28 Marzo 2015
UNA DECENA. Al menos 10 puentes fueron afectados por las crecidas de los ríos; uno es el paso ferroviario de Lules. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
Las obras públicas fueron la diana sobre la que se estrellaron los dardos de la oposición apenas el agua comenzó a empapar ciudades y pueblos. En especial, dos asuntos sobre la infraestructura: la calidad de las que se concretaron y la ausencia de las que no. Con el agua aún sin escurrir, el secretario de Obras Públicas provincial, Oscar Mirkin, cruzó ayer a los disidentes. Defendió las condiciones de la infraestructura concretada. Reconoció, sin embargo, que durante los 11 años de gestión no se efectuaron todas las obras requeridas. Durante la mañana, el funcionario se reunió en la Casa de Gobierno con el gobernador, José Alperovich, y con el comisionado de Alpachiri y El Molino, Juan Manuel Moreno, para analizar las obras que se realizarán allí luego del desastre.
- La oposición criticó la calidad de las obras. ¿Cómo ve esto?
- Cuando se hace se pueden cometer errores, pero aquí no hay negligencia en la construcción. Hay un desconocimiento supino de quienes opinan sin interiorizarse. He recibido a distintos legisladores, como (José) Páez, que mientras le explicaba estaba durmiéndose en mi escritorio. Ellos deben fijarse en lo que hacemos y no en lo que suponen que deríamos hacer. Tenemos tranquilidad de conciencia y hemos trabajado muy intensamente estos 12 años en un esquema de obras que nunca antes se hizo. Ojalá pueda el próximo Gobierno continuar la inversión. Estamos satisfechos con las obras. Nadie dice que lo que ocurrió en Tucumán no tiene antecedentes en los últimos 50 años (por las lluvias). Agradezcamos que se hicieron las obras que se hicieron porque, de no haber estado, se habría sufrido mucho más.
- ¿Se hicieron todas las obras que tenían que hacerse?
- No, no se hicieron todas las obras. Porque hacerlas significaría que hoy (en el área) de Obras Públicas estaríamos de vacaciones en Hawai y no trabajando, si todo hubiese estado hecho. Hay muchas cosas por hacer.
- ¿Esa es la autocrítica que hace el Gobierno?
- No es autocrítica. Es un problema de posibilidades, de hacer las cosas en el momento que hay que hacerlas y de ir priorizando las más importantes. Algunas no se hicieron, no por el desconocimiento de que había que hacerlas, sino porque significaba incurrir en ingentes sumas y que había que priorizar. Tal vez, (se hicieron) otras por necesidades más puntuales, en algunas situaciones en las que se resolvieron problemas de la gente. Lo que no desconocemos es que sí, lógicamente, hay que hacer otras grandes obras que están planteadas y proyectadas; aprobadas y con gestión de financiamiento. Las van a disfrutar en otra gestión. Estamos dentro del marco de un plan director realizado con la Universidad años atrás. Trabajamos dentro del plan de sistematización de cuencas del faldeo oriental de las sierras del Aconquija, lo que significa hacer las grandes obras que estamos haciendo y plantear las que se harán aguas abajo. Es mucha la problemática y son muchas las necesidades de obras. No es menos cierto que son muchos los años que han pasado sin que nadie hiciera nada. La crítica destructiva no nos tendría que importar, pero nos molesta porque no vi a ninguno de esos dirigentes a la par de la gente. Nosotros no paramos. No salimos (por su equipo) de vacaciones ni feriados.
- Antes de esta crisis, ¿la oposición le había pedido informes sobre las obras?
- La mayoría de los pedidos provinieron de legisladores oficialistas. De la oposición no tuve inquietudes, preocupación ni aportes. Ni una crítica constructiva, todo destructivo. Y, cuando pasa un evento como este, lo usan para impulsarse en sus candidaturas.
- ¿Cuándo fue la reunión con el legislador Páez?
- Hace unos meses, cuando me fue a preguntar por las obras de los túneles de las calles Córdoba y Mendoza. Decía que se iban a inundar y han pasado estas lluvias importantes y no quedó una gota de agua. Esa es la mejor respuesta que le puedo dar a él. Que vaya a ver, porque ni siquiera fue. Mientras su asesor me hacía preguntas, él dormía. No tengo empacho en decirlo, porque así fue. Fue la única vez que alguien se acercó con algún grado de interés. Al ingeniero que fue con él le dimos todas las explicaciones y documentación para que la analizaran y nos hicieran una devolución. En vez de eso, salieron a decir que estábamos haciendo todo mal. Parece que es propio de quienes no hacen. Nosotros no tendremos ni la soberbia ni la vanidad de decir que hacemos todo bien. Creemos que hacemos lo mejor que podemos y que tenemos gente capacitada. Se equivoca el que hace, es difícil que se equivoque el que está detrás de un escritorio.
- ¿Cuánto se necesitará para la reconstrucción?
- Sería mentirle a la gente. Hicimos una evaluación previa y, entre las obras viales y las hídricas que hay que hacer en el corto plazo, se invertirían unos $ 500 millones. Pero estimo que finalmente va a ser una cifra más importante.
- La oposición criticó la calidad de las obras. ¿Cómo ve esto?
- Cuando se hace se pueden cometer errores, pero aquí no hay negligencia en la construcción. Hay un desconocimiento supino de quienes opinan sin interiorizarse. He recibido a distintos legisladores, como (José) Páez, que mientras le explicaba estaba durmiéndose en mi escritorio. Ellos deben fijarse en lo que hacemos y no en lo que suponen que deríamos hacer. Tenemos tranquilidad de conciencia y hemos trabajado muy intensamente estos 12 años en un esquema de obras que nunca antes se hizo. Ojalá pueda el próximo Gobierno continuar la inversión. Estamos satisfechos con las obras. Nadie dice que lo que ocurrió en Tucumán no tiene antecedentes en los últimos 50 años (por las lluvias). Agradezcamos que se hicieron las obras que se hicieron porque, de no haber estado, se habría sufrido mucho más.
- ¿Se hicieron todas las obras que tenían que hacerse?
- No, no se hicieron todas las obras. Porque hacerlas significaría que hoy (en el área) de Obras Públicas estaríamos de vacaciones en Hawai y no trabajando, si todo hubiese estado hecho. Hay muchas cosas por hacer.
- ¿Esa es la autocrítica que hace el Gobierno?
- No es autocrítica. Es un problema de posibilidades, de hacer las cosas en el momento que hay que hacerlas y de ir priorizando las más importantes. Algunas no se hicieron, no por el desconocimiento de que había que hacerlas, sino porque significaba incurrir en ingentes sumas y que había que priorizar. Tal vez, (se hicieron) otras por necesidades más puntuales, en algunas situaciones en las que se resolvieron problemas de la gente. Lo que no desconocemos es que sí, lógicamente, hay que hacer otras grandes obras que están planteadas y proyectadas; aprobadas y con gestión de financiamiento. Las van a disfrutar en otra gestión. Estamos dentro del marco de un plan director realizado con la Universidad años atrás. Trabajamos dentro del plan de sistematización de cuencas del faldeo oriental de las sierras del Aconquija, lo que significa hacer las grandes obras que estamos haciendo y plantear las que se harán aguas abajo. Es mucha la problemática y son muchas las necesidades de obras. No es menos cierto que son muchos los años que han pasado sin que nadie hiciera nada. La crítica destructiva no nos tendría que importar, pero nos molesta porque no vi a ninguno de esos dirigentes a la par de la gente. Nosotros no paramos. No salimos (por su equipo) de vacaciones ni feriados.
- Antes de esta crisis, ¿la oposición le había pedido informes sobre las obras?
- La mayoría de los pedidos provinieron de legisladores oficialistas. De la oposición no tuve inquietudes, preocupación ni aportes. Ni una crítica constructiva, todo destructivo. Y, cuando pasa un evento como este, lo usan para impulsarse en sus candidaturas.
- ¿Cuándo fue la reunión con el legislador Páez?
- Hace unos meses, cuando me fue a preguntar por las obras de los túneles de las calles Córdoba y Mendoza. Decía que se iban a inundar y han pasado estas lluvias importantes y no quedó una gota de agua. Esa es la mejor respuesta que le puedo dar a él. Que vaya a ver, porque ni siquiera fue. Mientras su asesor me hacía preguntas, él dormía. No tengo empacho en decirlo, porque así fue. Fue la única vez que alguien se acercó con algún grado de interés. Al ingeniero que fue con él le dimos todas las explicaciones y documentación para que la analizaran y nos hicieran una devolución. En vez de eso, salieron a decir que estábamos haciendo todo mal. Parece que es propio de quienes no hacen. Nosotros no tendremos ni la soberbia ni la vanidad de decir que hacemos todo bien. Creemos que hacemos lo mejor que podemos y que tenemos gente capacitada. Se equivoca el que hace, es difícil que se equivoque el que está detrás de un escritorio.
- ¿Cuánto se necesitará para la reconstrucción?
- Sería mentirle a la gente. Hicimos una evaluación previa y, entre las obras viales y las hídricas que hay que hacer en el corto plazo, se invertirían unos $ 500 millones. Pero estimo que finalmente va a ser una cifra más importante.
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