02 Abril 2015
UN ACTOR, DOS OBRAS. Mario Costello representa a Jesús en las puestas de Carlos Kanán en Tafí del Valle y en el parque 9 de Julio.
Desde hace una década, Mario Costello es Jesús en Tafí del Valle y en el parque 9 de Julio. Cuando se acerca Semana Santa, el actor sabe que el ritmo de trabajo de acelera y que, hasta físicamente, se operan cambios en su persona, según admite en una entrevista con LA GACETA, en la que aclara que su composición va mucho más allá del “parecido exterior”.
Los días de funciones (mañana, sábado y domingo), Costello sube a la mañana a los valles, y a las 16 representa a la obra que dirige Carlos Kanán; una vez concluida, de inmediato regresa para asumir el mismo rol en el parque 9 de Julio, por la noche, y con el mismo director.
- ¿Hace cuánto que interpretás a Jesús?
- Hace 10 temporadas. Si bien estoy dentro de la puesta desde el inicio, interpretaba a Juan el Bautista y a uno de los apóstoles. Todo comenzó en 2000, y ya ha cumplido 15 años. Las primeras representaciones se desarrollaron en la Casa de la Cultura de la Municipalidad de Tucumán, pero luego se cambió el espacio a la periferia del lago San Miguel. De la secuencia de acciones que armé para El Bautista, tengo un gran recuerdo, porque aún perdura y se la sigue interpretando. En Tafí del Valle, por el contrario, es el tercer año que lo interpreto.
- ¿Cómo lo compusiste?
- Ante la propuesta del director, me invadió la sorpresa y luego, la duda, ya que soy bastante detallista y obsesivo en la construcción de cualquier producto artístico. No quería quedarme en la mera reproducción mecánica de otras interpretaciones. Tomé la construcción desde cero. Sabía también que todo mi cuerpo debía estar al servicio del personaje y hasta, quizás, lidiar con la representación y el inconsciente colectivo, porque gran parte del público tiene ya, obviamente, su propia construcción del mismo. Me propuse construirlo no ya desde lo exterior o desde cierta identificación física, sino partir de lo orgánico, desde algo absolutamente tangible y de carne y hueso. Cualquier actor preparado puede interpretar a un personaje histórico, con una profunda carga de significados, pero que también fue un hombre que asumió un rol determinado por el contexto histórico imperante, ideológico, con las banderas de la coherencia y la igualdad.
- ¿Cuál es tu lectura de Él?
- Aprendí a percibirlo más como un revolucionario y fue hasta el necesario desenlace absolutamente convencido. El requerimiento de si uno es parecido o no se corre a otro plano. ¿Parecido a quién? Ojalá pudiera parecerme a algunas de sus inmensas cualidades internas. A veces y en determinadas circunstancias lo logro; en otras instancias estoy lejos de serlo. Muchas veces me di cuenta de que el espectador no puede separar ni tomar distancia y percibir con objetividad de que La Pasión es un producto teatral y que al que están viendo allí es solo un actor, una persona de carne y hueso. La fuerza y la verdad en su discurso me relega a otro plano en donde mi personalidad se desvanece.
- Trabajás con grabaciones. ¿Hay dificultades en esto?
- Se trabaja con una banda sonora previamente grabada y musicalizada; los tiempos están acotados a ella, pero no ha generado dificultades porque el guión técnico es muy preciso y juega a favor de los intérpretes. Por eso es que los procesos de ensayo son intensos, necesarios y extendidos en el tiempo. Te hace estar siempre alerta: el mínimo desliz en cualquier acción provocaría un desfase en lo que percibe el público. Por mi modalidad de trabajo, he aprendido el texto y lo emito orgánicamente en toda la puesta, por más que no sea mi voz la que se escucha. No podría sólo mover la boca, como una marioneta. Otros pudieron; a mí no me sale ni podría sostenerlo.
- ¿Qué significa para vos en particular?
- Representarlo me ha permitido crecer y mejorar como persona. Pero no desde algún tipo de delirio místico ni de una pose o de un pseudo despertar espiritual, sino desde el encuentro con otros y la tolerancia hacia cualquier creencia ideológica o religiosa. Investigué e investigo mucho sobre sus enseñanzas, lo que me acercó a situaciones inimaginables para mí en otras instancias de mi vida. Leí muchísima bibliografía, no sólo las Sagradas Escrituras, sino también filosofía budista tibetana, zen, judaica, musulmana, textos apócrifos, etcétera, y tuve encuentros con personas sumamente místicas y atravesadas por lo esotérico, hasta con agnósticos y los más acérrimos ateos. El hecho de bajar siete o más kilos en un mes es una anécdota que ni yo mismo hubiera podido creer en otra época, como las prácticas de silencio e introspección a las que cada vez adhiero con más fuerza.
- ¿Cuál es el mensaje central?
- Lo que importa es la resurrección, morir a lo previo para crecer, despedir a lo viejo conocido, es inevitable ser mejor persona o al menos intentarlo conscientemente. Entonces, la frase “somos uno” toma otro sentido.
- La experiencia es distinta en Tafí del Valle y en la ciudad. El público debe ser diferente.
- Sí, de hecho lo es. La recepción personal del producto artístico varía por las circunstancias dadas (una de día; la otra, en la noche); por el contexto (el lugar natural, lo imponente de la montaña en Ojo de Agua, Tafí del Valle) y por la cercanía con el receptor, entre otras cosas. En lo personal, no considero a ninguna puesta mejor que la otra. El público es muy respetuoso. En el lago San Miguel uno percibe, por ejemplo, toda la impronta de lo popular en las familias enteras que van a presenciar el espectáculo, los vendedores ambulantes, el olor de las comidas, en la experiencia de compartir porciones de pan. En Tafí es en donde con mayor fuerza se percibe público de procedencias distintas, incluso países limítrofes. Lo compruebo al final, en los saludos, en el pedido de alguna foto como recuerdo, en los abrazos conmovedores, en las palabras de agradecimiento. Cambia el espacio de representación. Pero la emoción es exactamente la misma.
VARIAS FUNCIONES
• “Vida y Pasión de Dios Hombre” se verá en Tafí del Valle mañana y el sábado a las 16, en el predio de Ojo de Agua, con entrada libre y gratuita (sólo se cobra estacionamiento), y en el parque 9 de Julio mañana, el sábado y el domingo, a las 21, sin costo.
Los días de funciones (mañana, sábado y domingo), Costello sube a la mañana a los valles, y a las 16 representa a la obra que dirige Carlos Kanán; una vez concluida, de inmediato regresa para asumir el mismo rol en el parque 9 de Julio, por la noche, y con el mismo director.
- ¿Hace cuánto que interpretás a Jesús?
- Hace 10 temporadas. Si bien estoy dentro de la puesta desde el inicio, interpretaba a Juan el Bautista y a uno de los apóstoles. Todo comenzó en 2000, y ya ha cumplido 15 años. Las primeras representaciones se desarrollaron en la Casa de la Cultura de la Municipalidad de Tucumán, pero luego se cambió el espacio a la periferia del lago San Miguel. De la secuencia de acciones que armé para El Bautista, tengo un gran recuerdo, porque aún perdura y se la sigue interpretando. En Tafí del Valle, por el contrario, es el tercer año que lo interpreto.
- ¿Cómo lo compusiste?
- Ante la propuesta del director, me invadió la sorpresa y luego, la duda, ya que soy bastante detallista y obsesivo en la construcción de cualquier producto artístico. No quería quedarme en la mera reproducción mecánica de otras interpretaciones. Tomé la construcción desde cero. Sabía también que todo mi cuerpo debía estar al servicio del personaje y hasta, quizás, lidiar con la representación y el inconsciente colectivo, porque gran parte del público tiene ya, obviamente, su propia construcción del mismo. Me propuse construirlo no ya desde lo exterior o desde cierta identificación física, sino partir de lo orgánico, desde algo absolutamente tangible y de carne y hueso. Cualquier actor preparado puede interpretar a un personaje histórico, con una profunda carga de significados, pero que también fue un hombre que asumió un rol determinado por el contexto histórico imperante, ideológico, con las banderas de la coherencia y la igualdad.
- ¿Cuál es tu lectura de Él?
- Aprendí a percibirlo más como un revolucionario y fue hasta el necesario desenlace absolutamente convencido. El requerimiento de si uno es parecido o no se corre a otro plano. ¿Parecido a quién? Ojalá pudiera parecerme a algunas de sus inmensas cualidades internas. A veces y en determinadas circunstancias lo logro; en otras instancias estoy lejos de serlo. Muchas veces me di cuenta de que el espectador no puede separar ni tomar distancia y percibir con objetividad de que La Pasión es un producto teatral y que al que están viendo allí es solo un actor, una persona de carne y hueso. La fuerza y la verdad en su discurso me relega a otro plano en donde mi personalidad se desvanece.
- Trabajás con grabaciones. ¿Hay dificultades en esto?
- Se trabaja con una banda sonora previamente grabada y musicalizada; los tiempos están acotados a ella, pero no ha generado dificultades porque el guión técnico es muy preciso y juega a favor de los intérpretes. Por eso es que los procesos de ensayo son intensos, necesarios y extendidos en el tiempo. Te hace estar siempre alerta: el mínimo desliz en cualquier acción provocaría un desfase en lo que percibe el público. Por mi modalidad de trabajo, he aprendido el texto y lo emito orgánicamente en toda la puesta, por más que no sea mi voz la que se escucha. No podría sólo mover la boca, como una marioneta. Otros pudieron; a mí no me sale ni podría sostenerlo.
- ¿Qué significa para vos en particular?
- Representarlo me ha permitido crecer y mejorar como persona. Pero no desde algún tipo de delirio místico ni de una pose o de un pseudo despertar espiritual, sino desde el encuentro con otros y la tolerancia hacia cualquier creencia ideológica o religiosa. Investigué e investigo mucho sobre sus enseñanzas, lo que me acercó a situaciones inimaginables para mí en otras instancias de mi vida. Leí muchísima bibliografía, no sólo las Sagradas Escrituras, sino también filosofía budista tibetana, zen, judaica, musulmana, textos apócrifos, etcétera, y tuve encuentros con personas sumamente místicas y atravesadas por lo esotérico, hasta con agnósticos y los más acérrimos ateos. El hecho de bajar siete o más kilos en un mes es una anécdota que ni yo mismo hubiera podido creer en otra época, como las prácticas de silencio e introspección a las que cada vez adhiero con más fuerza.
- ¿Cuál es el mensaje central?
- Lo que importa es la resurrección, morir a lo previo para crecer, despedir a lo viejo conocido, es inevitable ser mejor persona o al menos intentarlo conscientemente. Entonces, la frase “somos uno” toma otro sentido.
- La experiencia es distinta en Tafí del Valle y en la ciudad. El público debe ser diferente.
- Sí, de hecho lo es. La recepción personal del producto artístico varía por las circunstancias dadas (una de día; la otra, en la noche); por el contexto (el lugar natural, lo imponente de la montaña en Ojo de Agua, Tafí del Valle) y por la cercanía con el receptor, entre otras cosas. En lo personal, no considero a ninguna puesta mejor que la otra. El público es muy respetuoso. En el lago San Miguel uno percibe, por ejemplo, toda la impronta de lo popular en las familias enteras que van a presenciar el espectáculo, los vendedores ambulantes, el olor de las comidas, en la experiencia de compartir porciones de pan. En Tafí es en donde con mayor fuerza se percibe público de procedencias distintas, incluso países limítrofes. Lo compruebo al final, en los saludos, en el pedido de alguna foto como recuerdo, en los abrazos conmovedores, en las palabras de agradecimiento. Cambia el espacio de representación. Pero la emoción es exactamente la misma.
VARIAS FUNCIONES
• “Vida y Pasión de Dios Hombre” se verá en Tafí del Valle mañana y el sábado a las 16, en el predio de Ojo de Agua, con entrada libre y gratuita (sólo se cobra estacionamiento), y en el parque 9 de Julio mañana, el sábado y el domingo, a las 21, sin costo.
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