Por Carlos Werner
15 Enero 2015
FERVOR. Los niños se mostraron entusiasmados con el paso de las máquinas. LA GACETA SALTA / FOTOS DE CARLOS VERGARA
Cuando alguien dice con total libertad “lo más difícil del Dakar ya pasó”, es porque no tiene idea de qué clase de competencia estamos hablando. Cada una de las etapas tiene sus dificultades, sus trampas, su verdugo esperando con su guillotina para sesgar las chances hasta del más ilustre. ¿No lo quieren ver así? Lean lo que dicen los pilotos. “Nosotros hacemos los deberes todos los días y del resto no me preocupo en absoluto. Pero hay que llegar a la meta”, dice Nasser Al Attiyah, el puntero de Autos. “Esto aún no ha terminado. Quién sabe, a lo mejor el Dakar nos reserva sorpresas increíbles”, opina el polaco Krzysztof Holowczyc, 4° en la general.
Giniel de Villiers, escolta del líder, entre la frustración y la esperanza, señala: “después de ver lo que le pasó a Roma, pienso que siempre puede ocurrirte un accidente por sorpresa. Nasser va muy bien y no hay motivos para arriesgar. Si no comete errores, no podré atraparlo. Pero carreras son carreras: nunca se sabe y hasta el rabo todo es toro.” Más claro, imposible.
Giniel de Villiers, escolta del líder, entre la frustración y la esperanza, señala: “después de ver lo que le pasó a Roma, pienso que siempre puede ocurrirte un accidente por sorpresa. Nasser va muy bien y no hay motivos para arriesgar. Si no comete errores, no podré atraparlo. Pero carreras son carreras: nunca se sabe y hasta el rabo todo es toro.” Más claro, imposible.
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Rally Dakar 2015