25 Marzo 2015
Mueren dos argentinos en la tragedia de los Alpes
Un Airbus 320 de una subsidiaria de Lufthansa se accidentó en el sur de Francia: entre tripulación y pasajeros, murieron 150 personas Sebastián Gabriel Greco y Gabriela Maumus abordaron el vuelo que se dirigía de Barcelona a Düsseldorf. Consternación
EN SEYNE-LES-ALPES. Helicópteros de la Gendarmería francesa aterrizan en las cercanías de donde ocurrió el siniestro; allí será el centro de rescate. Reuters
BERLÍN.- La noticia dejó a Alemania y España sumidas en una mezcla de perplejidad y horror, y anoche también impactó directamente en la Argentina: en el avión de Germanwings estrellado en Francia, en el que hubo 150 muertos, 67 de ellos eran alemanes, 45 eran españoles y dos eran argentinos. Hacía décadas que la primera potencia europea no se enfrentaba a una catástrofe de semejante dimensión. El accidente del Airbus A320 eclipsó una actualidad que debía estar dominada por la crisis griega o la previa de un nuevo partido de la selección de fútbol alemana, acaparó todos los medios y trastocó por completo la agenda de alemana y española. El consulado argentino en Francia confirmó que habían abordado el vuelo los argentinos Sebastián Gabriel Greco y Gabriela Luján Maumus. Ambos serían pareja.
“Es un shock que nos sume en la pena a nosotros, a los franceses y a los españoles”, sentenció una Angela Merkel “profundamente consternada”. La canciller, que viajará hoy a la zona del accidente en los Alpes franceses, canceló su agenda y contactó de inmediato a sus pares de Francia y España para seguir de cerca la situación. También el presidente Joachim Gauck suspendió la gira por Sudamérica que debía llevarlo a Uruguay para volver a Alemania. “Estoy a kilómetros de distancia, pero muy cerca de ustedes en mis sentimientos y mi pesar”, dijo aún desde Perú al enterarse de la peor catástrofe aérea de los últimos años en Europa. Incluso el técnico de la selección de fútbol, Joachim Löw, dijo que se encontraba “triste y brutalmente afectado”.
Hay que remontarse al accidente de un Concorde en julio de 2000 en Francia para encontrar tantas víctimas alemanas en una catástrofe aérea. Entonces fueron 97 de un total de 113. Las noticias de accidentes más recientes sonaban lejanas y ajenas para muchos ciudadanos del país de Lufthansa, la mayor aerolínea de Europa.
El primer accidente de la filial de Lufthansa se dio en un tramo familiar para muchos alemanes: el regreso de vacaciones en Barcelona o Mallorca. El piloto sumaba miles de horas de vuelo en Airbus como el estrellado y una experiencia de 10 años en la firma.
Puro dolor
Mientras en redes sociales y medios alemanes comenzaban a circular detalles y especulaciones, el dolor de los alemanes se concentró en dos puntos. Uno fue el aeropuerto de Düsseldorf, al que nunca llegaron las 150 víctimas.
Las personas que las esperaban fueron trasladadas de inmediato a una zona cerrada al público, pero en la terminal podían verse ojos llorosos y reacciones de incredulidad. Una mujer que esperaba a sus hermanas procedentes de Mallorca en otro vuelo apenas creía lo que escuchaba. “Hago frecuentemente el tramo de Barcelona a Düsseldorf con Germanwings. Me faltan las palabras. Es horrible”.
La otra capital del dolor fue Haltern, una pequeña ciudad cerca de Düsseldorf. Un grupo de 16 alumnos de secundaria, de entre 15 y 16 años, volvía en el avión junto con dos profesores después de hacer un viaje de intercambio para aprender español en Llinars del Vallés, municipio de Barcelona. “Es el día más difícil de la historia de nuestra ciudad”, declaró Bodo Klimpel, alcalde del pueblo de 37.000 habitantes. “La ciudad está profundamente afectada. El shock se puede sentir en todos”.
La escuela cerró al conocer la noticia y los estudiantes comenzaron a recibir tratamiento psicológico para asimilar lo ocurrido. “Al ver que el avión no había aterrizado, parte de los padres fueron al aeropuerto; y parte, a la escuela”, contó Klimpel. En Barcelona familiares de las víctimas se concentraron en el aeropuerto de El Prat, de donde salió el vuelo. En España habrá tres días de luto.
El Airbus se estrelló en una zona remota de los Alpes franceses, próxima al pueblo de Seyne-les-Alpes, donde se práctica esquí, senderismo y rafting; y cerca de Barcelonnette, a 100 kilómetros de Niza. El ministro de Transporte francés, Alain Vidalies, dijo que “es una zona cubierta de nieve, inaccesible para los vehículos”.
Una de las cajas negras del avión fue encontrada y será examinada inmediatamente. Se descartó un atentado. (DPA-Reuters)
“Es un shock que nos sume en la pena a nosotros, a los franceses y a los españoles”, sentenció una Angela Merkel “profundamente consternada”. La canciller, que viajará hoy a la zona del accidente en los Alpes franceses, canceló su agenda y contactó de inmediato a sus pares de Francia y España para seguir de cerca la situación. También el presidente Joachim Gauck suspendió la gira por Sudamérica que debía llevarlo a Uruguay para volver a Alemania. “Estoy a kilómetros de distancia, pero muy cerca de ustedes en mis sentimientos y mi pesar”, dijo aún desde Perú al enterarse de la peor catástrofe aérea de los últimos años en Europa. Incluso el técnico de la selección de fútbol, Joachim Löw, dijo que se encontraba “triste y brutalmente afectado”.
Hay que remontarse al accidente de un Concorde en julio de 2000 en Francia para encontrar tantas víctimas alemanas en una catástrofe aérea. Entonces fueron 97 de un total de 113. Las noticias de accidentes más recientes sonaban lejanas y ajenas para muchos ciudadanos del país de Lufthansa, la mayor aerolínea de Europa.
El primer accidente de la filial de Lufthansa se dio en un tramo familiar para muchos alemanes: el regreso de vacaciones en Barcelona o Mallorca. El piloto sumaba miles de horas de vuelo en Airbus como el estrellado y una experiencia de 10 años en la firma.
Puro dolor
Mientras en redes sociales y medios alemanes comenzaban a circular detalles y especulaciones, el dolor de los alemanes se concentró en dos puntos. Uno fue el aeropuerto de Düsseldorf, al que nunca llegaron las 150 víctimas.
Las personas que las esperaban fueron trasladadas de inmediato a una zona cerrada al público, pero en la terminal podían verse ojos llorosos y reacciones de incredulidad. Una mujer que esperaba a sus hermanas procedentes de Mallorca en otro vuelo apenas creía lo que escuchaba. “Hago frecuentemente el tramo de Barcelona a Düsseldorf con Germanwings. Me faltan las palabras. Es horrible”.
La otra capital del dolor fue Haltern, una pequeña ciudad cerca de Düsseldorf. Un grupo de 16 alumnos de secundaria, de entre 15 y 16 años, volvía en el avión junto con dos profesores después de hacer un viaje de intercambio para aprender español en Llinars del Vallés, municipio de Barcelona. “Es el día más difícil de la historia de nuestra ciudad”, declaró Bodo Klimpel, alcalde del pueblo de 37.000 habitantes. “La ciudad está profundamente afectada. El shock se puede sentir en todos”.
La escuela cerró al conocer la noticia y los estudiantes comenzaron a recibir tratamiento psicológico para asimilar lo ocurrido. “Al ver que el avión no había aterrizado, parte de los padres fueron al aeropuerto; y parte, a la escuela”, contó Klimpel. En Barcelona familiares de las víctimas se concentraron en el aeropuerto de El Prat, de donde salió el vuelo. En España habrá tres días de luto.
El Airbus se estrelló en una zona remota de los Alpes franceses, próxima al pueblo de Seyne-les-Alpes, donde se práctica esquí, senderismo y rafting; y cerca de Barcelonnette, a 100 kilómetros de Niza. El ministro de Transporte francés, Alain Vidalies, dijo que “es una zona cubierta de nieve, inaccesible para los vehículos”.
Una de las cajas negras del avión fue encontrada y será examinada inmediatamente. Se descartó un atentado. (DPA-Reuters)