Por el peligro de una crecida, instan a no bañarse ni pescar en la Quebrada de Lules

El intendente, Carlos Gallia, precisó que cuando desborda el río Lules en los cerros reciben una alerta que da una hora para evacuar las riberas, donde este fin de semana hubo 5.000 veraneantes esparcidos a lo largo de cinco kilómetros. El curso de agua arrastra gran cantidad de sedimentos y de árboles. Hay controles en el ingreso y para que no se acceda con bebidas alcohólicas

TIRANDO LÍNEAS. Un grupo de pescadores prueba suerte en las aguas del Lules durante el mediodía de ayer. La última crecida del río se dio el domingo. la gaceta / foto de maría silvia granara TIRANDO LÍNEAS. Un grupo de pescadores prueba suerte en las aguas del Lules durante el mediodía de ayer. La última crecida del río se dio el domingo. la gaceta / foto de maría silvia granara
13 Enero 2016
A pesar de la seductora belleza de su entorno, las riberas del río Lules en la quebrada a la que da nombre (a sólo 20 kilómetros de San Miguel de Tucumán) se han convertido en un peligro latente. Por eso, el intendente Carlos Gallia les pide a los tucumanos que, hasta tanto se supere la situación de emergencia que atraviesa la provincia (y en especial esa zona del piedemonte) a causa de las tormentas, no acudan a bañarse allí. Los desbordes se han vuelto una amenaza, tan real como reiterativa.

“En lo que va de enero ya hemos sufrido tres crecidas del río. La última se produjo el domingo, a las 7. Las anteriores ocurrieron a las 4 y a las 5 de la madrugada. Dados esos horarios no hubo mayores inconvenientes, pero tememos que pueda producirse al mediodía, a la siesta o a la tarde”, puntualizó.

El jefe municipal de San Isidro de Lules precisó que la Municipalidad y la Dirección de Defensa Civil de la Provincia monitorean de manera constante la situación en los cerros. “Un vecino avisa por radio cuando el río empeoró en la altura y eso nos da un margen de una hora para actuar, que es lo que demora en llegar la crecida. El problema es que el fin de semana hubo 5.000 personas en la Quebrada de Lules, bañándose a lo largo de cinco kilómetros. Es decir que en caso de una crecida, contaríamos con sólo 60 minutos para evacuar a esos visitantes en toda esa extensión. Por eso instamos a los luleños, y los tucumanos en general, que por el momento no concurran al río. Y me refiero tanto a los bañistas como a los pescadores”, puntualizó Gallia, en diálogo con LA GACETA.

La situación es tan delicada que, según el intendente, los funcionarios de la Municipalidad se autoconvocaron durante la noche del lunes, porque detrás de los cerros los relámpagos iluminaban el cielo incesantemente, seguidos por truenos amenazantes.

“Afortunadamente no pasó a mayores. Pero lo que la gente tiene que comprender es que la crecida no se produce porque esté lloviendo en Lules, es decir, en el llano, sino por las tormentas que se desatan en los cerros”, subrayó.

“Dadas las inclemencias con que nos azota el clima desde que comenzó el año, nuestro río se torna violento, sumamente caudaloso. Arrastra sedimentos y árboles desde el cerro. Es peligroso en verdad”, describe.

Gallia agrega que, aunque se necesita una sistematización a fondo de la cuenca, sobre el cauce se realizaron, durante 2015 lo que denomina trabajos de canalización. “Hay zonas donde el Lules alcanza los cuatro metros de profundidad”, alertó.

El intendente detalló que la Municipalidad organizó su propio comité de emergencia. Lo integran la intendencia, las secretarias de Obras Públicas y de Gobierno (a cargo también del área de Desarrollo Social), la dirección local de Defensa Civil, el cuerpo de bomberos voluntarios luleños, el hospital Eliseo Cantón, la dirección de Medicina Asistencial, la Policía municipal y la Comisaría de Lules.

“Hasta creamos un grupo de WhatsApp (‘Emergencia Climática’) para estar ‘conectados’, siempre con los pronósticos actualizados del Servicio Meteorológico Nacional -enumeró-. Estamos organizados; ahora necesitamos de la colaboración de la gente para que nadie vaya al río”.

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