SANTA CRUZ, Bolivia.- El Papa Francisco celebró ayer una multitudinaria misa en la ciudad boliviana de Santa Cruz, en donde pidió no excluir a los pobres ni a los desfavorecidos, que todavía conforman un porcentaje importante de la población sudamericana.
Un día después de haber llegado al país altiplánico como parte de una gira de una semana por su Sudamérica natal, Francisco congregó a 500.000 feligreses- entre ellos muchos salteños y jujeños, llegados de Argentina- al pie de una estatua de Cristo en el noroeste de la ciudad más grande de Bolivia, según coincidieron las agencias Reuters, DPA y DyN.
Intercaladas entre las miles de banderas bolivianas y vaticanas que los fieles sacudían con emoción durante la misa campal celebrada por el papa Francisco en la ciudad boliviana de Santa Cruz, la otra perfectamente identificable en toda la plaza del Cristo Redentor fue la enseña argentina, lo que dio cuenta de la gran cantidad de compatriotas del pontífice presentes. La mayoría provenía de las provincias de Salta y Jujuy y concurrieron a la plaza con camisetas de la selección argentina, gorros y bufandas albicelestes, igual que si se tratara de un partido de fútbol donde jugara el equipo nacional.
En Ecuador, el Papa de 78 años ya había reunido a 1,5 millón de personas y los instó a velar por el medioambiente.
“En un corazón desesperado es muy fácil que gane espacio la lógica que pretende imponerse en el mundo de nuestros días”, dijo Francisco después de ser recibido con cánticos, pañuelos blancos y banderas bolivianas.
“Una lógica que pretende dejar espacio a muy pocos, descartando a todos aquellos que no producen, que no se los considera aptos o dignos”, sostuvo.
“No es necesario excluir a nadie, no es necesario que nadie se vaya, basta de descartes”, sostuvo Francisco en Santa Cruz, una ciudad donde hay menos indígenas que en otras partes de Bolivia y donde varios de sus 2,6 millones de habitantes son de ascendencia europea.
Cuando llegó a Bolivia, Francisco elogió los logros sociales e institucionales de Evo Morales. La relación de Morales, el primer presidente indígena del país, con la Iglesia Católica ha sido tensa en el pasado. Llegó a calificar a la institución como “un instrumento de dominación” y durante su mandato Bolivia se convirtió en un estado laico.
Pero desde que el jesuita Jorge Bergoglio se convirtió en el jefe de la Iglesia, Morales sólo ha tenido elogios para el Sumo Pontífice, a quien abrazó a su llegada a tierra boliviana y lo llamó “el Papa de los pobres”.
El miércoles, Morales le había obsequiado un inusual regalo a Francisco: un martillo y una hoz -símbolo del comunismo- de madera con una figura de un Cristo crucificado sobre el martillo, que el Papa recibió perplejo en sus manos. Y ayer ese malentendido quedó casi zanjado, cuando El Vaticano admitió haberse sorprendido al descubrir que el martillo y la hoz adornados con un Cristo crucificado fue diseñado de hecho por un cura jesuita asesinado en 1980. Al principio se pensaba que el presidente socialista había encargado ese diseño. Pero mientras crecía la controversia el miércoles por la noche, periodistas bolivianos dijeron recordar que el autor original de la escultura de madera fue el padre jesuita español Luis Espinal, un fuerte defensor de los derechos de los mineros, asesinado por un grupo paramilitar durante la dictadura de 1980. Poco después de llegar a La Paz, Francisco se detuvo para orar en el lugar donde fue arrojado el cuerpo del sacerdote junto a un camino.
Durante su gira Francisco ha tocado algunos temas ríspidos a nivel político, como cuando recomendó usar la diplomacia para resolver conflictos como el que mantienen Bolivia y Chile por una salida al mar.
Peregrinos al Paraguay
Mientras tanto, miles de argentinos y paraguayos residentes en el país comenzaron a llegar ayer a Asunción para participar de los actos masivos que presidirá Francisco en Paraguay, última escala de su gira sudamericana que incluyó a Ecuador y Bolivia. La movilización de grupos importantes de personas obligó a la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) a montar operativos especiales en los pasos fronterizos de las ciudades formoseña de Clorinda y misionera de Posadas.
Francisco llegará hoy alrededor de las 15 hora del Paraguay (16 de Argentina) a Asunción, donde hasta el domingo tendrá una agenda cargada pero con sólo dos misas campales, en los que los argentinos esperan poder ver a su compatriota.
Los peregrinos argentinos también esperan poder ver al Papa el domingo por la tarde durante el encuentro que el pontífice mantendrá con jóvenes en la Costanera de la capital paraguaya, antes de partir de regresó al Vaticano.
Entre los peregrinos viajeros hay muchos cercanos al Papa, cuando era Jorge Bergoglio, entre ellos el párroco de Virgen de los Milagros de Caacupé, Lorenzo de Vedia y el sacerdote José María “Pepe” Di Paola, que llegaron con contingentes de fieles de villas o del conurbano bonaerense. Un grupo de la basílica de Nuestra Señora de Itatí llevó al país vecino una imagen réplica de la Virgen que se venera en el santuario correntino para que sea bendecida mañana por el Papa durante la misa en Caacupé.