Construirán un paso para recuperar el acceso a Los Alisos

El 9 de marzo, el agua se llevó el puente sobre el río Jaya, y muchos pobladores quedaron aislados. Un vado rápido y un puente colgante.

SIN ACCESO. El 9 de marzo, el puente sobre el río Jaya cedió ante la avalancha de agua, troncos y piedras. foto gentileza Reserva del Parque Nacional de Los alisos (archivo) SIN ACCESO. El 9 de marzo, el puente sobre el río Jaya cedió ante la avalancha de agua, troncos y piedras. foto gentileza Reserva del Parque Nacional de Los alisos (archivo)
05 Abril 2015
El desafío, dicen los guardaparques, es ponerle el pecho al desastre y empezar de nuevo. La caída del puente sobre el río Jaya, ocurrida en la última creciente de marzo, dejó sin acceso al Parque Nacional Los Alisos. Además destruyó las sendas internas y causó la extinción de especies de la fauna autóctona que estaban en proceso de recuperación, como el “Lobito del río”. El hecho tiró por tierra varios años de trabajo sin tregua con el fin de transformar a la reserva en el principal atractivo turístico del sur tucumano. Y afectó también el funcionamiento de algunos emprendimientos privados que nacieron en función del movimiento de gente que generó la reserva.

Lo que el agua se llevó
Ubicada al oeste de Alpachiri (departamento Chicligasta), la reserva fue creada en 1995 con la intención de proteger una vasta zona de la selva y bosque montano y del bioma altoandino y cuenta con 17.600 hectáreas. Se halla un sitio arqueológico de gran importancia para el estudio de los asentamientos y actividades incaicas en el noroeste argentino, tales como las Ruinas de la Ciudacita o Pueblo Viejo que se encuentran a 4.300 metros sobre el nivel del mar.

A partir de la habilitación del viaducto, hace dos años, la cifra de visitas creció de 300 anuales a 11.000. Y el objetivo era llegar en el 2015 a las 14.000. Pero la naturaleza fue virulenta e implacable. El día del desastre, el lunes 9 de marzo pasado, llovió 220 mms en menos de cuatro horas, y el viaducto (según testimonios de algunos pobladores que perdieron sus casas y sus plantaciones de caña y de citrus, entre otras), se transformó en un dique lleno de troncos y piedras arrastrados por el agua, hasta que finalmente estalló. Ese día, el agua se llevó 80 toneladas de la parte superior del viaducto, las que fueron a parar a 90 metros.

La inclemencia climática continuó hasta hace poco días en que los registros del lugar alcanzaron los 950 mms en un mes. “Quedamos sin entrada y en un principio llenos de incertidumbre. Pero había que reaccionar y ponerse a pensar en el futuro. Así, ya está el objetivo básico de construir un vado rápido a fin de que podamos acceder a reacondicionar todo el desastre que nos dejaron las lluvias y las crecientes”, comentó Daniel Vega, intendente del Parque Nacional Los Alisos. Para después está previsto un vado rápido de hormigón; también un puente colgante para bicicletas y motos.

Vega dijo que desde ya habría que comenzar a proyectar un puente que no tenga columnas en el medio. “Lo que pasó con el que teníamos es que tenía vigas en el medio y huecas, porque se la pensó con obras complementarias que no se alcanzaron a hacer. Estaba la plata desde hace dos años, pero por diferentes razones el Tribunal de Cuentas de la provincia vino objetando lo que estaba previsto. Justo cuando autorizó la obra, llegó el desastre”, añadió el guardaparque. Vega, el día de la creciente, por poco es arrastrado con su camioneta por la correntada que había comenzado a llegar a El Molino.

“Salimos urgente a ver lo que pasaba en Los Alisos porque ahí estaba un compañero con su familia. Y cuando íbamos por la ruta, con otros guardaparques, vimos agua, pero no pensamos que se trataba del desborde del Gastona. Logramos pasar a duras penas, y cuando parecía que nos iba a llevar la corriente” contó. “El susto fue tremendo”, reconoce.

Por esos días, la creciente fue tan impiadosa que el guardaparque Pedro Cenoz, su esposa y tres hijas pequeñas, permanecieron aislados en la reserva tres días hasta que finalmente pudieron ser rescatados en un helicóptero.

“Vamos a reconstruir el parque con el compromiso de recuperar su uso público. Consideramos que es un lugar que la gente lo necesita. En ese afán se va a tratar de brindar mejores servicios. “Si llegábamos a los 15.000 visitantes íbamos a apuntar a habilitar una proveeduría”, se lamentó Vega. Ahora la cuestión, insistió, es habilitar un paso de acceso, abrir nuevos caminos internos y ampliar los espacios destinados a los campamentos y las familias que van a pasar el día.

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