Los “Decanos” no olvidan

Mieres llevó algo de paz en Atlético que sufrió para ganar a un batallador “Santo” juvenil.

UN PRUEBA. Los simpatizantes de Atlético demostraron su fastidio porque el equipo no logró el ascenso a Primera. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso UN PRUEBA. Los simpatizantes de Atlético demostraron su fastidio porque el equipo no logró el ascenso a Primera. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
El cuchicheo en las zonas de las plateas era cada vez más notorio, como los cánticos en contra de los dirigentes y los jugadores. Pero apareció el gol de zambullida de Rodrigo Mieres para tapar, el menos por un rato el malestar que se percibió en el Monumental. Atlético consiguió un triunfo contra San Martín pero no logró silenciar las críticas porque apenas si pudo derrotar a un equipo juvenil que volvió a La Ciudadela con la frente bien en alto.

Este era un duelo especial. El “Decano” necesitaba un triunfo holgado para comenzar a intentar cerrar la herida que significó no haber ascendido. Esa que quedó demostrada en las banderas que colgaron los fanáticos. En una avisándoles a los jugadores y a la comisión directiva que no se olvidan del fracaso por no haber logrado el ascenso. En el otro se le exigía la renuncia al presidente Mario Leito al declararlo culpable por no haber llegado a Primera. Este “trapo”, como se lo conoce en la jerga de la tribuna, desapareció una vez que comenzó el encuentro.

El objetivo fue cumplido a medias. Ganó con un gol que llegó con pelota parada, pero su público esperaba más porque está sediento de revancha deportiva. Aplaudió cuando los dirigidos por Juan Manuel Azconzábal sellaron el triunfo y mantuvieron el invicto de casi dos años sin perder ante el eterno rival. Miere, Leandro González y Emanuel Molina aprobaron en el debut. Las críticas, injusta y apresuradas en la mayoría de las veces, fueron para Francisco Grahl, Luis Miguel Rodríguez y el planteo táctico del “Vasco”. El plantel, el cuerpo técnico y los dirigentes tendrán que acostumbrarse a esta tipo de reacción hasta que desaparezca la desilusión del hincha.

El “Santo” tenía una cita con el honor. Con un equipo formado por varios juveniles fue en busca de un milagro deportivo. Estuvo a 13 minutos de lograrlo y cortar una racha de dos derrotas consecutivas en la serie de clásicos amistosos. En La Ciudadela deben estar orgullosos por estos jugadores. Los chicos que normalmente no son titulares estuvieron a la altura de las circunstancias y fueron bien acompañados por Matías Villavicencio -su experiencia sirvió para ordenar la defensa-, el despliegue de Lucas Bossio y algún que otro chispazo aislado de Albano Becica.

El clima que se vivió en el Monumental es otro tema que no puede dejarse de lado. Se sabe que si un clásico se juega con una hinchada -algo que sucederá hasta que la provincia no tenga un estadio seguro que pueda albergar a ambas parcialidades- le resta mucha pasión, pero ayer fue mucho peor por el malhumor de los “Decanos”. Según estimó el comisario Jorge Díaz, titular del Comité de Seguridad de la Policía, alrededor de 11.000 personas presenciaron el encuentro, mientras los directivos sostienen que fueron 7.000. Demasiado poco para un duelo de estas características, prueba concreta de la desazón de los fanáticos.

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