Por Carlos Werner
12 Marzo 2015
A CAMPO TRAVIESA. En la edición 2015, Tucumán tuvo una muy buena cantidad de kilómetros de competencia. El público pudo ver en acción y por distintas rutas autos, camiones, motos y cuatriciclos. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ (ARCHIVO)
La trama se repite todos los años, pero no por ello deja de ser atrapante. Por estas horas, el Rally Dakar 2016 es una enorme producción plena de imágenes grabadas, cuyo trailer está a punto de ser dado a conocer, el 16 de abril, a las 9.30, en París. Al menos, allí se conocerá un adelanto de la película, con chispazos de las escenas principales, pero a lo largo del año el ensamble seguirá. ¿Y saben qué? Tucumán quizás pueda saltar a escena, tal vez con un pequeño rol o, quien dice, con un protagónico.
En esta película de misterio como es la previa de la carrera más extrema del mundo (luego se convierte en acción pura, con pases de comedia), mucho se rumorea y poco se afirma. Cómo estarán las cosas que, esta vez, ni siquiera hay confirmación sobre qué países estarán contemplados en el recorrido.
Se dice que la Amaury Sport Organisation se tomó un tiempo prudencial para evaluar y resolver la ruta, ante la variedad de pedidos de distintos países. Para poder armar un lógico trayecto de unos 10.000 kilómetros, se debe tomar en cuenta gran cantidad de detalles, que van desde lo logístico a lo geográfico, sin olvidar a la “reina madre” de esta carrera: el apoyo económico.
La versión más firme es que hay dos países que, sí o sí, estarán en el mapa: Argentina y Bolivia. Pero el rol de ambos se determinará recién cuando se defina dónde se larga la competencia, y dónde termina.
Rumor 1: se larga en Montevideo. Con ello, Uruguay se suma a la lista de sedes. La caravana pasa a la Argentina en dirección al norte (Tucumán aparece allí como potencial sitio de paso, en sentido inverso al de este año) e ingresa a Bolivia. Allí aparece una fuerte duda: ¿sigue a Perú o a Chile? Los peruanos, que albergaron la carrera en 2012 y 2013, por ahora parecen desinteresados. Sin ellos, se forma un dilema de doble sentido. En este punto tratamos uno de ellos: si Perú no quiere al Dakar 2016, Chile podría volver a ser considerado, aunque ya hubo adelantos sobre que el país trasandino quiere “borrarse” porque gastó mucho dinero en la prueba en los últimos años, sin un beneficio afín. Si los chilenos hacen “mutis por el foro” ¿Bolivia ganará etapas y tendrá el cierre?
Rumor 2: Se larga otra vez en Argentina. Y, ¡atención Tucumán!: nuestra provincia parece tener posibilidades de ser la sede. Antes del desarrollo, un detalle: en el vivac de Las Termas, en enero, Regino Amado, por esos días gobernador en ejercicio, le dijo a LG Deportiva que hizo ese pedido de manera formal a Turismo de la Nación, atendiendo a que la ocasión sería propicia para comenzar con un gran acontecimiento deportivo los festejos por el año del Bicentenario de la Independencia. Volvemos a la chance tucumana. Puede ganar cuerpo si Perú accede a volver y entonces se hace realidad la ambición expansionista de la ASO de llegar a Colombia, previo ingreso a Ecuador (que antes se negaba a participación por cuestiones ambientales y económicas). Los colombianos -con dineros oficiales y de empresas privadas- están más que entusiasmados y ya proponen a Cartagena como lugar de llegada (y pasos anteriores por Pasto, Cali y Medellín). Están tan decididos, que el gobierno de Juan Manuel Santos ya acordó acercar medios económicos a los ecuatorianos, para que puedan amortizar la inversión. Vale recordar que Bolivia, para tener Dakar, pagó U$S4 millones, sólo para labores operativas como la contratación de seguros, comunicación y de traslados de las máquinas. Volviendo al principio de este rumor, el principal “competidor” tucumano para esa supuesta largada es Carlos Paz, en Córdoba.
El jueves 16 de abril se anunciará la más esperada traza de los últimos años. Si será un Dakar tradicional, con pocos países o uno excepcional, incorporando nuevas plazas, está por verse. En cualquiera de los casos, lo que se decida no pasará inadvertido.
En esta película de misterio como es la previa de la carrera más extrema del mundo (luego se convierte en acción pura, con pases de comedia), mucho se rumorea y poco se afirma. Cómo estarán las cosas que, esta vez, ni siquiera hay confirmación sobre qué países estarán contemplados en el recorrido.
Se dice que la Amaury Sport Organisation se tomó un tiempo prudencial para evaluar y resolver la ruta, ante la variedad de pedidos de distintos países. Para poder armar un lógico trayecto de unos 10.000 kilómetros, se debe tomar en cuenta gran cantidad de detalles, que van desde lo logístico a lo geográfico, sin olvidar a la “reina madre” de esta carrera: el apoyo económico.
La versión más firme es que hay dos países que, sí o sí, estarán en el mapa: Argentina y Bolivia. Pero el rol de ambos se determinará recién cuando se defina dónde se larga la competencia, y dónde termina.
Rumor 1: se larga en Montevideo. Con ello, Uruguay se suma a la lista de sedes. La caravana pasa a la Argentina en dirección al norte (Tucumán aparece allí como potencial sitio de paso, en sentido inverso al de este año) e ingresa a Bolivia. Allí aparece una fuerte duda: ¿sigue a Perú o a Chile? Los peruanos, que albergaron la carrera en 2012 y 2013, por ahora parecen desinteresados. Sin ellos, se forma un dilema de doble sentido. En este punto tratamos uno de ellos: si Perú no quiere al Dakar 2016, Chile podría volver a ser considerado, aunque ya hubo adelantos sobre que el país trasandino quiere “borrarse” porque gastó mucho dinero en la prueba en los últimos años, sin un beneficio afín. Si los chilenos hacen “mutis por el foro” ¿Bolivia ganará etapas y tendrá el cierre?
Rumor 2: Se larga otra vez en Argentina. Y, ¡atención Tucumán!: nuestra provincia parece tener posibilidades de ser la sede. Antes del desarrollo, un detalle: en el vivac de Las Termas, en enero, Regino Amado, por esos días gobernador en ejercicio, le dijo a LG Deportiva que hizo ese pedido de manera formal a Turismo de la Nación, atendiendo a que la ocasión sería propicia para comenzar con un gran acontecimiento deportivo los festejos por el año del Bicentenario de la Independencia. Volvemos a la chance tucumana. Puede ganar cuerpo si Perú accede a volver y entonces se hace realidad la ambición expansionista de la ASO de llegar a Colombia, previo ingreso a Ecuador (que antes se negaba a participación por cuestiones ambientales y económicas). Los colombianos -con dineros oficiales y de empresas privadas- están más que entusiasmados y ya proponen a Cartagena como lugar de llegada (y pasos anteriores por Pasto, Cali y Medellín). Están tan decididos, que el gobierno de Juan Manuel Santos ya acordó acercar medios económicos a los ecuatorianos, para que puedan amortizar la inversión. Vale recordar que Bolivia, para tener Dakar, pagó U$S4 millones, sólo para labores operativas como la contratación de seguros, comunicación y de traslados de las máquinas. Volviendo al principio de este rumor, el principal “competidor” tucumano para esa supuesta largada es Carlos Paz, en Córdoba.
El jueves 16 de abril se anunciará la más esperada traza de los últimos años. Si será un Dakar tradicional, con pocos países o uno excepcional, incorporando nuevas plazas, está por verse. En cualquiera de los casos, lo que se decida no pasará inadvertido.
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