Por Roberto Espinosa
15 Abril 2015
Martha Argerich
Soledad. Melancolía. Tiempo que se cuelga del horizonte. Parpadeante nocturnidad. Ausencia agazapada en las estrellas. Silencioso rumor de luces mortecinas. Sentimiento deshojado en un “fueye”. Un abrazo de pianos, bandoneón, viola y contrabajo se gesta en esa milonga de un ángel. Rosario es una fiesta ese noviembre de 2012. El centenario coliseo El Círculo cobija a Martha Argerich y a sus amigos. Ha convocado a los pianistas Daniel Rivera (rosarino), Gabriele Baldocci (italiano), su hija Lyda Chen (viola), Enrique Fagone (contrabajo) y el bandoneonista Néstor Marconi. El emotivo encuentro de tres días ha quedado registrado en cuatro CDs; el último está dedicado a Astor Piazzolla. Páginas del marplatense se hermanan con Sur, La última curda, Gris de Ausencia y otras en el bandoneón de Marconi, alma de este concierto. Argerich y sus colegas despliegan su talento para sazonar el tango, ese sentimiento que sueña y se baila.
Temas
Astor Piazzolla