Ruth La Ferla / The New York Times
Flanqueada por un par de entusiastas acompañantes, a Kate Hudson la hicieron trotar -como si fuera yegua de exhibición- hasta una alfombra roja improvisada, en el hotel Standard High Line, en el distrito Meatpacking de la ciudad de Nueva York.
Estaba vestida para la ocasión. Una celebración en noviembre, por su debut como la chica más reciente del calendario de Campari, la mostró con un vestido rojo escarlata, que le sacaba el máximo partido a sus curvas tonificadas por el yoga.
Sus representantes -un contingente de la marca del licor italiano-, tenía a Hudson, de 36 años, con una correa extra corta. Eso evitó a posibles intrusos y llevó a los fotógrafos atrás de las puertas de acero. Allí se acomodaron en cuatro filas mientras la actriz contestó las preguntas de los reporteros afuera.
¿Quién es la madre más exigente, ella o su famosa y vivaz mamá, Goldie Hawn? (“Yo soy más estricta, creo”)
¿Qué la hace ser tal imán entre las tribus de la moda?
Fanática de la moda
Con coquetería, Hudson respondió: “A la gente de la moda realmente le gusta cualquiera a quien le encante y aprecie la moda”.
Eso es cierto y, al parecer, hay bastantes publicistas preparados para promover a la actriz como una radiante -y atrevida- modelo para sus marcas.
Hudson brilló con un Armani en el desfile de diseñadores, de alta costura, en París, en el 2014. Ubicada cerca de Sophia Loren y junto a Jared Leto, que recién se había ungido como ganador del Oscar. Cautivó a los espectadores cuando llegó con su madre al desfile de alta costura de Versace, en enero del 2015. Lucía un vestido rojo abrasador que dejaba expuestas vastas porciones de la cadera, el muslo y el “derrière”. Se la consideró una sensación en octubre, durante la entrega de los premios InStyle. Allí posó para autofotos, mejilla con mejilla, con su gran amiga Gwyneth Paltrow.
En diciembre, pudo vérsela frívola, en color rosa, en la portada de Harper’s Bazaar. Después, parecida a una zorra, en la de Allure. El vestido de noche negro que la vestía fue escandalosamente transparente.
Este otoño, la fotografiaron abrazando a Michael Kors; cuando ella presumía con un reloj pulsera Kors dorado, en la campaña mediática de diseñadores para combatir la hambruna mundial.
Para coronar esa proeza, está su apoteosis en el calendario Campari 2016, como la más reciente de un conjunto de celebridades (entre ellas, Jessica Alba, Salma Hayek y Penélope Cruz) para adornar el colorido vehículo publicitario de la compañía, el cual se distribuye entre sus clientes VIP.
Sin embargo, no existe ninguna correlación aparente entre el atractivo de estilo mundial de Hudson y el que tiene en las taquillas. Es una paradoja difícil de explicar y subyacente a su popularidad.
Tuvo éxitos pasados, sin lugar a dudas, comedias en particular: “How to Lose a Guy en 10 Days”, que salió hace 12 años. Sin embargo, su proyecto más reciente, “Rock the Kasbah”, en la que interpreta a una prostituta genial junto a Bill Murray, desapareció de los cines semanas después de su estreno en octubre.
El hecho es que Hudson no ha tenido un éxito rotundo desde que la estelarizó como la adorable promotora Penny Lane, en la historia del 2000 sobre la mayoría de edad, “Almost Famous”.
¿Importa? No tanto.
“Hoy, ser una estrella como Kate no necesariamente se mide en la taquilla”, comentó Laura Brown, la editora ejecutiva de Bazaar, que organizó su presentación en el número de diciembre de la revista. “Depender de la taquilla es una forma realmente anticuada de ver las cosas”, apuntó
Con o sin un éxito teatral, Hudson se las arregla para atraer la atención del público. Es prominente en una constelación de bellezas profesionales -Jennifer Aniston, Blake Lively, Katie Holmes y Paltrow vienen a la mente-, que están más allá de la pausa ocasional en la carrera para florecer como espectaculares de la moda y personalidades mediáticas, su exposición en las revistas o promoción de una marca han demostrado aumentar las ventas.
“Yo llamo a Kate la portada dorada”, dijo Brown y notó que cada una de las de Hudson al paso de los años ha sido impresionante. Se la percibe como a alguien cálida, comprometida y no demasiado intimidante, dijo Brown: “Es la chica con la que quieres andar”.
Hudson prospera en un clima de cultura popular que favorece a quienes están versados en los medios y tienen abdómenes musculosos. En la era del Goop, el estilo de vida aspiracional y el sitio de comercio electrónico de Paltrow, “Tienes toda una franja de personas que no han hecho una sola película en los últimos 10 años o ni siquiera han una en toda la vida”, dijo Robert O. Green, un productor de cine y televisión. “No obstante, siguen teniendo relevancia”.
No se puede decir que Hudson, claro, esté en la lista de Tinseltown, de gente en peligro de desaparecer. La incluyeron en el reparto como Jennifer Lee Pryor, una de las esposas de Richard Pryor en la película biográfica sobre el comediante, que dirigirá Lee Daniels.
Relevante a su carrera, no obstante, es su habilidad para comercializar la percepción de su calidez y candor en la red; sus 2,9 millones de seguidores que responden ávidamente a las publicaciones en Instagram la muestran como dedicada hija, hermana y madre de dos chicos que están creciendo.
Amistades y seguidores por igual aprecian su versatilidad. “Puede cantar y bailar, y sabe cómo divertirse con los medios sociales”, dijo Kors. “¿Qué puede ser más relevante que ser multitareas con estilo en el mundo de hoy?”.
El editor de modas de Allure, Paul Cavaco, quien ideó la imagen de Hudson para la portada de diciembre de la revista, dijo: “Las estrellas tienen dos cualidades: son inalcanzables, así es que son diosas, o son como versiones amplificadas de las personas reales”. Para la mirada de sus admiradores, Hudson es esto último, dijo él
Conexión emocional
“Cualquiera que sea la impresión que ha dejado en el público al paso del tiempo, de seguro ha creado una gran conciencia y fuerte conexión emocional con los consumidores”, dijo Henry Schafer, el vicepresidente ejecutivo de Q Scores, que mide la familiaridad de los consumidores con una celebridad.
Al rastrear su desempeño en los últimos tres años, la compañía encontró que 67 % de los estadounidenses está familiarizado con Hudson, en comparación con 37 % en promedio con una actriz. Entre mujeres mayores de 35 años, el reconocimiento del nombre de Hudson aumenta a 80 %.
Sus admiradores responden a la que perciben como su autenticidad y su linaje conocido.
“Crecimos con su mamá y su padrastro”, dijo Cavaco, refiriéndose a Hawn y su pareja durante mucho tiempo, Kurt Russell. “Sentimos que conocemos a la familia y podemos preguntarles en cualquier momento: ‘¿Hey, qué están haciendo ahora?’”.