06 Abril 2015
Con reclamos a la clase política y elogios hacia la solidaridad de los tucumanos, el obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, monseñor José María Rossi, se refirió en sus homilías de Semana Santa a la crisis social que provocaron las inundaciones.
El prelado dedicó buena parte de sus palabras a analizar las secuelas que dejaron en el sur las lluvias y los desbordes de los ríos. El viernes, en la Misa Crismal, Rossi consideró que muchos comprovincianos habían vivido una dura Cuaresma. “Este año, especialmente en muchas localidades tuvieron una muy dura Cuaresma por las inundaciones; en muchas comunidades de nuestra Diócesis. Así también ha sido la respuesta de los hermanos: de solidaridad, de compasión y de misericordia. Al mismo tiempo que llegaban las noticias del avance de las aguas, también llegaba la noticia de ayuda. No sólo material, sino que llevaron alivio al sufrimiento del corazón. La gente afectada reconoce esto y ha podido señalar con el dedo a los que se han acercado de corazón y a los que fueron por otros motivos”, reprochó el religioso.
El obispo de Concepción, tras celebrar la misa con todos los integrantes del clero diocesano (los 22 párrocos de otras tantas parroquias, diáconos, seminaristas y religiosas) respondió a una consulta de medios locales sobre sus dichos. Allí, reforzó sus planteos. “La gente quiere que se analice por qué ha pasado lo que pasó con el avance de las aguas. E incluso la gente tiene claro que hay responsables. No sólo del Gobierno, sino también de otros ámbitos”, alertó.
Un día antes, el jueves, en la ceremonia que evoca lo que hizo Jesús cuando les lavó los pies a los apóstoles durante la Última Cena, monseñor Rossi instó a la clase política a “lavarse los pies”. Allí, el religioso detalló que el sentido de la tradición católica debe ser entendido como un acto de servicio y de amor. “¿Qué significa este lavarse los pies unos a otros? Quiere decir que Jesús da un mandamiento nuevo: ‘como yo los he amado, ámense ustedes’”, afirmó. Y se explayó sobre la solidaridad evidenciada tras las inundaciones. “Al comienzo de la Cuaresma nos ha empujado a dejar de lado nuestra comodidad. Ir en ayuda de los hermanos no sólo con el bolsito con cosas materiales, sino que muchos han ido a dar consuelo. Gracias a Dios hemos podido vivir el servicio a quienes lo necesitan. Como Jesús, que se acercó a sus apóstoles. Todo esto los hermanos lo han sabido reconocer: ‘no vinieron con cosas solamente, sino con el corazón en la mano’, repetían en las comunidades afectadas. Y también la gente ha sabido diferenciar a los que fueron para la foto, los que fueron mandados por obligación y los que fueron de corazón”, deslizó el sacerdote.
La respuesta del Gobierno a los daños que provocaron las lluvias y las crecidas de ríos entre febrero y la primera quincena de marzo en toda la provincia estuvo envuelta en la polémica. Especialmente, luego del incidente que protagonizó la senadora Beatriz Rojkés durante una recorrida por la comuna de Alpachiri y El Molino. Allí, la presidenta del Partido Justicialista y primera dama tucumana discutió con un jornalero. El escándalo de Rojkés, que fue grabado con un teléfono celular, trascendió y tuvo repercusión en todo el país por los insultos que profirió al cosechero Cristian Bulacio, al que trató de “vago de miércoles” y “pedazo de animal”. Luego, la esposa del gobernador José Alperovich pidió disculpas por el exabrupto cometido en una visita oficial.
En otro tramo de su homilía, monseñor Rossi se refirió a la cercanía de las elecciones, a las que definió como un “desafío”. “Es un año que nos tiene que ayudar a descubrir en la comunidad los distintos roles. Jesús tiene una enseñanza muy clara en esto. La Comunidad política tiene que acostumbrarse a lavar los pies. Nada de primeras líneas. Nos invita a renunciar al deseo de aparecer pero no renunciar a servir. Aunque haya distintos roles en la sociedad, todos tenemos que caminar juntos”, puntualizó. Y citó al Papa Francisco. “El objetivo de la comunidad debe ser que no haya más excluidos. Nadie se tiene que quedar fuera. Por ejemplo de los servicios de salud. Que los pobres tengan el mismo servicio educativo que los ricos. Que todos tengan trabajo en blanco. Para que este año pensemos cómo se programa un país, una provincia y una ciudad donde nadie quede fuera”, auguró.
El prelado dedicó buena parte de sus palabras a analizar las secuelas que dejaron en el sur las lluvias y los desbordes de los ríos. El viernes, en la Misa Crismal, Rossi consideró que muchos comprovincianos habían vivido una dura Cuaresma. “Este año, especialmente en muchas localidades tuvieron una muy dura Cuaresma por las inundaciones; en muchas comunidades de nuestra Diócesis. Así también ha sido la respuesta de los hermanos: de solidaridad, de compasión y de misericordia. Al mismo tiempo que llegaban las noticias del avance de las aguas, también llegaba la noticia de ayuda. No sólo material, sino que llevaron alivio al sufrimiento del corazón. La gente afectada reconoce esto y ha podido señalar con el dedo a los que se han acercado de corazón y a los que fueron por otros motivos”, reprochó el religioso.
El obispo de Concepción, tras celebrar la misa con todos los integrantes del clero diocesano (los 22 párrocos de otras tantas parroquias, diáconos, seminaristas y religiosas) respondió a una consulta de medios locales sobre sus dichos. Allí, reforzó sus planteos. “La gente quiere que se analice por qué ha pasado lo que pasó con el avance de las aguas. E incluso la gente tiene claro que hay responsables. No sólo del Gobierno, sino también de otros ámbitos”, alertó.
Un día antes, el jueves, en la ceremonia que evoca lo que hizo Jesús cuando les lavó los pies a los apóstoles durante la Última Cena, monseñor Rossi instó a la clase política a “lavarse los pies”. Allí, el religioso detalló que el sentido de la tradición católica debe ser entendido como un acto de servicio y de amor. “¿Qué significa este lavarse los pies unos a otros? Quiere decir que Jesús da un mandamiento nuevo: ‘como yo los he amado, ámense ustedes’”, afirmó. Y se explayó sobre la solidaridad evidenciada tras las inundaciones. “Al comienzo de la Cuaresma nos ha empujado a dejar de lado nuestra comodidad. Ir en ayuda de los hermanos no sólo con el bolsito con cosas materiales, sino que muchos han ido a dar consuelo. Gracias a Dios hemos podido vivir el servicio a quienes lo necesitan. Como Jesús, que se acercó a sus apóstoles. Todo esto los hermanos lo han sabido reconocer: ‘no vinieron con cosas solamente, sino con el corazón en la mano’, repetían en las comunidades afectadas. Y también la gente ha sabido diferenciar a los que fueron para la foto, los que fueron mandados por obligación y los que fueron de corazón”, deslizó el sacerdote.
La respuesta del Gobierno a los daños que provocaron las lluvias y las crecidas de ríos entre febrero y la primera quincena de marzo en toda la provincia estuvo envuelta en la polémica. Especialmente, luego del incidente que protagonizó la senadora Beatriz Rojkés durante una recorrida por la comuna de Alpachiri y El Molino. Allí, la presidenta del Partido Justicialista y primera dama tucumana discutió con un jornalero. El escándalo de Rojkés, que fue grabado con un teléfono celular, trascendió y tuvo repercusión en todo el país por los insultos que profirió al cosechero Cristian Bulacio, al que trató de “vago de miércoles” y “pedazo de animal”. Luego, la esposa del gobernador José Alperovich pidió disculpas por el exabrupto cometido en una visita oficial.
En otro tramo de su homilía, monseñor Rossi se refirió a la cercanía de las elecciones, a las que definió como un “desafío”. “Es un año que nos tiene que ayudar a descubrir en la comunidad los distintos roles. Jesús tiene una enseñanza muy clara en esto. La Comunidad política tiene que acostumbrarse a lavar los pies. Nada de primeras líneas. Nos invita a renunciar al deseo de aparecer pero no renunciar a servir. Aunque haya distintos roles en la sociedad, todos tenemos que caminar juntos”, puntualizó. Y citó al Papa Francisco. “El objetivo de la comunidad debe ser que no haya más excluidos. Nadie se tiene que quedar fuera. Por ejemplo de los servicios de salud. Que los pobres tengan el mismo servicio educativo que los ricos. Que todos tengan trabajo en blanco. Para que este año pensemos cómo se programa un país, una provincia y una ciudad donde nadie quede fuera”, auguró.