05 Agosto 2015
CUESTIÓN ÉTICA. Parajón rechaza las dobles candidaturas. la gaceta / foto de diego aráoz
Gumersindo Parajón cuenta una intimidad. Pese a que se presenta como candidato a gobernador por Alternativa Popular sostiene que su anhelo es retirarse de la política como diputado nacional. Sostiene que no conformó una alianza con el radical José Cano porque este ya no pregona los principios fundacionales del radicalismo. Cuestionó la alianza con el intendente Domingo Amaya, al expresar que el Acuerdo para el Bicentenario es “un conciliábulo” y no un pacto electoral.
- ¿Quién es Parajón?
- Parajón es un viejo militante que está en política desde los 16 años. En esa época y a esa edad sólo se podía ser adherente de la UCR. Y a los 18 ya pasabas a ser afiliado del partido. Fui con mi padre y ahí empiezo a militar.
- ¿Para qué quiere ser gobernador?
- En los últimos años de mi vida quiero ser gobernador para recuperar los valores morales que se han perdido. Quiero ser gobernador para demostrarle a la opinión pública que una persona sin título y de barrio pude gobernar con honestidad y al servicio de todos los sectores populares.
- Pero eso lo dicen el peronismo, el radicalismo…
- No. Ellos no dicen eso porque la prueba está en que a excepción de Fernando Riera todos salieron cuestionados. Una cosa es el llano y otra el gobierno. Mi deber como viejo militante radical es recuperar los valores morales perdidos.
- Usted dice que sigue siendo radical, ¿y por qué no está, entonces, donde están los radicales?
- No puedo estar con ellos porque ya no tienen ideología. Los nuevos jóvenes modelo 2000 como Cano y el resto dijeron que no hay ideologías. Yo participé cuando (Juan) Perón le ofreció a (Ricardo) Balbín la vicepresidencia de la Nación. Pero hay que reconocer que el radicalismo, cuando fuimos gobierno, fuimos un desastre. Después de (Hipólito) Yrigoyen y (Arturo) Illia fuimos un desastre. (Raúl) Alfonsín, por ejemplo, juzgó a las juntas militares, hecho que fue aplaudido en todo el mundo, y después sancionó las leyes de obediencia debida y punto final. Una claudicación ética y principista.
- ¿ Y que hubiera hecho usted?
- Hubiera muerto como Salvador Allende, hasta el final. Porque yo no puedo juzgar a una junta militar, olvidarme de la situación económica de la gente, de los problemas de la sociedad, para después claudicar con la obediencia debida. Y después terminamos con los indultos de (Carlos) Menem.
- ¿Para hacer política se necesita dinero?
- Una vez (Gerardo) Pisarello me dijo que para hacer política había que tener teléfono, plata y auto. Y yo sólo tengo teléfono (risas). Por eso muchas veces no tengo posibilidades. Tres veces me presenté en cargos nacionales y salí segundo. No se elegía senador nacional. Sacaba 60.000 votos, 80.000 votos, pero no me alcanzaba para llegar. Cuando enfrenté a la señora de (José) Alperovich como diputado nacional pensé que yo salía. Ella sacó quinientos mil y pico de votos.
- ¿Entonces es un masoquista usted?
- ¿Sabés cuál es el problema? Para tener credibilidad en la sociedad, nosotros tenemos que decirle a la gente que vamos a terminar nuestro mandato. Porque (Fernando) de la Rúa se fue dos años antes, el otro seis meses antes… Por eso la gente no cree en el radicalismo, porque se perdieron los principios. Ahora Cano hace alianzas con (Domingo) Amaya y cree que haciendo la alianza es una especie de Narciso Laprida y el otro cree que es Juan José Paso. Lo único que faltaba es que venga la Silvia Elías de Pérez con su piano y haga el personaje de Mariquita Sánchez de Thompson. Y esto es un contubernio, no es un acuerdo electoral. (Germán) Alfaro dijo que si gana va gobernar con los peronistas. ¿Y cuál es el negocio del radicalismo?
- ¿No le está haciendo el juego al oficialismo con sus dichos?
- Siempre me dijeron que era funcional cuando no quería estar y lo mismo dicen ahora con esto. ¿Cómo querés que esté si soy un sobreviviente de la dictadura? ¿Con quién querés que esté, Federico? ¿Con Gilda Pedicone de Valls que fue fiscal de Estado de Bussi? ¿Con José Costanzo?
- Pero no lo estoy viendo llegar a usted…
- Bueno, podría haber hecho doble candidatura y presentarme para legislador también, pero es una falta de ética.
- ¿Por qué no ser legislador solamente?
- Porque tengo una responsabilidad. Dirijo un frente y puedo arrastrar algunos legisladores, concejales y delegados comunales. ¿Y querés que te diga la verdad?
- ¿Qué... me mintió antes?
- Quiero ser diputado nacional para terminar con mi vida política. No quiero ser legislador. Ya fui varias veces y salí como entré.
- Qué significa que salió como entró?
- Que entré pobre y me fui pobre. Cuando cobré los gastos de bloque los doné.
- ¿Por qué los donaba?
- Porque consideraba que eso no era una dieta. Era un rebusque que tenían todos los legisladores para decir que con eso iban a hacer ayuda social. Si hay un ministerio de ayuda social ¿cómo íbamos a cobrar eso nosotros?
- ¿Qué piensa de la droga?
- Pienso que la droga va a seguir existiendo.
- Pero hay responsabilidades, usted es un dirigente político...
- Es un problema de todos, no sólo del gobierno. Yo creo que no se va a cambiar nada porque hay una plana mayor de la policía corrupta que arregla con los narcotraficantes. Te lo digo porque yo, cuando voy a un barrio, todo el mundo sabe quién vende droga, menos el comisario de la zona.
- ¿Y qué hace usted con eso?
- Denuncio. Si estuviese en la Cámara hubiese hecho un planteo concreto.
- ¿Y por qué llegamos a estos problemas?
- Porque la inseguridad, la impunidad y la droga son los flagelos más grandes de este momento.
- ¿Quién es Parajón?
- Parajón es un viejo militante que está en política desde los 16 años. En esa época y a esa edad sólo se podía ser adherente de la UCR. Y a los 18 ya pasabas a ser afiliado del partido. Fui con mi padre y ahí empiezo a militar.
- ¿Para qué quiere ser gobernador?
- En los últimos años de mi vida quiero ser gobernador para recuperar los valores morales que se han perdido. Quiero ser gobernador para demostrarle a la opinión pública que una persona sin título y de barrio pude gobernar con honestidad y al servicio de todos los sectores populares.
- Pero eso lo dicen el peronismo, el radicalismo…
- No. Ellos no dicen eso porque la prueba está en que a excepción de Fernando Riera todos salieron cuestionados. Una cosa es el llano y otra el gobierno. Mi deber como viejo militante radical es recuperar los valores morales perdidos.
- Usted dice que sigue siendo radical, ¿y por qué no está, entonces, donde están los radicales?
- No puedo estar con ellos porque ya no tienen ideología. Los nuevos jóvenes modelo 2000 como Cano y el resto dijeron que no hay ideologías. Yo participé cuando (Juan) Perón le ofreció a (Ricardo) Balbín la vicepresidencia de la Nación. Pero hay que reconocer que el radicalismo, cuando fuimos gobierno, fuimos un desastre. Después de (Hipólito) Yrigoyen y (Arturo) Illia fuimos un desastre. (Raúl) Alfonsín, por ejemplo, juzgó a las juntas militares, hecho que fue aplaudido en todo el mundo, y después sancionó las leyes de obediencia debida y punto final. Una claudicación ética y principista.
- ¿ Y que hubiera hecho usted?
- Hubiera muerto como Salvador Allende, hasta el final. Porque yo no puedo juzgar a una junta militar, olvidarme de la situación económica de la gente, de los problemas de la sociedad, para después claudicar con la obediencia debida. Y después terminamos con los indultos de (Carlos) Menem.
- ¿Para hacer política se necesita dinero?
- Una vez (Gerardo) Pisarello me dijo que para hacer política había que tener teléfono, plata y auto. Y yo sólo tengo teléfono (risas). Por eso muchas veces no tengo posibilidades. Tres veces me presenté en cargos nacionales y salí segundo. No se elegía senador nacional. Sacaba 60.000 votos, 80.000 votos, pero no me alcanzaba para llegar. Cuando enfrenté a la señora de (José) Alperovich como diputado nacional pensé que yo salía. Ella sacó quinientos mil y pico de votos.
- ¿Entonces es un masoquista usted?
- ¿Sabés cuál es el problema? Para tener credibilidad en la sociedad, nosotros tenemos que decirle a la gente que vamos a terminar nuestro mandato. Porque (Fernando) de la Rúa se fue dos años antes, el otro seis meses antes… Por eso la gente no cree en el radicalismo, porque se perdieron los principios. Ahora Cano hace alianzas con (Domingo) Amaya y cree que haciendo la alianza es una especie de Narciso Laprida y el otro cree que es Juan José Paso. Lo único que faltaba es que venga la Silvia Elías de Pérez con su piano y haga el personaje de Mariquita Sánchez de Thompson. Y esto es un contubernio, no es un acuerdo electoral. (Germán) Alfaro dijo que si gana va gobernar con los peronistas. ¿Y cuál es el negocio del radicalismo?
- ¿No le está haciendo el juego al oficialismo con sus dichos?
- Siempre me dijeron que era funcional cuando no quería estar y lo mismo dicen ahora con esto. ¿Cómo querés que esté si soy un sobreviviente de la dictadura? ¿Con quién querés que esté, Federico? ¿Con Gilda Pedicone de Valls que fue fiscal de Estado de Bussi? ¿Con José Costanzo?
- Pero no lo estoy viendo llegar a usted…
- Bueno, podría haber hecho doble candidatura y presentarme para legislador también, pero es una falta de ética.
- ¿Por qué no ser legislador solamente?
- Porque tengo una responsabilidad. Dirijo un frente y puedo arrastrar algunos legisladores, concejales y delegados comunales. ¿Y querés que te diga la verdad?
- ¿Qué... me mintió antes?
- Quiero ser diputado nacional para terminar con mi vida política. No quiero ser legislador. Ya fui varias veces y salí como entré.
- Qué significa que salió como entró?
- Que entré pobre y me fui pobre. Cuando cobré los gastos de bloque los doné.
- ¿Por qué los donaba?
- Porque consideraba que eso no era una dieta. Era un rebusque que tenían todos los legisladores para decir que con eso iban a hacer ayuda social. Si hay un ministerio de ayuda social ¿cómo íbamos a cobrar eso nosotros?
- ¿Qué piensa de la droga?
- Pienso que la droga va a seguir existiendo.
- Pero hay responsabilidades, usted es un dirigente político...
- Es un problema de todos, no sólo del gobierno. Yo creo que no se va a cambiar nada porque hay una plana mayor de la policía corrupta que arregla con los narcotraficantes. Te lo digo porque yo, cuando voy a un barrio, todo el mundo sabe quién vende droga, menos el comisario de la zona.
- ¿Y qué hace usted con eso?
- Denuncio. Si estuviese en la Cámara hubiese hecho un planteo concreto.
- ¿Y por qué llegamos a estos problemas?
- Porque la inseguridad, la impunidad y la droga son los flagelos más grandes de este momento.
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Gumersindo Parajón