Por Mariana Segura
23 Febrero 2015
AL MENOS SE DESCARGÓ. Juan Manuel Martínez por lo menos se dio el gusto de acertar el penal con que Boca comenzó ganando el duelo ante los “gasoleros”. télam
Fue, fue y fue. Y encontró su premio. Primero de penal, es cierto; del “Burrito” Martínez, el jugador con más sal del último tiempo. Pero valió igual. De hecho fue merecido porque, antes de que Juan Manuel cambiara tremendo penal que le hizo Federico Crivelli a Marcelo Meli por el 1-0 de Boca, el equipo le cascoteó el rancho a Temperley. En cambio, para llegar al 2-0 del final el “xeneize” debió sufrir horrores.
Con la primer ventaja como perfecto tranquilizante, Boca se dedicó a abrir la cancha en busca del toque final. Pero la historia le jugó una mala pasada: lejos de amilanarse, el “gasolero” se animó a más y convirtió en figuras al pibe Andrés Cubas (hecho un león) y al mismo Agustín Orion, que tapó hasta lo que era un clarísimo gol en contra de Guillermo Burdisso.
Después de subir a lo más alto del podio de héroes, el arquero se convirtió en villano por una chiquilinada. Le bastó ponerse cara a cara con Juan Dinenno y ante el mínimo gesto de cabezazo (y caída estrepitosa del hombre celeste) Fernando Rapallini no dudó en expulsarlo. Tuvo que entrar Guillermo Sara para cubrir el arco ¿Y a quién sacrificó Rodolfo Arruabarrena? Al “Burrito”. Pobre Martínez, justo cuando parecía que el destino volvía a sonreírle.
Boca debía prepararse para liquidarlo en desventaja numérica y Temperley, para estirar el envión con el que terminó la primera etapa. En ese escenario el que se la pasó luchando solo contra el mundo fue Jonathan Calleri, y Sara cumplió muy bien con el papel de salvador para bancar la parada.
Tan complicado se puso el partido para Boca que el “Vasco” agotó los cambios sin hacer ingresar a Sebastián Palacios ni Daniel Osvaldo, el “Stone” que deberá seguir esperando su debut. Pero no importó, apareció el incansable Calleri para adornar el triunfo, de cucharita. Aplausos, y desahogo.
Con la primer ventaja como perfecto tranquilizante, Boca se dedicó a abrir la cancha en busca del toque final. Pero la historia le jugó una mala pasada: lejos de amilanarse, el “gasolero” se animó a más y convirtió en figuras al pibe Andrés Cubas (hecho un león) y al mismo Agustín Orion, que tapó hasta lo que era un clarísimo gol en contra de Guillermo Burdisso.
Después de subir a lo más alto del podio de héroes, el arquero se convirtió en villano por una chiquilinada. Le bastó ponerse cara a cara con Juan Dinenno y ante el mínimo gesto de cabezazo (y caída estrepitosa del hombre celeste) Fernando Rapallini no dudó en expulsarlo. Tuvo que entrar Guillermo Sara para cubrir el arco ¿Y a quién sacrificó Rodolfo Arruabarrena? Al “Burrito”. Pobre Martínez, justo cuando parecía que el destino volvía a sonreírle.
Boca debía prepararse para liquidarlo en desventaja numérica y Temperley, para estirar el envión con el que terminó la primera etapa. En ese escenario el que se la pasó luchando solo contra el mundo fue Jonathan Calleri, y Sara cumplió muy bien con el papel de salvador para bancar la parada.
Tan complicado se puso el partido para Boca que el “Vasco” agotó los cambios sin hacer ingresar a Sebastián Palacios ni Daniel Osvaldo, el “Stone” que deberá seguir esperando su debut. Pero no importó, apareció el incansable Calleri para adornar el triunfo, de cucharita. Aplausos, y desahogo.