pasó el tiempo y este lugar, sigue siendo un depósito de basura gigante. Con alguna frecuencia, en nuestra sección Cartas de Lectores, los vecinos suelen quejarse.
“Los alrededores del parque son depósitos de toda clase de basura. Hace más de un mes, personal de la Secretaria de Saneamiento y Mejoramiento de Espacios Públicos se encargó de cortar en pasto de algunos lugares del parque, amontonando los desperdicios en determinados lugares, es hasta el día de hoy que esos residuos todavía no pueden ser recogidos, peor aún, ya que se incrementaron por culpa de personas que arrojan más basura. La creación de esta Secretaría supuestamente era la respuesta al problema de la basura en los espacios públicos, algo que la municipalidad de la ciudad no podía solucionar, pero los resultados están a la vista; la basura se sigue acumulando en diferentes espacios verdes o baldíos de la ciudad. A los políticos no les importa los problemas de la ciudad, sino no se entiende como ellos nos obligan a vivir en una ciudad tapada de basura, con las consecuencias de lo que eso significa. Muchos de estos políticos se quieren presentar en las próximas elecciones, llegaran a 16 años en el poder y de seguro dirán que necesitan más tiempo para seguir ‘haciendo’”, escribió Lucas Albarracín (9/1).
Pero no sólo los residuos atormentan a los vecinos. “Sigue la amenaza de usurpar campo Norte” se titulaba una de nuestras crónicas del 24 de septiembre de 2013. Se indicaba que mientras la Policía aseguraba que la situación estaba tranquila, un grupo de personas insistía en ocupar terrenos de Campo Norte para edificar sus viviendas. “Cuando los usurpadores habían comenzado a dividir los terrenos que se iban a distribuir, llegó la Policía y los obligó a retirarse. Pero no se fueron lejos, estuvieron reunidos, analizando si volvían a ingresar”, señalaba la nota.
En alguna oportunidad, hemos sugerido en el predio de 28 hectáreas podría construirse un anfiteatro para espectáculos de todo tipo, que hubiese lugar destinado a la recreación de los niños, imitando lo que los rosarinos hicieron en las barrancas del río Paraná o sectores temáticos de homenajes a figuras destacadas de nuestra cultura.
La concreción de un parque en Campo Norte podría ser un aporte significativo a la vida cotidiana de los tucumanos y a los actos de celebración del bicentenario de nuestra Independencia.