Por Carlos Werner
12 Enero 2015
Se sabe: no son tiempos sencillos en la relación de Francia y el mundo árabe. El atentando terrorista en París a la redacción de la revista satírica Charlie Hedbo de la semana pasada produjo reacciones en el país galo, y por extensión en Europa y buena parte de Occidente. La marcha por la paz de ayer, con millones de personas manifestándose, resultó un hito después de la locura. ¿Qué tiene que ver esto con el deporte? Mucho. Como manifestación humana, significa interrelación permanente. El mismo Rally Dakar debió abandonar África por las amenazas terroristas y recaló en tierras Sudamericanas en 2009. En la presente edición, que justamente tiene lugar en tiempos tan difíciles para los franceses, sin embargo no deja de entregar un paradigmático mensaje que una carrera organizada por franceses, tenga como líder a un piloto (Al Attiyah) cuyo origen es un país árabe (Qatar) y que la gran sorpresa de esta edición sea otro oriundo de esa región (Al Rahi, de Arabia Saudita). El deporte une al mundo.
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