17 Agosto 2016
Los Juegos de Río 2016 ya tienen su momento genuinamente olímpico al contar con una de esas escenas que sobrevivirán al tiempo con la misma frescura que las victorias de Usain Bolt o las últimas medallas de Michael Phelps. Sucedió en las series de 5.000 metros planos. La atleta neozelandeza Nikki Hamblin y la norteamericana Abbey D'Agostino llegaron penúltima y última respectivamente, sin embargo ambas fueron protagonistas de dicha prueba al fundirse en una abrazo en la línea de llegada.
Es que en dicha prueba D'Agostino chocó con una rival y al caer al suelo se llevó a la atleta oceánica. En ese momento, la norteamericana, en lugar de seguir con la carrera y olvidarse de lo ocurrido, se preocupó por su compañera y la ayudó a ponerse de pie para continuar con la carrera.
Al retomar la competencia, Abbey D'Agostino sintió un intenso dolor en su rodilla, al punto que tuvo que sentarse. Por su parte, Nikki Hamblin, quien a pesar de las heridas podía mantenerse en competencia, decidió devolver el favor y ayudó a la estadounidense a pararse y no solo se preocupó por su estado sino que además le dio fuerza para seguir corriendo hasta la meta.
La imagen, por supuesto, recorrió todo el mundo. Y el debate se instaló en las distintas disciplinas deportivas, donde muchos especialistas consideraron que, esta vez, la esencia del espíritu olímpico sobrepasó lo profesional.
Alberto Marti, director técnico de Almirante Bron de Lules, fue una de las personas que opinó al respecto. "A pesar que la mayoría de los que compiten son profesionales, allí ellos se olvidan de todo y surge el espiritu olímpico, y vale más el fair play a un logro deportivo. Es que las olimpiadas tiene esa esencia del amateurismo y por eso se obserban ese tipo de actitudes. Cuando ya ingresa el tema profesioal, el tema de la plata, se actúa y se piensa diferente", dice. Y agrega: "uno como entrenador siempre trata de inculcar a los más chicos sobre el respeto hacia un rival. pero hoy en día el fútbol no es tan así. Lamentablemente hay chicos de 12 o 13 años que ya tienen representantes porque quieren ser prfesionales rápidamente y se olvidan, muchas veces, de la esencia del deporte sano y puro".
Mario Vildoza, entrenador del seleccionado tucumano de básquet, coincide con Marti. "Lo que hicieron estas atletas es un ejemplo a seguir. A todos los jóvenes se les debería inculcar desde chico los valores. No tengo duda que esa imagen va a quedar en la historia más que la medalla lograda por la persona que ganó esa carrera. Lo triste es que cuando hay plata de por medio, muchas veces los deportistas miran para otro lado si le pasa algo a algún rival con tal de salir favorecido".
Por último, Daniel López, técnico de Ladricer y uno de los referentes del handball en la provincia, aclaró que "lo que se vio fue la esencia de los Juegos Olímpicos, donde más allá de la rivalidad son colegas del deporte. La prioridad es ayudarlo y fue un ejemplo para los más chicos y los distintos deportistas profesionales lo que hicieron estas dos mujeres".
Los Juegos de Río 2016 ya tienen su momento genuinamente olímpico al contar con una de esas escenas que sobrevivirán al tiempo con la misma frescura que las victorias de Usain Bolt o las últimas medallas de Michael Phelps. Sucedió ayer en las series de 5.000 metros planos. La atleta neozelandeza Nikki Hamblin y la norteamericana Abbey D'Agostino llegaron penúltima y última respectivamente, sin embargo ambas fueron protagonistas de dicha prueba al fundirse en una abrazo en la línea de llegada.
Es que en dicha prueba Hamblin chocó con una rival y al caer al suelo se llevó a la atleta norteamericana. En ese momento, la neozelandeza, en lugar de seguir con la carrera y olvidarse de lo ocurrido, se preocupó por su compañera y la ayudó a ponerse de pie para continuar con la carrera.
Al retomar la competencia, Abbey D'Agostino sintió un intenso dolor en su rodilla, al punto que tuvo que sentarse. Por su parte, Nikki Hamblin, quien a pesar de las heridas podía mantenerse en competencia, decidió devolver el favor y ayudó a la estadounidense a pararse y no solo se preocupó por su estado sino que además le dio fuerza para seguir corriendo hasta la meta.
La imagen, por supuesto, recorrió todo el mundo. Y el debate se instaló en las distintas disciplinas deportivas, donde muchos especialistas conversaron con LA GACETA y consideraron que, esta vez, la esencia del espíritu olímpico sobrepasó lo profesional.
Alberto Marti, director técnico de Almirante Brown de Lules, fue una de las personas que opinó al respecto. "A pesar que la mayoría de los que compiten son profesionales, allí ellos se olvidan de todo y surge el espíritu olímpico, y vale más el fair play a un logro deportivo. Es que las olimpiadas tiene esa esencia del amateurismo y por eso se observan ese tipo de actitudes. Cuando ya ingresa el tema profesional, el tema de la plata, se actúa y se piensa diferente", dice. Y agrega: "uno como entrenador siempre trata de inculcar a los más chicos sobre el respeto hacia un rival, pero hoy en día el fútbol no es tan así. Lamentablemente hay chicos de 12 o 13 años que ya tienen representantes porque quieren ser profesionales rápidamente y se olvidan, muchas veces, de la esencia del deporte sano y puro".
Mario Vildoza, entrenador del seleccionado tucumano de básquet, coincide con Marti. "Lo que hicieron estas atletas es un ejemplo a seguir. A todos los jóvenes se les debería inculcar desde chico los valores. No tengo duda que esa imagen va a quedar en la historia más que la medalla lograda por la persona que ganó esa carrera. Lo triste es que cuando hay plata de por medio, muchas veces los deportistas miran para otro lado si le pasa algo a algún rival con tal de salir favorecido".
Por último, Daniel López, técnico de Ladricer y uno de los referentes del handball en la provincia, aclaró que "lo que se vio fue la esencia de los Juegos Olímpicos, donde más allá de la rivalidad son colegas del deporte. La prioridad es ayudarlo y fue un ejemplo para los más chicos y los distintos deportistas profesionales lo que hicieron estas dos mujeres".
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