25 Marzo 2015
El Estado seguirá quedándose con poco más de un tercio de la remuneración de un asalariado argentino, al no modificarse los parámetros de cálculo del impuesto a las Ganancias y en el marco de una discusión paritaria en torno de un 30% de reajuste en los salarios. Gran parte de ese aumento quedará neutralizado por aquella desactualización en el mínimo imponible y en las deducciones del impuesto, algo que ya sucedió en 2014, advierte un reporte del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Desde 2013, el Gobierno nacional no ha modificado los parámetros. Los sueldos inferiores a los $ 15.000 mensuales no están alcanzados por Ganancias. Sin embargo, con los incrementos salariales, cada vez más trabajadores quedan alcanzados hasta tributar, por lo menos, un 20% de su ingreso neto. En esta última situación se encuentran casi 1,1 millón de empleados en relación de dependencia y también la totalidad de los trabajadores independientes que no se pueden adherir al monotributo, los que suman 800.000 contribuyentes, calcula el Iaraf. En consecuencia, dice la consultora, y considerando una conformación familiar tipo, aproximadamente ocho millones de habitantes han visto como el incremento en la tasa efectiva del impuesto a las Ganancias neutraliza un elevado porcentaje de las mejoras nominales obtenidas en sus ingresos. En una franja media de esos asalariados, puede significar prescindir de hasta un 36% del aumento obtenido en las paritarias.
Los empresarios están inquietos frente a los reclamos sindicales. Consideran que la falta de actualización de los parámetros complican las negociaciones paritarias. Por esa razón, creen que es necesario que el Gobierno debe introducir cambios. Desde la Casa Rosada contestan que, por ahora, no está prevista tal reforma. Y que la presidenta Cristina Fernández analiza, día por día, la conveniencia de cambiar Ganancias. El reclamo de los gremios se exteriorizará a fines de mes, con el paro del transporte y la posibilidad de que la medida de fuerza se extienda a los bancarios.
Socios
Frente a la situación actual, el fisco se ha convertido en un “importante socio” de los trabajadores argentinos que sufren dos tipos de detracciones de sus remuneraciones, según el Iaraf:
• En primer lugar los empleadores deben retenerle los montos que de aportes para el financiamiento del sistema previsional y de obras sociales, el cual en general representa un 17% de su remuneración bruta. A cambio de dicho aporte el empleado tiene derecho a una futura jubilación y a los servicios de atención médica durante su etapa activa y pasiva.
• En segundo término los empleadores deben retenerle también los montos correspondientes al impuesto a las ganancias. Estos, a diferencia de los aportes previsionales que se han mantenido en porcentajes invariables, han registrado un continuo incremento desde 2001 como consecuencia de la falta de adecuación de los mínimos y tramos de escala al ritmo de crecimiento de los precios. En consecuencia, indica el reporte del instituto, del total de remuneración bruta solo un porcentaje se convierte en ingreso efectivo e inmediato para el trabajador (el denominado “sueldo de bolsillo”) mientras que el resto es apropiado por el gobierno para financiar el sistema previsional, el de obras sociales y el resto de sus gastos. “Dado que los sistemas previsionales y de obra social también se financian con aportes de los empresarios, que se establecen como un porcentaje de sus nóminas salariales, el costo laboral total que debe afrontar el empleador comprende las denominadas contribuciones patronales y, en consecuencia, el fisco participa con un porcentaje aún superior”, acota.
Otra interpretación
Según el Iaraf, si los trabajadores no quedan alcanzados por Ganancias, el total de aportes y contribuciones al fisco relacionadas a su nómina salarial es inferior al 50% de lo que percibe de bolsillo. Sin embargo la distorsión por la falta de ajuste de los tramos de escala es tan significativa que apenas pasa a ser contribuyente del impuesto, ese porcentaje salta a valores que oscilan entre el 74% y el 82% del sueldo de bolsillo, es decir que en estos casos es casi similar lo que el empleador debe abonar de bolsillo a su trabajador y lo que debe abonar al fisco (tanto en forma directa como indirecta en su carácter de agente de retención de partidas correspondientes al empleado), agrega.
Adicionalmente el trabajador, con su ingreso disponible, debe afrontar otra serie de impuesto directos (inmobiliarios, patentes, bienes personales) e indirectos (IVA, ingresos brutos, comercio e industria, contenidos en el precio de los bienes y servicios que consume) y en consecuencia puede inferirse que, de no modificarse los parámetros del impuesto a las ganancias los trabajadores alcanzados por este tributo afrontaran en 2015 una presión tributaria total muy superior al 50% de sus ingresos, finaliza el informe privado.
Desde 2013, el Gobierno nacional no ha modificado los parámetros. Los sueldos inferiores a los $ 15.000 mensuales no están alcanzados por Ganancias. Sin embargo, con los incrementos salariales, cada vez más trabajadores quedan alcanzados hasta tributar, por lo menos, un 20% de su ingreso neto. En esta última situación se encuentran casi 1,1 millón de empleados en relación de dependencia y también la totalidad de los trabajadores independientes que no se pueden adherir al monotributo, los que suman 800.000 contribuyentes, calcula el Iaraf. En consecuencia, dice la consultora, y considerando una conformación familiar tipo, aproximadamente ocho millones de habitantes han visto como el incremento en la tasa efectiva del impuesto a las Ganancias neutraliza un elevado porcentaje de las mejoras nominales obtenidas en sus ingresos. En una franja media de esos asalariados, puede significar prescindir de hasta un 36% del aumento obtenido en las paritarias.
Los empresarios están inquietos frente a los reclamos sindicales. Consideran que la falta de actualización de los parámetros complican las negociaciones paritarias. Por esa razón, creen que es necesario que el Gobierno debe introducir cambios. Desde la Casa Rosada contestan que, por ahora, no está prevista tal reforma. Y que la presidenta Cristina Fernández analiza, día por día, la conveniencia de cambiar Ganancias. El reclamo de los gremios se exteriorizará a fines de mes, con el paro del transporte y la posibilidad de que la medida de fuerza se extienda a los bancarios.
Socios
Frente a la situación actual, el fisco se ha convertido en un “importante socio” de los trabajadores argentinos que sufren dos tipos de detracciones de sus remuneraciones, según el Iaraf:
• En primer lugar los empleadores deben retenerle los montos que de aportes para el financiamiento del sistema previsional y de obras sociales, el cual en general representa un 17% de su remuneración bruta. A cambio de dicho aporte el empleado tiene derecho a una futura jubilación y a los servicios de atención médica durante su etapa activa y pasiva.
• En segundo término los empleadores deben retenerle también los montos correspondientes al impuesto a las ganancias. Estos, a diferencia de los aportes previsionales que se han mantenido en porcentajes invariables, han registrado un continuo incremento desde 2001 como consecuencia de la falta de adecuación de los mínimos y tramos de escala al ritmo de crecimiento de los precios. En consecuencia, indica el reporte del instituto, del total de remuneración bruta solo un porcentaje se convierte en ingreso efectivo e inmediato para el trabajador (el denominado “sueldo de bolsillo”) mientras que el resto es apropiado por el gobierno para financiar el sistema previsional, el de obras sociales y el resto de sus gastos. “Dado que los sistemas previsionales y de obra social también se financian con aportes de los empresarios, que se establecen como un porcentaje de sus nóminas salariales, el costo laboral total que debe afrontar el empleador comprende las denominadas contribuciones patronales y, en consecuencia, el fisco participa con un porcentaje aún superior”, acota.
Otra interpretación
Según el Iaraf, si los trabajadores no quedan alcanzados por Ganancias, el total de aportes y contribuciones al fisco relacionadas a su nómina salarial es inferior al 50% de lo que percibe de bolsillo. Sin embargo la distorsión por la falta de ajuste de los tramos de escala es tan significativa que apenas pasa a ser contribuyente del impuesto, ese porcentaje salta a valores que oscilan entre el 74% y el 82% del sueldo de bolsillo, es decir que en estos casos es casi similar lo que el empleador debe abonar de bolsillo a su trabajador y lo que debe abonar al fisco (tanto en forma directa como indirecta en su carácter de agente de retención de partidas correspondientes al empleado), agrega.
Adicionalmente el trabajador, con su ingreso disponible, debe afrontar otra serie de impuesto directos (inmobiliarios, patentes, bienes personales) e indirectos (IVA, ingresos brutos, comercio e industria, contenidos en el precio de los bienes y servicios que consume) y en consecuencia puede inferirse que, de no modificarse los parámetros del impuesto a las ganancias los trabajadores alcanzados por este tributo afrontaran en 2015 una presión tributaria total muy superior al 50% de sus ingresos, finaliza el informe privado.
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