10 Septiembre 2016
“Es necesario prevenir la quema del cañaveral y evitar los problemas que esta práctica ocasiona a la producción y a la población”, planteó Roberto Sopena, jefe del Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá.
El técnico del organismo explicó que en este invierno, y “desde el inicio de la zafra cañera 2016, no hubo heladas importantes que afecten el cañaveral, lo que disminuye las probabilidades de quema, en especial aquellas que se producen en forma accidental”. Sin embargo, “en la medida que comienza una primavera más seca con aumento parcial de las temperaturas, descenso de la humedad del aire e incremento en la ocurrencia de vientos, crecen los riesgos de quema de banquinas, vegetación adyacente y cañaveral”, advirtió.
Entonces, señaló, es necesario que el productor o responsable de la explotación tome los recaudos necesarios para prevenir la quema de la caña sin cosechar y los rastrojos o residuos que quedan después de la cosecha.
Para ello, es importante:
* Capacitar a los responsables y trabajadores de la explotación en todo lo relacionado con la prevención y el manejo del fuego, además del marco legal en vigencia sobre la prohibición de la quema de cañaverales y vegetación en general.
* Evaluar riesgos y definir mecanismos de prevención de incendios dentro de la explotación, designando un responsable y los roles del personal, con instrucciones escritas sobre las estrategias para prevenir la ocurrencia o evitar la difusión del fuego en la cosecha.
* Poner en conocimiento a los contratistas que trabajan en la explotación sobre las normas de prevención de fuego, en especial a los responsables de la cosecha y operarios de máquinas cosechadoras.
* Cuidar el estado y mantenimiento de los callejones internos y perimetrales al cultivo, con labores de rastreo y limpieza de acequias, canales y desagües internos y linderos a lotes vecinos, para evitar que la vegetación sea causa o foco de incendios.
* Manejar los residuos de cosecha, ya sea con la incorporación de los mismos o apertura de cortafuegos (cultivo de surcos de por medio o cada 20-30 surcos).
Los residuos
Sopena destacó la importancia de conservar los residuos de cosecha como cobertura vegetal, principalmente por las ventajas que implica ya que favorece la conservación de la humedad del suelo, particularmente en zonas de menores lluvias, suelos sueltos y de escasa retención de agua.
* No quemar incrementa el aporte de materia y carbono orgánico, contribuyendo a la estabilidad estructural del suelo, en especial en las capas superiores.
* Permite un mejor reciclado de nutrientes en el suelo.
* No quemar nos ayuda a prevenir o mitigar la erosión, tanto eólica como hídrica; además de favorecer la infiltración del agua en el perfil del suelo y disminuir los flujos y caudales de escorrentías.
* Finalmente, con la “no quema” se reducen o se amortiguan los excesos de la temperatura en el suelo, favoreciendo el enriquecimiento de la flora con microorganismos benéficos y limitando, además, el desarrollo de las malezas o retardando la aparición de las mismas en las fincas.
El técnico del organismo explicó que en este invierno, y “desde el inicio de la zafra cañera 2016, no hubo heladas importantes que afecten el cañaveral, lo que disminuye las probabilidades de quema, en especial aquellas que se producen en forma accidental”. Sin embargo, “en la medida que comienza una primavera más seca con aumento parcial de las temperaturas, descenso de la humedad del aire e incremento en la ocurrencia de vientos, crecen los riesgos de quema de banquinas, vegetación adyacente y cañaveral”, advirtió.
Entonces, señaló, es necesario que el productor o responsable de la explotación tome los recaudos necesarios para prevenir la quema de la caña sin cosechar y los rastrojos o residuos que quedan después de la cosecha.
Para ello, es importante:
* Capacitar a los responsables y trabajadores de la explotación en todo lo relacionado con la prevención y el manejo del fuego, además del marco legal en vigencia sobre la prohibición de la quema de cañaverales y vegetación en general.
* Evaluar riesgos y definir mecanismos de prevención de incendios dentro de la explotación, designando un responsable y los roles del personal, con instrucciones escritas sobre las estrategias para prevenir la ocurrencia o evitar la difusión del fuego en la cosecha.
* Poner en conocimiento a los contratistas que trabajan en la explotación sobre las normas de prevención de fuego, en especial a los responsables de la cosecha y operarios de máquinas cosechadoras.
* Cuidar el estado y mantenimiento de los callejones internos y perimetrales al cultivo, con labores de rastreo y limpieza de acequias, canales y desagües internos y linderos a lotes vecinos, para evitar que la vegetación sea causa o foco de incendios.
* Manejar los residuos de cosecha, ya sea con la incorporación de los mismos o apertura de cortafuegos (cultivo de surcos de por medio o cada 20-30 surcos).
Los residuos
Sopena destacó la importancia de conservar los residuos de cosecha como cobertura vegetal, principalmente por las ventajas que implica ya que favorece la conservación de la humedad del suelo, particularmente en zonas de menores lluvias, suelos sueltos y de escasa retención de agua.
* No quemar incrementa el aporte de materia y carbono orgánico, contribuyendo a la estabilidad estructural del suelo, en especial en las capas superiores.
* Permite un mejor reciclado de nutrientes en el suelo.
* No quemar nos ayuda a prevenir o mitigar la erosión, tanto eólica como hídrica; además de favorecer la infiltración del agua en el perfil del suelo y disminuir los flujos y caudales de escorrentías.
* Finalmente, con la “no quema” se reducen o se amortiguan los excesos de la temperatura en el suelo, favoreciendo el enriquecimiento de la flora con microorganismos benéficos y limitando, además, el desarrollo de las malezas o retardando la aparición de las mismas en las fincas.
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