Fariña denunció que "todos trabajaban para Néstor y Cristina"

El financista divulgó información sobre los mecanismos de "retornos" montados alrededor de la obra pública.

ARREPENTIDO. Fariña amplió su declaración y salpicó a la familia de los ex presidentes. ARCHIVO ARREPENTIDO. Fariña amplió su declaración y salpicó a la familia de los ex presidentes. ARCHIVO
01 Agosto 2016
BUENOS AIRES.- El financista Leonardo Fariña, imputado en la causa de la ruta del dinero K, brindó nuevos detalles sobre el entramado de corrupción que habría montado el kirchnerismo y en una ampliación de su declaración indagatoria, divulgó información sobre los supuestos mecanismos de "retornos" que habrían beneficiado a Néstor y Cristina Kirchner.

Según publicó Infobae.com, Fariña presentó este lunes, en el juzgado federal de Sebastián Casanello, un escrito de 38 páginas en el que brindó precisiones de un mecanismo que se inició durante la gestión de los Kirchner, en Santa Cruz, y que luego se trasladó a la órbita nacional a partir del 25 de mayo de 2003.

El primer paso que permitió "pavimentar los caminos para el cobro de las coimas" fue la modificación de la ley de Obras Públicas. El Poder Ejecutivo impulsó un nuevo sistema que permitió reemplazar el "acopio" de materiales -que le permitía al constructor congelar el precio de los insumos- por los "anticipos financieros". Por esta reforma, el contratista que ganaba una licitación accedía a un pago inmediato de entre el 10% y el 20% de la obra a fines de ayudarlo con la puesta en marcha del proyecto, detalló el medio porteño.

Siempre siguiendo con las declaraciones de Fariña, ese porcentaje era el que los empresarios adjudicatarios luego debían abonar en concepto de retorno a distintos funcionarios del Ministerio de Planificación, que manejaba Julio De Vido, muy cercano al ex presidente Kirchner. Pero el financista arrepentido le apuntó a Ricardo Jaime, a Juan Pablo Schiavi, al tucumano José López, a Roberto Baratta y a Rafael Llorens.

Para justificar los pagos, la mayoría de las empresas emitían numerosas facturas y solicitaban protección del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, quien habría exigido una coima del 5%. A los contratistas más reticentes el ex recaudador solía sacarles las dudas con un ejército de inspectores que presionaba hasta que cerrase el "arreglo".

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