La empleada doméstica de Gabriela Michetti declaró ante la Justicia que la vicepresidenta “guardaba dinero dentro de la habitación”, pero no lo hacía en “bolsos” sino en “sobres”.
Así lo determinó hoy la agencia DyN, al acceder al texto de la declaración, después de que el abogado que promovió la investigación por el origen del dinero sustraído a la vicepresidenta mencionara la habitualidad del guardado de dinero en la casa del barrio porteño de Balvanera.
La mucama, quien trabaja con Michetti desde hace más de 22 años, declaró al día siguiente de constatado el robo que la vicepresidenta “le pedía a ella” que le guardara el dinero “en un placard”.
“En muchas oportunidades le ha dado distintas sumas de dinero que colocaba dentro de un placard envueltos en pañuelos, pero no sabía la cantidad exacta en virtud de dárselos en sobres cerrados”, se lee en la declaración.
La empleada cumple “un horario habitual de ocho horas, de lunes a viernes” a partir de las 10, y tenía amplia libertad de movimientos, a punto tal que “la Sra. Michetti le deja dentro de un cajón de la mesita de luz dentro de la habitacion principal dinero para poder comprar comida, pagar impuestos y poder pagarse su labor semanal”, según la declaración.
Según ese texto, la empleada percibía para el tiempo en que ocurrió el robo “mil pesos por semana”.
La empleada doméstica de Gabriela Michetti declaró ante la Justicia que la vicepresidenta “guardaba dinero dentro de la habitación”, pero no lo hacía en “bolsos” sino en “sobres”.
Así figura el texto de la declaración, después de que el abogado que promovió la investigación por el origen del dinero sustraído a la vicepresidenta mencionara la habitualidad del guardado de dinero en la casa del barrio porteño de Balvanera.
La mucama, quien trabaja con Michetti desde hace más de 22 años, declaró al día siguiente de constatado el robo que la vicepresidenta “le pedía a ella” que le guardara el dinero “en un placard”.
“En muchas oportunidades le ha dado distintas sumas de dinero que colocaba dentro de un placard envueltos en pañuelos, pero no sabía la cantidad exacta en virtud de dárselos en sobres cerrados”, se lee en la declaración.
La empleada cumple “un horario habitual de ocho horas, de lunes a viernes” a partir de las 10, y tenía amplia libertad de movimientos, a punto tal que “la Sra. Michetti le deja dentro de un cajón de la mesita de luz dentro de la habitacion principal dinero para poder comprar comida, pagar impuestos y poder pagarse su labor semanal”, según la declaración.
Según ese texto, la empleada percibía para el tiempo en que ocurrió el robo “mil pesos por semana”.