Ante rivales ecuatorianos, Boca ganó los ocho encuentros que jugó en La Bombonera

Esta noche juega la revancha de la semifinal ante Independiente del Valle.

CLAVE. Si Tevez, que es el alma ofensiva de Boca, está inspirado, el “xeneize” tiene grandes chances de pasar a la gran final. prensa boca CLAVE. Si Tevez, que es el alma ofensiva de Boca, está inspirado, el “xeneize” tiene grandes chances de pasar a la gran final. prensa boca
14 Julio 2016
BUENOS AIRES.- Si hay alguien que conoce como pocos la Copa Libertadores ese es Guillermo Barros Schelotto. El “Melli”, que logró cuatro títulos continentales como futbolista en Boca, el martes hizo lo que debía hacer. Desinflar ese globo de presión que invadió la previa a la revancha de semifinales de hoy, a las 21.45, con Independiente del Valle, en La Bombonera.

El entrenador pateó la pelota afuera de la cancha. Avisó que su equipo no tiene por qué ganar sí o sí el título. Eso, claro, fue más bien una bala de distracción ante posibles malos tragos cuando el “Xeneize” intente torcer el 2-1 sufrido en la altitud de Quito. Lo que Guillermo no dijo, es que cuando se enfrenta con rivales ecuatorianos en su casa su faena es impecable. De ocho encuentros disputados en La Ribera, logró igual cantidad de triunfos contra clubes. Notable.

Que no se corte ahora, entonces, deberá pensar Guillermo, quien además sabe que Independiente del Valle es dos caras en una. El local, fuerte y atrevido, y el visitante, lancero y descuidado.

Es más, Independiente del Valle, perdió tres veces en otros tantos partidos en la Argentina y no marcó goles, aunque sobresale que este año, pese a caer 1-0 en su visita a River, se clasificó a cuartos porque había vencido por 2-0 de local. Esa noche en el Monumental de Núñez, el “Millonario” debió haber goleado, sin embargo, el arquero visitante fue una verdadera pared.

Otro dato. Conjuntos ecuatorianos jugaron 60 partidos por la Copa en la país y su foja es penosa: apenas consiguieron dos triunfos y nueve empates, mientras que lamentaron 49 derrotas. Aunque los partidos no se ganan sin ser jugados, Boca tiene la gran chance de soñar con su Libertadores N° 7.

Comentarios