Steven Kurutz / The New York Times
Cuando crecía en Longview, Texas, en los 1990, Brandon Maxwell solía ir a la tienda de suministros de belleza y a la tienda Goodwill, compraba extensiones de cabello baratas y vestidos de segunda mano para sus amigas y luego las fotografiaba por toda la ciudad con cámaras desechables de CVS.
Al estudiar fotografía en la Universidad St. Edward en Austin, Maxwell conservó la rutina de Steven Meisel del presupuesto limitado, solo que sus compañeros estudiantes estaban metidos en las bellas artes y eran muy serios.
Al final no se hizo fotógrafo, pero fue una buena capacitación para su trabajo actual como diseñador de Lady Gaga, un excelente trabajo en la moda.
Como muchos inadaptados de la moda en una ciudad pequeña, Maxwell logró llegar a Nueva York, donde empezó a asistir a los estilistas más importantes, como Edward Enningul, y donde acaba de participar en la Fashion Week 2015. En el 2010, fue a trabajar con Nicola Formichetti, entonces incitador de los atuendos estrafalarios de Lady Gaga como el vestido de carne para los premios MTV Video Music 2010. Cuando Formichetti se fue para ser el director artístico de Diesel, Maxwell se quedó con esa función de tiempo completo.
Es a Maxwell, de 30 años, a quien se le da crédito por influir en el reciente giro glamoroso de la estrella pop; la Gaga que cantó con un vestido blanco de Azzedine Alaïa en los Oscar de este año; de la Gaga que brilló con luz tenue, como una cantante de jazz en los 1930, en el escenario con Tony Bennett durante la gira “Cheek to Cheek”.
El antiguo jefe de Maxwell, por ejemplo, ha notado los cambios con aprobación. “Gaga se volvió tan icónica con estos atuendos increíbles, estoy seguro que fue difícil para Brandon hacerse cargo”, comentó Formichetti. “Pero, asombrosamente, le inyectó su sensibilidad. Ella se hizo sofisticada y hermosa, y se trataba más de su personalidad”. La propia Lady Gaga está de acuerdo, hasta cierto punto. “Decir que es bueno con la elegancia, pero que no con la rebelión sería una mentira”, dijo. “Es muy bueno con la rebelión”.
Maxwell califica su relación con Lady Gaga como “una sociedad creativa”. Dijo que no es el tipo que dicta qué vestido se pone ella. No obstante, añadió: “Supongo que parece más atemporal y elegante porque así es como yo la veo en mi mente. Obviamente, yo tengo mi propio estilo con el que crecí y hacia el que giro”.
A pesar de no tener ninguna instrucción formal como diseñador, Maxwell dijo que los años que ha pasado creando atuendos para Lady Gaga han sido una miniescuela de alta costura. Si pudo coser una arrachera tras bambalinas en los VMA, ¿cuán difícil es hacer un escote bajo en V?
Al hablar de su colección de debut, dijo que la ropa reflejaría su amor por “las siluetas poderosas, las mujeres poderosas” y la elegancia clásica. Trajes chic. Sacos ceñidos en la cintura hechos de pelo de caballo. Una paleta de negro, blanco y rubor.
Si la estética tiene una influencia fundacional, habrá que encontrarla en su ciudad natal, en Texas, en la tienda de ropa para dama llamada Riff’s, donde trabajaba su abuela. Era el tipo de boutique independiente que alguna vez floreció en ciudades pequeñas, pero que ya casi no hay; tiendas que atendían a las esposas, que vestían a la moda, de petroleros e integrantes de las cámaras de comercio, establecimientos que tenían de todo, desde ropa deportiva hasta de alta costura. Riff’s ya cerró, pero sigue viva en la idea que Maxwell tiene de ofrecerles a las mujeres valor y un guardarropa que se puede usar a lo largo del día, para el trabajo y, más tarde, para los cocteles. “Quiero hacer ropa que casi sea un uniforme para las mujeres y que dure años, atemporal y clásica, y que valga la pena gastar en ella”, explicó Maxwell.
Inez van Lamsweerde, fotógrafa de modas, que conoció a Maxwell en el plató del video de Lady Gaga, dijo que su sentido práctico refleja su experiencia. “Porque ha visto a Gaga en el escenario, se da cuenta de que la gente necesita moverse con la ropa, estar cómoda a un nivel en el que se puede funcionar, sentarse, levantar un brazo”, notó Van Lamsweerde.
En su propio estilo, Maxwell no es extravagante ni clásicamente elegante. Por lo general, usa un uniforme de “sport”, de pants (Acne), camiseta blanca o gris (James Perse) y tenis (Nike). Apenas pasados los veintitantos, tiene el cabello encanecido.
Al estudiar los “collages” de inspiración y los vestidos de muestra en muselina que colgaban en un exhibidor, un visitante trató de detectar algún rastro del mundo de la gran estrella pop que habita Maxwell. Fue posible encontrarlos en un par de pantalones acampanados, de piel de cocodrilo, con un aspecto muy de estrella rock de los 1970. Sin embargo, una vez más, la inspiración no fue Lady Gaga, sino Longview.
“Mi papá siempre usó botas de cocodrilo cuando yo crecí”, comentó Maxwell. “Al empezar una colección de ropa para mujeres, yo sabía que quería cocodrilo. Para mí, el cocodrilo siempre simboliza el lujo”.