En la Feria crece el nicho de los “libros objeto”, esos que uno quiere atesorar

Los libros ilustrados para jóvenes y adultos se convirtieron en algnos de los objetos más buscados.

CORTÁZAR. La figura del autor de “Rayuela” trasciende la letra escrita. DYN. CORTÁZAR. La figura del autor de “Rayuela” trasciende la letra escrita. DYN.
27 Abril 2016
Los libros ilustrados para jóvenes y adultos en la Feria del Libro de Buenos Aires avisan con sus texturas y colores que allí están ellos para ser leídos pero también para ser tocados y contemplados como obras de arte, una tendencia editorial y estética en crecimiento que se vale de múltiples lenguajes para hacer del libro un culto.

Un recorrido por la feria (hasta el 9 de mayo en el predio de la Rural) confirma un impulso creciente: el de sellos dedicados a la edición de originales rescates literarios y en bellísimos volúmenes ilustrados.

Como joyita, todavía inédita en Argentina, el stand de Zorro Rojo ofrece entre sus novedades “Sigmund Freud” de Ralph Steadman, que recorre, como una biografía a lápiz con toques de ficción, la vida y obra del padre de psicoanálisis a partir de la relación chiste-inconsciente.

La brújula también apunta a “La niña de rojo” de Roberto Innocenti, una caperucita roja urbana moderna en tiempo violentos. Y los fanáticos de las moralejas no pueden perderse en Zorro Rojo “99 fábulas fantásticas” de Ambrose Bierce con caricaturas de Carlos Nine.

Algunos de estos libros combinan dos autores, otros son fruto de la inspiración individual y otros son convocados por editores que más que libros dan vida a obras de arte. Lo que los une es la proyección estética y poética, como un rompecabezas donde cada lenguaje se mezcla con los otros para parir un libro único y distinto. Son volúmenes que además reponen obras clásicas, olvidados o perdidas en la marea de producción.

“El árbol”, de la chilena María Luisa Bombal ilustrado por Alejandra Acosta es el rescate novedoso del sello Pehuén, mientras que “Pinocho antes de pinocho”, del italiano Alessandro Sanna se aleja de las palabras y despliega en coloridas acuarelas cómo se construyó la marioneta más famosa.

La poesía aparece con “12 poemas de Federico García Lorca” y títulos de Fernando Pessoa y Nicolás Guillén (Kalandraka). En narrativa, “No, no y no”, de Julio Cortázar, extraído de “Último round” y “Algunas preguntas” de Pablo Neruda tomado del “Libro de las preguntas” (ambos de Pehuén) también acercan esos emblemas de la literatura y lo acompañan con trabajos de ilustradores latinoamericanos.

Una de las editoriales más cortazarianas es Zorro Rojo. De las últimas novedades, un hallazgo es “El tango de vuelta”, no sólo por la bellísima combinación del cuento póstumo de Cortázar dibujada por Pat Andrea sino porque recuerda las viejas encuadernaciones de tela.

Otro imperdible: el libro objeto del japonés Katsumi Komagata -o en Rey Naranjo del Nuevo Barrio- el primer álbum ilustrado de la coreana Jung Yumi.

Para los amantes de lo diminuto, la atención se la lleva “El pequeño teatro de Rebecca”, delicia que se desdobla en escenarios teatrales superpuestos.

“Crímenes ejemplares” de Max Aub acerca un tomo de microrrelatos ilustrado por un Liniers desconocido y sangriento. Para acompañarlo, en el stand de Moebius hay una edición hecha a mano con esas serigrafías del dibujante argentino. También este último espacio es parada obligada para coleccionistas de ejemplares raros y creativos. Por nombrar algunos: “Visión infernal”, un libro de Federico Lamas para ser visto tras un filtro rojo; “Coney Island”, exquisita edición artesanal del innovador grupo Ninja; y el adelanto del próximo lanzamiento: “Black is Beltza” de Fermin Muguruza y Dr. Alderete, con páginas impresas en distintas tintas.

Imperdible el stand de Waldhuter, con joyitas que las cadenas de librerías pierden de vista. Sus libreros recomiendan “Animalium”, un museo de ciencias naturales en libro; “Eran morenos y de ojos dorados” de Ray Bradbury con ilustraciones de Oscar San Martín Vargas; y la novela gráfica “Cleveland” del guionista Harvey Pekar.

Para los músicos, en el mismo stand sobrevuela sobre sus estantes “El cuervo” una adaptación ilustrada del disco “The Raven” de Lou Reed; en tanto que en Libros para atesorar captan la atención los libros que combinan las poesías de Luis Alberto Spinetta, León Gieco y Gustavo Cerati con la mirada de destacados artistas visuales. Otro que ya no es novedad pero sí es de lujo es la vida en historieta de la cantante “Billie Holiday” (Salamandra). En “Asunto Impreso”, los libros álbumes son la idiosincrasia del espacio. Su catálogo va de ejemplares de ‘cine a dedo’ hasta un libro fotográfico sobre el territorio corporal en América Latina, “Body politics” de Marcelo Brodsky y el tucumano Julio Pantoja.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios