Malcolm X, a medio siglo de su asesinato

El hecho que le costó la vida al rival de Martin Luther King aún no está del todo esclarecido

Malcolm X, a medio siglo de su asesinato
20 Febrero 2015

Chris Melzer - Agencia DPA

NUEVA YORK.- El cuerpo del hombre negro de 39 años presentaba 21 disparos. En el hospital universitario de Columbia, Nueva York, nadie podía ya salvarle la vida al que había sido uno de los estadounidenses más influyentes de la década de los 60: Malcolm Little, alias Malcolm X o alias El Hajj Malik El Shabazz. Rival de Martin Luther King, defensor de derechos civiles y racista al mismo tiempo, revolucionario y conservador, Malcolm fue asesinado un 21 de febrero de hace 50 años por tres atacantes negros, en un hecho que hasta el día de hoy no ha sido del todo esclarecido.

Su padre murió cuando él tenía seis años y su madre fue internada en un psiquiátrico. Él era bueno en la escuela, pero la abandonó cuando le dijeron que un negro no tendría ninguna oportunidad de hacer carrera. Little se dedicó entonces a la venta de drogas y al proxenetismo y se cree que también llegó a prostituirse. Fue condenado a prisión por robo y allí fue donde tuvo su primera aproximación a la Nación del Islam, cuyo líder, Elijah Muhammad, lo instó a abandonar el “nombre de esclavo” que los blancos les habían dado a sus antepasados. Desde entonces reemplazó su apellido por una X y fue conocido como Malcolm X.

La Nación del Islam era un grupo oscuro fundado en 1930 por una persona no menos turbia: Wallace Fard, que desapareció cuatro años después. Su lugar fue ocupado por Elijah Poole, que pasó a llamarse Muhammad. Se trataba de un grupo antisemita que odiaba a los blancos. Los “Black Supremacists” (supremacista negro) sostenían la superioridad de la raza negra y aseguraban que estaba destinada a dominar a la blanca. Su máximo exponente era el boxeador Mohamed Ali. “Malcolm no era un supremacista negro, sino un nacionalista negro”, asegura el director del Centro Shabazz en Harlem, Bryan Epps. “Malcolm no quería un mundo sin colores, sino uno en el que todos fueran conscientes de su raza y en el que los negros estuviesen orgullosos de ser negros”, explica.

Su biógrafa Britta Walschmidt-Nelson señala que Malcolm vivió un cambio al viajar a la Meca. “Hasta entonces todos los negros eran hijos de Dios y todos los blancos, malvados por naturaleza. Pero de pronto Malcolm vio peregrinos blancos que lo trataban de igual a igual y que no eran la encarnación del diablo”. Malcolm abandonó su rechazo a los matrimonios mixtos.

La Nación del Islam no estuvo en absoluto de acuerdo. Y menos con el hecho de que X, que tras su viaje a la Meca pasó a llamarse El Hajj Malik El Shabazz, hablara sobre asuntos sexuales de Muhammad. Para entonces X ya tenía un vínculo tenso con medio mundo. Incluso al ser asesinado el presidente John F. Kennedy, él lo consideró algo así como “merecido castigo”, en momentos en que gran parte del mundo lloraba su muerte. Para muchos, Malcolm se había convertido en un monstruo.

X fundó varias organizaciones y abandonó la Nación del Islam, donde pasó a integrar la lista de sus enemigos. Varios atentados perpetrados en su contra fracasaron, pero el 21 de febrero de 1965, cuando iba a pronunciar un discurso en el barrio de Harlem, Nueva York, estalló un tumulto. Mientras X intentaba calmar a la muchedumbre un hombre disparó contra él. Siguieron disparos de otras dos personas. El carismático Malcolm había sido asesinado por tres hombres negros.

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