Ahora, los terneros tienen su leche Bio

El Cerela desarrolló un alimento fermentado con lactobacilos. Del microscopio a un tambo de Trancas.

EL EQUIPO. Las doctoras Fátima Nader, Natalia Maldonado y Viviana Santos, con el veterinario José Charaviglio, en el laboratorio del Cerela. EL EQUIPO. Las doctoras Fátima Nader, Natalia Maldonado y Viviana Santos, con el veterinario José Charaviglio, en el laboratorio del Cerela.
08 Febrero 2015
Si hay laboratorios que en las últimas décadas han roto el estigma de que la ciencia en la Argentina estaba lejos de la gente, el Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela) es uno de ellos. Con casi 30 años en el desarrollo de los llamados “probióticos” (alimentos funcionales) el trabajo de los equipos de este centro de referencia tucumano del Conicet está al alcance de la mano en la góndola del súper, cuando compramos la famosa leche Bio, o en el recreo, cuando los chicos ingieren el yogurito escolar que se distribuye en las escuelas tucumanas.

Ahora, uno de los equipos que lidera la doctora Fátima Nader se fue de la ciudad al campo- a un tambo de Trancas- y desarrolló “Ternebio”, una leche fermentada con lactobacilos con propiedades benéficas para terneros. Dicen que la leche resultó tan beneficiosa para los terneros, que los peones que trabajan en ese tambo ya la bautizaron “jarabe blanco”.

A fines del año pasado, ese desarrollo se llevó el premio “Innovar 2014” que organiza el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación en la categoría Grupo de Investigadores en Alimentos.

-¿Qué es Ternebio?

- Es una leche fermentada con lactobacilos con propiedades benéficas para terneros. Se elabora con cuatro cepas diferentes de lactobacilos que crecen en leche. Las bacterias se aislaron de materia fecal de terneros sanos y se seleccionaron por sus propiedades benéficas, se estudió que sean compatibles para que no se inhiban entre ellas al crecer en leche. Luego se estudiaron otras propiedades funcionales y tecnológicas en el laboratorio. Partimos de que las bacterias que forman parte de la microbiota o microbioma de cada especie animal ejercen una larga lista de funciones en el ser vivo, y que pueden administrarse en los productos probióticos para protegerlos de infecciones, estimular su sistema inmune entre otros efectos. Se administra a terneros recién nacidos y hasta el momento del destete, para equilibrar la microbiota intestinal y prevenir infecciones, principalmente las diarreas neonatales, muy frecuentes en esa etapa de la vida de los animales. La administración diaria mejora parámetros nutricionales, disminuye la morbilidad y mortalidad por diarrea en los animales que la consumen desde los primeros días de vida y diariamente por dos meses.

-¿Cuánta gente trabajó en el proyecto?

- Comenzó con una tesis doctoral de Conicet de Natalia Maldonado, que yo dirigí desde en el laboratorio de Microbiología Preventiva de Cerela. Luego, las investigadoras de Cerela decidieron avanzar en el diseño de un producto probiótico para terneros y estudiar el efecto de la administración de estas bacterias en los animales, para lo que se contactaron con el médico veterinario José Chiaraviglio, que estaba sumamente interesado en que se estudiara un producto probiótico en animales de un tambo a su cargo. A partir de ahí, se diseñaron los experimentos, y se conformó el grupo de trabajo con profesionales de la UNT: la doctora Viviana Santos que colaboró con los estudios bioquímicos de los animales y el doctor José De Chazal que realizó los estudios parasitológicos, que complementaron los ensayos microbiológicos, nutricionales y el registro permanente de los cambios de peso y altura que realizaban los investigadores de Cerela con la colaboración de Chiaraviglio. La leche se preparaba diariamente en Cerela, y el proyecto fue financiado con fondos otorgados por Conicet y el Mnisterio de Ciencia y Tecnología.

- ¿Cómo se vivió este intercambio entre gente de la “ciencia” y gente del “campo”?

- El trabajo se hizo con la cooperación de las personas encargadas del cuidado y alimentación de los animales en el tambo, que sin conocer de qué se trataba el tema, se veían muy motivados por los resultados positivos que se iban obteniendo, y hasta incluso lo bautizaron “jarabe blanco”

-¿ Cuánto del desarrollo fue en laboratorio, y cuánto en el campo?

- Ternebio se diseñó en el laboratorio, y luego se administró a un grupo de 30 terneros comparándolo con 30 animales controles que recibieron solo leche. Los terneros se evaluaron cada 15 días y por dos meses, lo que permitió determinar un ligero incremento de peso, menor incidencia y acortamiento de diarreas y menor mortalidad en el grupo que consumió diariamente la leche Ternebio, con una mejora en el estado general y en el pelaje.

- ¿Qué viene ahora?

- Evaluar el efecto del consumo de Ternebio en un mayor número de animales, y su efecto frente a diferentes infecciones, combinándolo con otros compuestos bioactivos. El producto se encuentra en trámite de patentamiento en Conicet, y esperamos poder licenciarlo a empresas que lo produzcan a gran escala, y de esa manera lo distribuyan comercialmente, dado que según datos del Ministerio de Agricultura en el país se registran alrededor de 14 millones de terneros y terneras.

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