San Javier esconde rincones de gran belleza

La laguna, la cascada del río Noque y la senda Puerta del Cielo son algunos de los parajes secretos que ofrece la tradicional villa.

BELLEZA ÚNICA. Las familias pueden distenderse y sacar fotos mientras disfrutan de los patos que rodean la laguna escondida en el corazón del cerro. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO BELLEZA ÚNICA. Las familias pueden distenderse y sacar fotos mientras disfrutan de los patos que rodean la laguna escondida en el corazón del cerro. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
14 Julio 2015
Son las 11 y el aroma a eucalipto que llega desde el pequeño bosque que se levanta junto a la laguna se desvanece con el humo del carbón. Ricardo Arbeloa ya prepara el fuego en el asador de cemento. A su lado está su sobrino Facundo, de 9 años, fotografiando todo: los patos que surcan el agua, los colchones de hojas bajo los árboles y la enorme estructura de hormigón que un día quiso ser una residencia estudiantil de la inconclusa Ciudad Universitaria. Desde temprano, y hasta las 17 o 18, los Arbeloa disfrutan de uno de los tantos rincones que ofrece San Javier a sus visitantes para estas vacaciones de invierno.

Como un secreto bien guardado, esa laguna no recibe muchos turistas y sólo se escuchan graznar algunos patos. “Es un lugar tranquilo para relajarse, porque viene poca gente. Eso sí: los que quieran venirse tienen que traer todo: desde la parrilla (está la estructura de material, pero no los hierros), hasta el agua y el abrigo. El baño es un gran problema: los cuidadores disponen de uno, pero si no lo prestan hay que agarrar el auto e irse hasta la hostería o a algún barcito cerca de la ruta”, recomienda Ricardo.

Para los López Janín, que decidieron pasar el día en San Javier, el paseo ideal es hacer la primera parada para desayunar en el hotel Sol San Javier. Allí, el desayuno buffet cuesta $79 por persona; un café, $20; una porción de torta o tarta, $45; y el café con leche, $29.

Ya con la panza llena, David López Janín, su mujer y sus dos hijos de 5 y 1 año, siguieron camino hasta el Cristo Bendicente, que cuenta con un Centro de Interpretación donde informan sobre todo lo relacionado con la obra de Juan Carlos Iramain. Cuenta con muestras gráficas y reproducciones a escala de las estatuas más célebres del mundo y que tienen características en común con la tucumana, como la de Cristo Rey en Lisboa (Portugal) que es actualmente la más alta del mundo, con 70 metros. La entrada a este centro es de $10 para adultos y $8 para los menores. El horario de atención es de 9.30 a 18.20.

Opciones

El guía Marcos Cáceres, que tiene un puesto de información turística en el predio donde está el Cristo Bendicente, comentó que a diario concurren muchos contingentes de turistas de otras provincias que admiran la imponente obra y - sobre todo- se quedan admirados con los paisajes que se ven desde las lomadas. “En este espacio pueden venir a pasar el día, armar un pic nic y descansar. Después pueden seguir camino por la senda Puerta del Cielo, que desciende hasta los funiculares; por la Ciudad Universitaria; la cascada del río Noque, que tiene nueva infraestructura, y la Reserva de Horco Molle”, recomendó Cáceres, que entrega a cada visitante folletería con mapas, fotos e información útil.

Sobre el sendero que llega hasta la cascada del río Noque, el guía tucumano indicó que es un paseo ideal para la familia, porque se puede acampar y el descenso no es dificultoso. En el sendero conocido como la Puerta del Cielo se puede apreciar en diferentes momentos del recorrido vistas panorámicas de San Miguel de Tucumán A este camino se lo recorre en 2.30 horas (ida y vuelta) y tiene una dificultad media.

Hay mucho más que podés hacer en San Javier: deportes extremos (en Loma Bola podés volar en parapente por $900), comer delicias con vista panorámica a la ciudad en el hotel o pasar la noche en la montaña (en el camping cuesta $80 instalar la carpa).

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