Indra Devi era una estela de luz y amor

18 Abril 2015

Manuel Riva - Redacción LA GACETA

Comenzaba el último mes del año 1991 y una visita llenó de “luz y amor” la redacción de nuestro diario. Indra Devi, la gran maestra de yoga del mundo, estaba en Tucumán por segunda vez para dejar su mensaje con estas palabras: “la vida es muy simple: se puede definir en dos palabras, desde el yoga, el cristianismo, el budismo. Cualquier religión: luz y amor. Amor a todos, no solamente a sus amigos y familiares”. Esa figura frágil que ya cargaba en sus espaldas 92 años seguía su infatigable viaje por la vida y volvía a nuestra provincia como lo había hecho en 1983 junto al cantautor Piero. “Mátaji” (madre, en un dialecto hindú) como prefería que la llamen dio clases desde Hollywood a Moscú y conoció a personalidades como Ghandi, Greta Garbo o Rabindranath Tagore.

Otra de sus frases de entonces fue “la carne no puede cambiar. Pero hay muchas cosas que podemos cambiar con voluntad. Tenemos la fuerza de la mente. Cada palabra tiene fuerza”. Además dijo que la utilidad del yoga consiste, en primer lugar, en una búsqueda filosófica del bienestar. Pero también “en esta vida sembramos semillas para la vida futura”

Indra había nacido en mayo de 1899 en Riga capital de Letonia era hija de una aristócrata rusa y un banquero sueco. Debió abandonar Rusia en 1917 y allí comenzó su viaje por el mundo. Fue artista de teatro pero en 1926 cambió su visión del mundo al conocer a Krishnamurti. Esta infatigable difusora del yofa que abrió en los 50 su primera escuela en Los Angeles, en los 60 llegó a México y para los 80 su vida se ancló en Buenos Aires.

Fue Zhenia Labunskaia, Jane Peterson, Indra Devi Knauer, señora Strakati y Mataji Indra Devi. Su úlimo nombre surgió hace muchos años, en la India, cuando un productor que la contrató para protagonizar una película le exigió adoptar un seudónimo que reprodujera la fonética hindú.

Evguenia Vasilievna, su nombre de nacimiento murió en 2002 y nuestro diario la despedía con el título: “A los 102 años partió Indra Devi, envuelta en luz y amor”.

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