01 Marzo 2015
Guillermo Acosta dijo sentirse satisfecho con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán que confirmó la ignorancia del derecho que había achacado al jurado titular del concurso abierto hace dos años para seleccionar a un vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción. Pero en la nota que envió al Consejo Asesor de la Magistratura (CAM), el juez de Instrucción de Concepción y concursante manifestó que la única manera de terminar bien y pronto el proceso judicializado consistía en encomendar al jurado suplente la revisión de las notas asignadas a todas las pruebas (en lo pertinente al caso 1) y no solamente de la suya, como pretende hacer el CAM para cumplir con la sentencia de la Corte Suprema.
“Si el órgano debe elegir a los mejores candidatos para la magistratura, no puede hacerlo manteniendo un criterio evaluativo que el alto tribunal consideró errado y tildó de manifiestamente arbitrario. Siempre se dijo que el CAM seleccionaba a los candidatos a ocupar cargos en la Justicia mediante concursos ‘legales, imparciales y transparentes’, pero, hasta ahora, el concurso de la Cámara de Apelaciones está lejos de reunir esos calificativos”, opinó en el texto que remitió a Claudia Sbdar, vocal de la Corte y titular del CAM.
Acosta sugirió un camino que ya había sido propuesto por el consejero-legislador Federico Romano Norri (UCR) a finales del año pasado y que el órgano descartó de inmediato. En su lugar, puso en marcha la decisión de convocar al jurado suplente sólo al efector de una nueva corrección de la primera consigna de la oposición de Acosta. Luego de un intento de modificar el tribunal sustituto original, el CAM envió la prueba en cuestión al jurado integrado por Alicia Freidenberg, Analía Castillo de Ayusa y Diego Lammoglia.
En la corrección fulminada por la Corte, Acosta había obtenido dos puntos sobre los 20 posibles para el caso 1. El aspirante necesita de todas esas unidades para luchar por un lugar en la terna provisoria que integran Juan Carlos Nacul, Gustavo Romagnoli y Enrique Pedicone. Pero antes tendría que someterse a una eventual entrevista con los consejeros. Y siempre pende sobre este concurso la amenaza de una nueva intervención de la Corte, como lo deslizó Acosta en su última nota, al expresar que, de no actuar como aconsejaba, el CAM se exponía a un cuento judicial de nunca acabar.
“Si el órgano debe elegir a los mejores candidatos para la magistratura, no puede hacerlo manteniendo un criterio evaluativo que el alto tribunal consideró errado y tildó de manifiestamente arbitrario. Siempre se dijo que el CAM seleccionaba a los candidatos a ocupar cargos en la Justicia mediante concursos ‘legales, imparciales y transparentes’, pero, hasta ahora, el concurso de la Cámara de Apelaciones está lejos de reunir esos calificativos”, opinó en el texto que remitió a Claudia Sbdar, vocal de la Corte y titular del CAM.
Acosta sugirió un camino que ya había sido propuesto por el consejero-legislador Federico Romano Norri (UCR) a finales del año pasado y que el órgano descartó de inmediato. En su lugar, puso en marcha la decisión de convocar al jurado suplente sólo al efector de una nueva corrección de la primera consigna de la oposición de Acosta. Luego de un intento de modificar el tribunal sustituto original, el CAM envió la prueba en cuestión al jurado integrado por Alicia Freidenberg, Analía Castillo de Ayusa y Diego Lammoglia.
En la corrección fulminada por la Corte, Acosta había obtenido dos puntos sobre los 20 posibles para el caso 1. El aspirante necesita de todas esas unidades para luchar por un lugar en la terna provisoria que integran Juan Carlos Nacul, Gustavo Romagnoli y Enrique Pedicone. Pero antes tendría que someterse a una eventual entrevista con los consejeros. Y siempre pende sobre este concurso la amenaza de una nueva intervención de la Corte, como lo deslizó Acosta en su última nota, al expresar que, de no actuar como aconsejaba, el CAM se exponía a un cuento judicial de nunca acabar.