La humanidad le está ganando la guerra al cáncer, según un Nobel de Medicina

Hoy disertó en Tucumán Jack Szostak, cuyo trabajo abrió numerosas líneas de investigación respecto a las células cancerígenas.

EN EL SALÓN BLANCO. Jack Szostak (en el centro) habló sobre sus investigaciones. FOTO GENTILEZA COMUNICACIONTUCUMAN.GOB.AR EN EL SALÓN BLANCO. Jack Szostak (en el centro) habló sobre sus investigaciones. FOTO GENTILEZA COMUNICACIONTUCUMAN.GOB.AR
16 Mayo 2016
El premio Nobel de Medicina 2009, Jack Szostak, destacado en el campo de la investigación celular por avances clave en la lucha contra el cáncer, brindó hoy una charla en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Los hizo junto el científico tucumano Raúl Mostoslavisky, en el marco de las actividades por el Bicentenario.
Antes de la exposición, Szostak y Mostoslavisky fueron recibidos por el vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, y por funcionarios del gobierno provincial. Estuvieron presentes en las conferencias el secretario general de la Gobernación, Pablo Yedlin; la minstra de Salud, Rossana Chahla, y la rectora de la UNT, Alicia Bardón, entre otros.  
Szostak recibió el Nobel por descubrir cómo los telómeros y la enzima telomerasa protegen los cromosomas, lo que supuso una nueva dimensión para la comprensión de las células.
Sus trabajos explican un problema principal en la biología: cómo se copian los cromosomas en las divisiones celulares y cómo se protegen contra la degradación. Este hallazgo abrió numerosas líneas de investigación respecto a las células cancerígenas, que suelen tener una actividad elevada de telomerasa.
Szostak, de 63 años, trabaja en la Universidad de Harvard y es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Los telómeros son los extremos de los cromosomas. Se tratan de regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. Además están involucradas en enfermedades tan importantes como el cáncer.
“En la mayoría de nuestras células los niveles de telomerasa, una enzima que promueve el alargamiento de los telómeros, son muy bajos, pero en el 90% de los tumores están aumentados y eso les permite, a sus células, convertirse en inmortales y seguir dividiéndose para siempre. Una pieza importante para la formación de tumores”, sostuvo Szostak. 
Por su parte, Mostoslavsky, egresado de la UNT y compañero de investigación de Zsostak, expresó que la humanidad le está ganando la guerra al cáncer. “Estamos en una revolución científica y clínica. Estamos viendo los frutos de 30 años de investigación. Muchos tumores que hasta hace cinco años eran fatales, hoy tienen cura, a través de la inmunoterapia” y agregó: “es un momento histórico en los conocimientos moleculares”.

El premio Nobel de Medicina 2009, Jack Szostak, destacado en el campo de la investigación celular por avances clave en la lucha contra el cáncer, brindó hoy una charla en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Lo hizo junto el científico tucumano Raúl Mostoslavisky, en el marco de las actividades por el Bicentenario.

Antes de la exposición, Szostak y Mostoslavisky fueron recibidos por el vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, y por funcionarios del gobierno provincial. Estuvieron presentes en las conferencias el secretario general de la Gobernación, Pablo Yedlin; la minstra de Salud, Rossana Chahla, y la rectora de la UNT, Alicia Bardón, entre otros.  

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Szostak recibió el Nobel por descubrir cómo los telómeros y la enzima telomerasa protegen los cromosomas, lo que supuso una nueva dimensión para la comprensión de las células. Sus trabajos explican un problema principal en la biología: cómo se copian los cromosomas en las divisiones celulares y cómo se protegen contra la degradación. Este hallazgo abrió numerosas líneas de investigación respecto a las células cancerígenas, que suelen tener una actividad elevada de telomerasa.

Szostak, de 63 años, trabaja en la Universidad de Harvard y es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Los telómeros son los extremos de los cromosomas. Se tratan de regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. Además están involucradas en enfermedades tan importantes como el cáncer.

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“En la mayoría de nuestras células los niveles de telomerasa, una enzima que promueve el alargamiento de los telómeros, son muy bajos, pero en el 90% de los tumores están aumentados y eso les permite, a sus células, convertirse en inmortales y seguir dividiéndose para siempre. Una pieza importante para la formación de tumores”, sostuvo Szostak. 

Por su parte, Mostoslavsky, egresado de la UNT y compañero de investigación de Zsostak, expresó que la humanidad le está ganando la guerra al cáncer. “Estamos en una revolución científica y clínica. Estamos viendo los frutos de 30 años de investigación. Muchos tumores que hasta hace cinco años eran fatales, hoy tienen cura, a través de la inmunoterapia” y agregó: “es un momento histórico en los conocimientos moleculares”.

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