Por Carlos Páez de la Torre H
05 Marzo 2015
HISTÓRICA ENSEÑA. Bordada por las damas sanjuaninas, Cabot la condujo en Coquimbo. Los estudiosos la conocen como “la bandera Cabot”. la gaceta / archivo
Cuando las fuerzas del general José de San Martín partieron escalonadamente para iniciar el cruce de los Andes, en 1817, la primera columna en salir fue la que mandaba el teniente coronel Juan Manuel Cabot. Este oficial era tucumano, nacido aquí en 1784, hijo de Domingo Cabot y de Catalina Rodriguez. Hizo en Buenos Aires los estudios primarios y luchó destacadamente en las invasiones inglesas. Patriota desde la primera hora, actuó luego en las campañas del Ejército del Norte a las órdenes de Belgrano y de Rondeau.
Ingresó más tarde al Ejército de los Andes, y San Martín lo nombró Comandante de Armas de San Juan, cargo donde mostró grandes condiciones de organizador. Ellas le valieron el ascenso a teniente coronel y el mando de una columna patriota en el cruce de los Andes. Llegado a Chile, tomó la plaza y el puerto de Coquimbo, y venció a los realistas dos veces en el mismo día, en Llanos de Barraza y en Salala. Fue el conductor, en Coquimbo, de la bandera nacional que habían bordado las patriotas sanjuaninas, y que es conocida por los especialistas como “la bandera Cabot”. Por sus triunfos, San Martín lo condecoró con medalla de oro.
Mandó después, en 1818, el batallón de infantería creado en Santiago de Chile, a donde se trasladó. Regresó al año siguiente a Buenos Aires, y pasó a retiro por invalidez. Falleció en esa ciudad, el 4 de noviembre de 1837. En su biografía de Cabot, Vicente Cutolo informa que su viuda, Sinforosa Gutiérrez, fue pensionada con la quinta parte del sueldo de teniente coronel.
Una calle de San Miguel de Tucumán debiera llevar el nombre de este esforzado guerrero de la Independencia.
Ingresó más tarde al Ejército de los Andes, y San Martín lo nombró Comandante de Armas de San Juan, cargo donde mostró grandes condiciones de organizador. Ellas le valieron el ascenso a teniente coronel y el mando de una columna patriota en el cruce de los Andes. Llegado a Chile, tomó la plaza y el puerto de Coquimbo, y venció a los realistas dos veces en el mismo día, en Llanos de Barraza y en Salala. Fue el conductor, en Coquimbo, de la bandera nacional que habían bordado las patriotas sanjuaninas, y que es conocida por los especialistas como “la bandera Cabot”. Por sus triunfos, San Martín lo condecoró con medalla de oro.
Mandó después, en 1818, el batallón de infantería creado en Santiago de Chile, a donde se trasladó. Regresó al año siguiente a Buenos Aires, y pasó a retiro por invalidez. Falleció en esa ciudad, el 4 de noviembre de 1837. En su biografía de Cabot, Vicente Cutolo informa que su viuda, Sinforosa Gutiérrez, fue pensionada con la quinta parte del sueldo de teniente coronel.
Una calle de San Miguel de Tucumán debiera llevar el nombre de este esforzado guerrero de la Independencia.
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