Opositores esperan que Alperovich admita fallas de su gestión en su último discurso en la Cámara

En cuatro semanas, Alperovich se presentará ante los legisladores para pronunciar sus últimas palabras como gobernador, en la apertura del período de sesiones ordinarias. Los parlamentarios que no integran su espacio político señalaron lo que consideran que el mandatario silenció en sus anteriores discursos y sugieren qué debería decir en la alocución de cierre de su gestión.

RECIENTE. Alperovich lee su discurso ante la cámara, el 1 de marzo del año pasado. Sólo faltó en 2010, debido a que se recuperaba de una operación. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ (ARCHIVO) RECIENTE. Alperovich lee su discurso ante la cámara, el 1 de marzo del año pasado. Sólo faltó en 2010, debido a que se recuperaba de una operación. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ (ARCHIVO)
01 Febrero 2015

Dentro de un mes el gobernador, José Alperovich, pronunciará ante la Legislatura su último discurso de apertura de sesiones ordinarias. Se trata del cumplimiento del mandato constitucional previsto en el inciso 8° del artículo 101°, que especifica las atribuciones del titular del Poder Ejecutivo: “dar cuenta anualmente a la Legislatura, en la apertura de sus sesiones, sobre el estado general de la administración, exponiendo la situación de la Provincia, las necesidades urgentes de su adelanto y recomendando su atención a los asuntos de interés público que reclamen cuidados preferentes”.

Según los representantes de la oposición en la Cámara, en sus anteriores alocuciones el mandatario cumplió parcialmente con esta obligación legal. En general, consideran que, mayormente, Alperovich se limitó a comparar indicadores con los registros de 2003 -cuando asumió la primera de sus tres gestiones al frente del Poder Ejecutivo-, o que no hizo mención a las estadísticas más calientes -en particular, en materia de seguridad-, o que destacó los aspectos más positivos de una cuestión al tiempo que no precisó los negativos.

Debido a que mientras pronuncia su discurso no puede ser interrumpido, y a que no están habilitadas las preguntas -ni antes, ni durante, ni una vez finalizado el discurso-, los parlamentarios no pueden reprocharle al mandatario lo que consideran errado, tergiversado o directamente silenciado. LA GACETA convocó a los legisladores de la oposición, para que digan, a su criterio, qué le faltó expresar a Alperovich en los nueve mensajes que pronunció ante la Cámara -en 2010 fue reemplazado por el presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado, debido a que se recuperaba de una operación- y qué debería decir en el que pronunciará a inicios del mes que viene.

Primero, la inseguridad


De la convocatoria participaron Ricardo Bussi (Fuerza Republicana), Alberto Colombres Garmendia (PRO), José Páez (Democracia Cristiana), Gerónimo Vargas Aignasse (Frente Renovador), y los legisladores de la Unión Cívica Radical: Ariel García, Federico Romano Norri, Roberto Sánchez y Fernando Valdez. Casi todos ellos advirtieron que en los discursos de Alperovich las menciones a los índices que dan cuenta de la situación que atraviesa la provincia en materia de seguridad estuvieron ausentes o fueron tangenciales.

Incluso, Colombres Garmendia cuestionó las estadísticas que el mandatario había dado en 2013. En particular, el legislador macrista se refirió a cuando Alperovich dijo que la Policía había resuelto la totalidad de los homicidios que había investigado durante el año anterior. En el mismo sentido, Vargas Aignasse recordó que en 2014 el gobernador había admitido que su gestión debía reforzar esa área. “Y la verdad es que no ha mejorado nada esa materia, sino todo lo contrario”, dijo el ex alperovichista devenido referente tucumano de las huestes del ex intendente de la localidad bonaerense de Tigre, Sergio Massa. De acuerdo con el criterio de García, Alperovich no habla de seguridad, sino que enumera cifras, como la cantidad de móviles que se adquirió para la Policía. “Reconoció un déficit, pero jamás logró torcer el rumbo ni hizo una autocrítica”, agregó el “correligionario” Romano Norri.

Otro aspecto muy cuestionado por los parlamentarios son las cifras que dan cuenta de la situación social de la provincia. En general, señalan que Alperovich utiliza los planes sociales para elevar los indicadores de pobreza y de empleo.

“No trajo a Tucumán ni una fábrica o industria que genere trabajo genuino”, señaló Bussi. “En sus discursos fue notable la falta de planes de desarrollo real para el interior”, afirmó el concepcionense Sánchez. “Somos una provincia pobre, con alarmantes índices de desnutrición”, añadió Valdez.

Un balance realista

Los legisladores consultados no se mostraron esperanzados respecto de que Alperovich vaya a modificar en marzo el esquema discursivo que viene utilizando para sus alocuciones anteriores.

“Significa pedir demasiado”, ironizó Valdez. El democristiano Páez, sin embargo, expresó lo que él considera un anhelo de la ciudadanía. “La sociedad espera que el gobernador dé un balance realista, y trace con datos precisos y ciertos el perfil del legado que dejará al que lo suceda. Le haría un grave daño a la democracia si trasmite un panorama viciado por información falsa o con proyecciones fantasiosas. Se espera que diga la verdad y no mienta”, manifestó el opositor.

Las voces

Ricardo Argentino Bussi (Fuerza Republicana): "debe pedir perdón a la gente"

“Considero que el gobernador José Alperovich debería aprovechar su último discurso ante la Legislatura provincial para pedir perdón a los ciudadanos por tanto desgobierno, por tanta desidia y por tanta corrupción; para pedirles perdón por haber desaprovechado una oportunidad histórica para cambiar a la provincia; para pedirles perdón por no haber combatido el delito; por no dejarnos ni una obra pública de envergadura; por no haber traído a Tucumán ni una fábrica o industria que genere trabajo genuino para los habitantes. Pero, sobre todo, Alperovich debería pedir perdón por el inmenso problema de la falta de calidad educativa en las escuelas. En síntesis, considero que el gobernador debe pedir perdón a todos los tucumanos por sus 12 años de gestión”.

Alberto Colombres Garmendia (PRO): "siempre compara con 2003"

“Cada año el gobernador compara datos actuales con los de 2003, cuando atravesamos la peor crisis de la historia. Me gustaría que en 2015 compare los datos actuales con los de los últimos dos años de gestión, para ver si estamos creciendo o cayéndonos a pedazos. Hay que subrayar que los datos que consigna son cuestionables: recuerdo cuando el 1 de marzo de 2013 dijo que la Policía había esclarecido todos los homicidios investigados ese año. Una farsa. Sería valioso que explique por qué tenemos los organismos autárquicos intervenidos; por qué seguimos con las emergencias económica, habitacional e hídrica, y por qué jamás licitó una obra pública, entre otros. Me gustaría saber por qué, pese a haber contado con los medios económicos y políticos para transformar Tucumán, deja una provincia devastada en lo institucional e inviable económicamente”.

Ariel García (UCR): "enumeró cordones cuneta"

“Los discursos de Alperovich son una enumeración de inauguraciones de cordones cuneta, soluciones habitacionales, alcantarillas y plazoletas. Nunca habló de la calidad educativa, sino de construcción de escuelas. Nunca habló de la realidad social de la pobreza, sino de planes sociales. Nunca habló de la inseguridad, sino que dio un listado de los móviles policiales que compró. Nunca habló de la calidad institucional o de la independencia de la Justicia; aprovechó cada vacante para designar socios políticos y amigos. Varias veces dijo que con las obras en los hospitales le había salvado la vida a cientos de bebés, basándose en estadísticas adulteradas que la Unión Cívica Radical denunció. Alperovich nunca dijo a los tucumanos qué pensaba hacer con los miles de millones de pesos que recibió durante la bonanza más grande que tuvo la provincia”.

José Páez (Democracia Cristiana): "aguardamos que no mienta"

“Cada vez que Alperovich habla ante la Legislatura pinta un Tucumán inexistente. Las verdades a medias son una falta de respeto a los tucumanos y muchas veces se convierten en mentiras cuando se confrontan los discursos de cada 1 de marzo con la realidad. Sobresalen las inexactitudes y el ocultamiento de información respecto de los indices de pobreza, indigencia, del empleo, del trabajo en negro y de la inflación. Se pretende disimular la pobreza y el desempleo con planes sociales y subsidios. La sociedad espera que el gobernador dé un balance realista, y trace con datos precisos y ciertos el perfil del legado que dejará a la administración que lo suceda en el poder. Le haría un grave daño a la democracia si trasmite un panorama viciado por información falsa o con proyecciones fantasiosas. Se espera que diga la verdad y no mienta”.

Federico Romano Norri (UCR): "espero un llamado al diálogo"

“El discurso con el cual el gobernador José Alperovich inaugura el período de sesiones ordinarias de la Legislatura es un reflejo del rumbo de la administración pública. Durante esta última década en la que el mandatario gestionó la provincia brillaron por su ausencia las políticas de seguridad. El Gobierno provincial reconoció que tenía un déficit en esa asignatura, pero jamás logró torcer el mal rumbo que llevaba y nunca realizó una autocrítica por su inoperancia, que le termina costando vidas a los tucumanos. Espero que el último discurso de Alperovich como gobernador de la provincia sea una auténtica convocatoria al diálogo. Se viene un cambio de rumbo. Es preciso que definamos una transición ordenada en la que Tucumán recupere la senda de los valores republicanos”.

Roberto Sánchez (UCR): "la suma del poder hizo daño"

“Entre otros, los déficits que a mi criterio más vienen notándose en las palabras con las cuales el gobernador José Alperovich inaugura los períodos de sesiones ordinarias son la inseguridad y la falta de planes de desarrollo real para el interior de la provincia. Estas dos cuestiones estuvieron ausentes en los discursos que pronunció ante la Legislatura. Considero que el gobernador debería admitir sus errores; que debería reconocer que la suma del poder público hizo mucho mal a las instituciones tucumanas y que resulta necesario cambiar esto. El 1 de marzo de este año Alperovich debería instar a que la Legislatura recupere el rol que le corresponde, según la Constitución; a que la Justicia vuelta a actuar con independencia y a que los 19 intendentes gobiernen sin presiones del Poder Ejecutivo”.

Fernando Valdez (UCR): "dice frases huecas que la realidad desmiente"

“En general, sus discursos fueron frases huecas que la realidad desmiente. Inventó sus propias estadísticas en salud y empleo. Nos contó de un Tucumán que no existe. Un extranjero que no conozca la provincia diría que estamos al nivel de las sociedades más igualitarias. Pero, en realidad, somos una provincia pobre, con alarmantes índices de desnutrición, por dar un ejemplo. Y escamoteó hablar sobre el fracaso en seguridad, de cómo Tucumán está a merced de la delincuencia. Anunció mínimamente un plan estratégico, pero los hechos hoy hablan por sí solos de su rotundo fracaso. Mucha expectativa no tengo para este año. Seguramente volverá a contarnos que vivimos en una provincia seria y pujante, y que paga sus sueldos al día -no como cuando él era ministro de Economía de Julio Miranda-. Me gustaría que sincere su discurso, y dé las reales cifras de la provincia que el Acuerdo Cívico y Social recibirá en agosto. Que cumpla con la obligación que le marca la Constitución de dar cuenta de la situación de la Provincia. Pero sé que eso significa pedir demasiado”.

Gerónimo Vargas Aignasse (Frente Renovador): "respecto de 2014 nada cambió para bien"

“Creo que de lo anunciado por el gobernador Alperovich en la apertura de sesiones en 2014 nada ha cambiado para mejor. Aquel mensaje estuvo centrado en la problemática de la inseguridad. Dijo: “la seguridad sigue siendo un tema para reforzar” y la verdad es que en 2014 no se ha mejorado nada en esa materia. Todo lo contrario, los tucumanos vivimos con miedo ante un Estado ausente que no da respuestas, con una Policía que no tiene una conducción política acertada y sin un plan de seguridad, reducida a un 911 ineficiente por falta de logística y de insumos para atender la demanda que genera el delito. De ese modo, incurre en una posdelictualidad retardada, que genera indignación en la sociedad. El narcotráfico, principal contribuyente del delito, avanza día a día, sin que haya una política dura y contundente para enfrentarlo. Tampoco se cuenta con un programa de inversión e infraestructura para recuperar a los miles de jóvenes adictos que dejará esta gestión y que constituyen una gravísima herencia que este Gobierno le dejará a miles de familias tucumanas”.

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