26 Agosto 2015
EN LA GACETA. Monseñor Alfredo Zecca encabeza la presentación del documento referido a la crisis social generada. la gaceta / foto de analía jaramillo
Pertenecen a los más distintos sectores de la sociedad, pero comparten los mismos valores. Es por eso que unieron sus voces para instar a la ciudadanía a la paz y al diálogo frente a los desbordes ocurridos el lunes por la noche en la plaza Independencia. Integrantes del espacio Foro de Habitantes a Ciudadanos de Tucumán, encabezados por el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Horario Zecca, entregaron a LA GACETA un documento con 17 firmas en el que piden a las autoridades y a la ciudadanía tres puntos básicos:
1- “Activar todos los recursos dentro del actual sistema electoral a fin de garantizar la transparencia y la legitimidad del escrutinio definitivo”.
2- “Instar a la ciudadanía y a las partes involucradas de manera directa a conservar la paz social, la concordia y el respeto a la dignidad humana”.
3- “Ratificar el compromiso de colaborar en el diseño de una nueva ley electoral moderna que garantice el sistema democrático, representativo, republicano y federal”.
Diálogo
Inspirados en el preámbulo de la Constitución Nacional Argentina, los líderes religiosos de distintos credos, empresarios y representantes de organizaciones civiles que integran del Foro de Habitantes a Ciudadanos exhortan en el documento “a la reconciliación y al diálogo” entre los tucumanos, de los diferentes sectores.
“Llamamos a la moderación ante todo, al diálogo y, si fuera posible, a no hacer ninguna otra marcha que pueda dar pie a otros desbordes sociales. ¿Quién impide que pueda haber infiltrados?”, expresó el arzobispo en una visita que realizó a LA GACETA junto a 15 representantes del Foro de Habitantes a Ciudadanos, integrado por 21 instituciones. En el diario fueron recibidos por el secretario general de Redacción, Federico van Mameren.
“Una sociedad enferma”
“El sistema social está de alguna manera enfermo y tenemos la responsabilidad, como dirigentes del sector privado, de poner de manifiesto esa situación. ¿Qué hubiera pasado si anoche (por el lunes) hubiéramos tenido que lamentar alguna víctima fatal?”, se preguntó Pedro Omodeo, titular de la Federación Económica de Tucumán.
“Yo creo que la sociedad está enferma porque a estas cosas nadie sabe quién las conduce y en qué punto pueden terminar”, lamentó.
“Esa es la gran preocupación de la comunidad, que de alguna manera está presentada por estas 21 entidades que conformamos el Foro”, hizo notar Fernando Bach, de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas.
Cultos
El rabino Salomón Nussbaum, de la Kehilá, y el musulmán Héctor Benjamín Mohamad, presidente de la Asociación Cultural y Culto Panislámica, coincidieron con el arzobispo en que no sería conveniente realizar otra marcha.
“Podría resultar un caldo de cultivo para una explosión social. Es mejor tomar una actitud de prudencia, y desde la fe, y aquellos que no la tienen desde su interior, asumir una actitud alejada de todo lo que nos pueda llevar a un nuevo desborde” advirtió Nussbaum. “Porque el riesgo de las movilizaciones, por más legítimas que sean, es que desmadren por el contagio de los apasionamientos. Además hay que tener en cuenta que el estilo electrónico con que se convocan ahora las marchas hacen que se despersonalicen y no haya una conducción real y personal”.
El musulmán aportó la conveniencia de que cada uno ore por la paz dentro de sus propias comunidades religiosas.
¿Qué nos ha pasado?
“Siempre es más responsable el que más autoridad tiene, pero la situación social que vivimos hoy es el resultado de un proceso que se viene desarrollando desde hace 40 o 50 años”, reflexionó Raúl Feler, de la Mesa de Diálogo Interreligioso de Tucumán.
“Por eso el desafío que propone el Foro es que pasemos de ser simples habitantes pasivos a ser ciudadanos en serio”, explicó Feler.
“Y no sólo en este acto eleccionario, sino en todo momento”, añadió monseñor Zecca. “Si somos una comunidad y no un ‘amuchamiento’ de personas es porque tenemos un vínculo que no es sólo afectivo, sino también de compromiso y responsabilidad por el bien común. Esto hemos perdido y tenemos que recuperar: los vínculos. Estamos centrados cada vez más en el individualismo”, afirmó el arzobispo de Tucumán.
El documento también lleva las firmas del padre Juan Ramón Alurralde, de la iglesia ortodoxa; Ricardo Víctor Seleme, de la Iglesia Maronita; Julio Sierra, de la CGT Tucumán; Juan Carlos González, de la Unión Industrial; José Ignacio Lobo Viaña, de la Sociedad Rural; Pablo Gerineau, de CREA NOA; María Laura Espejo, del Banco de Alimentos; María Soledad Gettas, de fundación Nutrir y José Veiga, entre otros.
1- “Activar todos los recursos dentro del actual sistema electoral a fin de garantizar la transparencia y la legitimidad del escrutinio definitivo”.
2- “Instar a la ciudadanía y a las partes involucradas de manera directa a conservar la paz social, la concordia y el respeto a la dignidad humana”.
3- “Ratificar el compromiso de colaborar en el diseño de una nueva ley electoral moderna que garantice el sistema democrático, representativo, republicano y federal”.
Diálogo
Inspirados en el preámbulo de la Constitución Nacional Argentina, los líderes religiosos de distintos credos, empresarios y representantes de organizaciones civiles que integran del Foro de Habitantes a Ciudadanos exhortan en el documento “a la reconciliación y al diálogo” entre los tucumanos, de los diferentes sectores.
“Llamamos a la moderación ante todo, al diálogo y, si fuera posible, a no hacer ninguna otra marcha que pueda dar pie a otros desbordes sociales. ¿Quién impide que pueda haber infiltrados?”, expresó el arzobispo en una visita que realizó a LA GACETA junto a 15 representantes del Foro de Habitantes a Ciudadanos, integrado por 21 instituciones. En el diario fueron recibidos por el secretario general de Redacción, Federico van Mameren.
“Una sociedad enferma”
“El sistema social está de alguna manera enfermo y tenemos la responsabilidad, como dirigentes del sector privado, de poner de manifiesto esa situación. ¿Qué hubiera pasado si anoche (por el lunes) hubiéramos tenido que lamentar alguna víctima fatal?”, se preguntó Pedro Omodeo, titular de la Federación Económica de Tucumán.
“Yo creo que la sociedad está enferma porque a estas cosas nadie sabe quién las conduce y en qué punto pueden terminar”, lamentó.
“Esa es la gran preocupación de la comunidad, que de alguna manera está presentada por estas 21 entidades que conformamos el Foro”, hizo notar Fernando Bach, de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas.
Cultos
El rabino Salomón Nussbaum, de la Kehilá, y el musulmán Héctor Benjamín Mohamad, presidente de la Asociación Cultural y Culto Panislámica, coincidieron con el arzobispo en que no sería conveniente realizar otra marcha.
“Podría resultar un caldo de cultivo para una explosión social. Es mejor tomar una actitud de prudencia, y desde la fe, y aquellos que no la tienen desde su interior, asumir una actitud alejada de todo lo que nos pueda llevar a un nuevo desborde” advirtió Nussbaum. “Porque el riesgo de las movilizaciones, por más legítimas que sean, es que desmadren por el contagio de los apasionamientos. Además hay que tener en cuenta que el estilo electrónico con que se convocan ahora las marchas hacen que se despersonalicen y no haya una conducción real y personal”.
El musulmán aportó la conveniencia de que cada uno ore por la paz dentro de sus propias comunidades religiosas.
¿Qué nos ha pasado?
“Siempre es más responsable el que más autoridad tiene, pero la situación social que vivimos hoy es el resultado de un proceso que se viene desarrollando desde hace 40 o 50 años”, reflexionó Raúl Feler, de la Mesa de Diálogo Interreligioso de Tucumán.
“Por eso el desafío que propone el Foro es que pasemos de ser simples habitantes pasivos a ser ciudadanos en serio”, explicó Feler.
“Y no sólo en este acto eleccionario, sino en todo momento”, añadió monseñor Zecca. “Si somos una comunidad y no un ‘amuchamiento’ de personas es porque tenemos un vínculo que no es sólo afectivo, sino también de compromiso y responsabilidad por el bien común. Esto hemos perdido y tenemos que recuperar: los vínculos. Estamos centrados cada vez más en el individualismo”, afirmó el arzobispo de Tucumán.
El documento también lleva las firmas del padre Juan Ramón Alurralde, de la iglesia ortodoxa; Ricardo Víctor Seleme, de la Iglesia Maronita; Julio Sierra, de la CGT Tucumán; Juan Carlos González, de la Unión Industrial; José Ignacio Lobo Viaña, de la Sociedad Rural; Pablo Gerineau, de CREA NOA; María Laura Espejo, del Banco de Alimentos; María Soledad Gettas, de fundación Nutrir y José Veiga, entre otros.