Por Mariana Segura
02 Febrero 2015
AUTOR DEL GOL. El uruguayo Rodrigo Mieres fue el que pudo inclinar la balanza en favor de un Atlético que, hasta su aparición, no tuvo cómo vencer a San Martín. la gaceta / foto de franco vera
Mate en mano, obvio, y una sonrisa de oreja a oreja. “Buenas noches”, saluda el uruguayo Rodrigo Mieres y así se presenta ante los micrófonos, con la zambullida goleadora aún fresquita en la memoria. Ese gol, una especie de testazo oportunísimo, fue en realidad su primera exposición ante los hinchas de un Atlético que de no haber sido por él hoy habrían arrancado la semana tan amargos como el mate que carga.
“Fue un debut muy lindo”, confiesa agradecido por haber puesto paños fríos justo cuando la tribuna ya se ponía impaciente por no poder doblegar a San Martín, que lo visitó plagado de pibes y con apenas una semana de trabajo. “Es que a pesar de todo es un partido de pretemporada que nos tiene un poco pesados. Y la verdad que en lo personal también me sentí un poco así y falto de ritmo. Pero lo importante era ganar porque a la vez es un clásico que había que vivirlo como tal”, sigue “Rodri” justificando realidades. “¿Empezar el año ganando así ya era importante no?”, pregunta con la respuesta positiva en la cabeza.
Mieres no sabe que con su gol estiró una sana costumbre del “Decano” sobre el primo: fue la tercera vez consecutiva que el equipo gana el clásico de la mano de un refuerzo que debuta en estos mano a mano (Diego García y el mismo Cristian Menéndez iniciaron el ritual con el que ayer cumplió Mieres). “Fue por un centro bárbaro del ‘Pulga’. Con lo último que tenía me tiré y la pude alcanzar”, recuerda el paso a paso del 1-0 definitivo, el que lo ayudó a aflojarse a pesar de la pesadez de la habla. Claro, también lo ayuda a seguir soñando con cumplir en La Ciudadela, el domingo, y sobre todo en el torneo.
“El gol ayuda a darle para adelante. A mentalizarte con que hay que subir y que también habrá que empezar ganando el torneo”, explica Rodrigo que en una tarde que no fue ideal para Atlético logró caerle bien a su gente, la que aplaudió su descargo al arco: “si todo sirvió para dejarlos contentos, entonces eso es lo que más importa”.
“Fue un debut muy lindo”, confiesa agradecido por haber puesto paños fríos justo cuando la tribuna ya se ponía impaciente por no poder doblegar a San Martín, que lo visitó plagado de pibes y con apenas una semana de trabajo. “Es que a pesar de todo es un partido de pretemporada que nos tiene un poco pesados. Y la verdad que en lo personal también me sentí un poco así y falto de ritmo. Pero lo importante era ganar porque a la vez es un clásico que había que vivirlo como tal”, sigue “Rodri” justificando realidades. “¿Empezar el año ganando así ya era importante no?”, pregunta con la respuesta positiva en la cabeza.
Mieres no sabe que con su gol estiró una sana costumbre del “Decano” sobre el primo: fue la tercera vez consecutiva que el equipo gana el clásico de la mano de un refuerzo que debuta en estos mano a mano (Diego García y el mismo Cristian Menéndez iniciaron el ritual con el que ayer cumplió Mieres). “Fue por un centro bárbaro del ‘Pulga’. Con lo último que tenía me tiré y la pude alcanzar”, recuerda el paso a paso del 1-0 definitivo, el que lo ayudó a aflojarse a pesar de la pesadez de la habla. Claro, también lo ayuda a seguir soñando con cumplir en La Ciudadela, el domingo, y sobre todo en el torneo.
“El gol ayuda a darle para adelante. A mentalizarte con que hay que subir y que también habrá que empezar ganando el torneo”, explica Rodrigo que en una tarde que no fue ideal para Atlético logró caerle bien a su gente, la que aplaudió su descargo al arco: “si todo sirvió para dejarlos contentos, entonces eso es lo que más importa”.
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