19 Octubre 2015
UNA FIESTA. Los hinchas del “verdinegro” no dejaron de alentar ni un segundo y tuvieron su gran premio: el título N° 21. la gaceta / foto de inés quinteros orio
“¿Por qué no la tiran hacia adelante?”, dijo alguien al borde de uno de los laterales. La consulta no sólo se escuchó en tono suave, propio de una dama; también en una modulación grave, característica de los caballeros. El hecho establece algo: no todos los que presenciaban la final del Regional sabían de rugby.
Es más, el público fue tan variado que muchos tampoco eran asiduos concurrentes a los partidos que tienen a la guinda volando y visitando esporádicamente el césped. “Un partido final de rugby es muy lindo de ver”, decía un muchacho que degustaba una achilata. ¡Y cuanta razón tenía! Sucede que en el rugby hay una especie de idioma universal que cualquier amante del deporte comprende. Y el que no es simpatizante de alguna actividad, puede descifrarlo en pocos segundos para sentirse a gusto. Entablar una comunicación con el deporte de la ovalada, cuando se trata de partidos que definen reyes, es fácil.
El que no sabe de rugby queda igualmente atrapado como uno que sabe. La previa encanta. Nadie se resistió al recibimiento de los protagonistas: primero Tucumán Rugby que impuso las columnas de humo verde y negro, después “Uni” cuyo humo azul le hizo frente al ya presente.
Las hinchadas le ponían banda de sonido al capítulo final. La mezcla no era digna de un premio al mejor sonido, pero sí al mérito. Después llegó el momento del juego y los dos equipos se encargaron de “hablar” otro idioma universal. Entre tácticas de ataques y siempre sin retroceder, hicieron que los presentes recurran a todas la onomatopeyas: las de asombro, incertidumbre y de bronca. El campeón, subcampeón y las hinchadas hicieron que todos puedan entender las lecciones de la ovalada.
Al Nacional de Clubes
En primer turno, como aperitivo, pero con el incentivo de que estaba en juego la última plaza para el Nacional 2016, el “benjamín” goleó a Cardenales por 40 a 25. Así por segundo año consecutivo, Lawn Tennis disputará éste torneo. Compartirá el grupo B con CUBA, Tala y Duendes. En tanto que Cardenales jugará el Torneo del Interior A en la zona C.
Un justo campeón
Lucas Barrera Oro destacó el logro del rival. “Iba a ganar el que menos errores cometiera. Nosotros cometimos más; Tucumán Rugby es un justo campeón”, reconoció el fullback de “Uni”. “Fue un hermoso partido de rugby. Creo que somos los dos equipos que más proponemos en la provincia”, analizó.
Rostros conocidos
El piloto de rally, Gerónimo Padilla, festejó con los jugadores del “verdinegro” junto a dos sobrinos. También felicitó a los equipos Matías Orlando, jugador de Huirapuca. En una de las esquinas del campo de juego estuvo José “Chuchú” Basile, de Coipú de Famaillá que se recupera de una seria lesión medular.
Césped blanco
Cuando los equipos entraron, las tiras de papeles blanco cayeron masivamente al campo de juego. Tardaron varios minutos en despejarlas; luego sirvieron para los festejos del “verdinegro”.
Es más, el público fue tan variado que muchos tampoco eran asiduos concurrentes a los partidos que tienen a la guinda volando y visitando esporádicamente el césped. “Un partido final de rugby es muy lindo de ver”, decía un muchacho que degustaba una achilata. ¡Y cuanta razón tenía! Sucede que en el rugby hay una especie de idioma universal que cualquier amante del deporte comprende. Y el que no es simpatizante de alguna actividad, puede descifrarlo en pocos segundos para sentirse a gusto. Entablar una comunicación con el deporte de la ovalada, cuando se trata de partidos que definen reyes, es fácil.
El que no sabe de rugby queda igualmente atrapado como uno que sabe. La previa encanta. Nadie se resistió al recibimiento de los protagonistas: primero Tucumán Rugby que impuso las columnas de humo verde y negro, después “Uni” cuyo humo azul le hizo frente al ya presente.
Las hinchadas le ponían banda de sonido al capítulo final. La mezcla no era digna de un premio al mejor sonido, pero sí al mérito. Después llegó el momento del juego y los dos equipos se encargaron de “hablar” otro idioma universal. Entre tácticas de ataques y siempre sin retroceder, hicieron que los presentes recurran a todas la onomatopeyas: las de asombro, incertidumbre y de bronca. El campeón, subcampeón y las hinchadas hicieron que todos puedan entender las lecciones de la ovalada.
Al Nacional de Clubes
En primer turno, como aperitivo, pero con el incentivo de que estaba en juego la última plaza para el Nacional 2016, el “benjamín” goleó a Cardenales por 40 a 25. Así por segundo año consecutivo, Lawn Tennis disputará éste torneo. Compartirá el grupo B con CUBA, Tala y Duendes. En tanto que Cardenales jugará el Torneo del Interior A en la zona C.
Un justo campeón
Lucas Barrera Oro destacó el logro del rival. “Iba a ganar el que menos errores cometiera. Nosotros cometimos más; Tucumán Rugby es un justo campeón”, reconoció el fullback de “Uni”. “Fue un hermoso partido de rugby. Creo que somos los dos equipos que más proponemos en la provincia”, analizó.
Rostros conocidos
El piloto de rally, Gerónimo Padilla, festejó con los jugadores del “verdinegro” junto a dos sobrinos. También felicitó a los equipos Matías Orlando, jugador de Huirapuca. En una de las esquinas del campo de juego estuvo José “Chuchú” Basile, de Coipú de Famaillá que se recupera de una seria lesión medular.
Césped blanco
Cuando los equipos entraron, las tiras de papeles blanco cayeron masivamente al campo de juego. Tardaron varios minutos en despejarlas; luego sirvieron para los festejos del “verdinegro”.