Sembró sospechas la presentación “espontánea” del remisero Cruzado

López Ávila destacó las comunicaciones que hubo con la Policía

25 Febrero 2015
Otra de las hipótesis descartada por la investigación del crimen de Paulina Lebbos, involucraba al remisero Juan Pedro Cruzado, quien se había presentado espontáneamente en la Policía aseverando que el 26 de febrero de 2006 pasadas las 6, había trasladado a dos jóvenes desde las primeras cuadras de avenida Alem, con similares destinos a los aludidos por Virginia Mercado, la amiga de la víctima.

Cruzado aseguraba que, si bien no reconocía a Paulina como una de las pasajeras, afirmaba que la había llevado por Estados Unidos al 1.200, que es la cuadra en la que vivía César Soto y a donde supuestamente se dirigía la víctima. La pista que introdujo el remisero no prosperó, ya que Mercado dijo que el auto de Cruzado no era el que habían tomado.

Pero el fiscal Diego López Ávila investigó las conexiones del remisero cuando se hizo cargo de la causa, en junio de 2013. Así, le llamó la atención que en la línea telefónica de la casa de Cruzado hubo llamadas con distintos poderes del Estado. Como dato, destacó la recibida el 6 de marzo de 2006 de la Patrulla Urbana. Ese día se presentó “espontáneamente” a declarar.

“¿Se trata de un simple ciudadano que quiso colaborar con la investigación?, ¿habrá existido algún interés particular -desconocido por cierto- en Cruzado que lo llevara a ‘direccionar’ la investigación hacia la calle Estados Unidos 1.250, o ‘desviar’ la pesquisa hacia ese punto? ... no debemos desechar la posibilidad de cierta injerencia policial al respecto, en la búsqueda quizás de encontrar un culpable, ‘a como dé lugar’, práctica policial mundialmente conocida para evitar la presión social, descomprimir la situación y cerrar un caso”, analizó el fiscal.

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